sábado, 10 de octubre de 2015

capitulo 4




Ella se acercó ágilmente montándose sobre su cuerpo, Michael la veía con una sonrisa en el rostro, colocando sus manos cálidas en su cintura afianzándola más en una posición que hacía que ambos contuvieran el aliento. 

Camila se movió, dando un roce tentativo y necesitado a sus cuerpos y colocó sus manos en los hombros, comenzó a acariciar la piel cubierta de tatuajes que se moría por lamer, marcar la tinta como suya y... 

¡Espera!, ¿Qué? 

Lali movió la cabeza parpadeando hacia la portátil pero sin leer nada en realidad, estaba muy segura que el personaje de la novela no tenía tatuajes, no, Michael era un doctor con una sexualidad muy activa pero no tenía ningún jodido tatuaje.

Se tapó el rostro con las manos y gruñó. 

Fantasear con su vecino brazos deliciosos, muy, muy buena idea .  
Sabía que habían empezado una especie de juego pero no estaba segura si quería jugarlo, arrugó la nariz, era miedo lo que olía en el aire. 

Ella no era de las que se escondían ante una nueva aventura, pero había prometido no más rollos de una noche, ¿no? 
Se levantó de la mesa donde estaba trabajando, cerró la portátil y fue hasta su habitación, Fucking la siguió y pronto estuvo acomodado en la cama junto a ella. 
  
-No voy a ir-, le dijo a su compañero aunque ella aun recordaba el cosquilleo que había sentido al leer la nota, nunca había escaldo en roca, sobre todo, hacía muchos años que nadie la invitado a algún lugar que no incluyera una cama. 

-Técnicamente en el lugar debe haber colchonetas ¿no?-, preguntó a su compañero, que ya comenzaba a roncar. 

-Quiero jugar Fucking, pero no sé si puedo ganarle a él-, admitió aunque el perrito no le hizo el menor caso.  

A la mañana siguiente Lali estaba completamente segura de que no iría con el guerrero brazos deliciosos, Pitt no le había ni saludado en el parque, cuando ella había llegado con su compañero él se estaba yendo, claro que si se había despedido del perro.

Después de ducharse y seguir con la engorrosa escena que aún tenía que editar estaba completamente segura que se alejaría de la bomba radiactiva que significaba la excitación que le recorría cada vez que veía a su nuevo vecino. 

Ella era fuerte. 

O cobarde. 

Lali rodeó los ojos y trató de concentrarse. 

Su móvil vibró contra la mesa, justo en el momento que Michael se daba cuenta que amaba a Camila, Lali suspiró, apartó su atención de la portátil y miró hacia su teléfono.

  
-Sera terco-, gruñó cuando vio el nombre de Pablo parpadeando en la pantalla. 

¿Quién era Pablo? 

Lo iba a resumir rápidamente: Un idiota, gilipollas, buscón. 
Ella suspiró y Fucking la miró desde donde estaba acostado en el piso, cuando vio que no había una emergencia verdadera al menos para él, volvió a dormir.

No contestó, el teléfono dejó de sonar, ella se frotó los ojos y luego maldijo recordando que se había puesto delineador después de la ducha, fue a limpiarse y cuando volvió en su móvil parpadeaba un mensaje.  

Mari, quiero hablar contigo, yo… me equivoque, te necesito.  

Lali borró el mensaje y parpadeó para alejar la sensación dolorosa, ya no era el engaño, era la simple y llana verdad. 

Él la consideraba menos que nada, ¿siempre había pensado eso de ella? 

Pablo Martinez era un empresario exitoso, bueno, más bien su padre fue un empresario exitoso, él solo había heredado la empresa textil. 

Como sea. 

Habían estado saliendo por unos meses, hace casi un año, un día como si nada, él le dijo que necesitaba una esposa, secretamente Lali se emocionado. 
  
Él se casó una semana después con una linda señorita de cabello negro, sonrisa encantadora, piel blanca y ropa de diseño, había visto las fotos en el periódico. 

Había dolido, mucho más de lo que le gustaba admitir. 

Pero la pesadilla había empezado después cuando él la buscó diciendo que las cosas entre ellos no tenían por qué cambiar.  

-Imbécil-, murmuró ella limpiándose una única lágrima. 

Cerró la portátil y fue hasta su habitación, necesitaba pensar que se pondría para escalar en roca. 

No le fue muy difícil encontrar el lugar de reunión, las paredes de escalar se miraban desde los amplios ventanales, Lali comprobó su reloj y sonrió, llegaba quince minutos tarde, entró a la recepción y la chica al otro lado del mostrador la vio con un deje de crítica.

Lali se había puesto unos pantalones de lycra, una blusa floja y se había hecho una trenza en el cabello. 

-Buenas tardes-, dijo la chica forzando una sonrisa. 

-Hola... yo... vengo con alguien-, Que es túpido sonó eso. 

-No tengo a nadie en la pared ahora. 

Genial, jodidam...  

-Lo siento, llego tarde-, dijo una voz tras de ella. 
  
Lali supo en cuanto vio los ojos de Peter que él había planeado llegar justo en ese momento. 

-Hola Peter, ¿cómo estás?-, saludó la chica efusivamente detrás del mostrador. 

Lali rodeó los ojos, aunque tenía que aceptar que la entendía, brazos deliciosos se miraba estupendo con la camiseta blanca delineando su torso y los pantalones deportivos negros.  

Después de una pequeña plática introductoria Lali estaba lista para escalar, el arnés colocado y la soga sujetándola por si no lo lograba. 

Emocionante. 

Peter empezó a escalar a su lado, ella lo siguió. 

-Cuéntame algo sobre ti Candyfloss, ¿En qué trabajas?-, preguntó él y ella entrecerró los ojos, no se miraba que estuviera esforzándose, a Lali le dolían las manos. 

-Soy bailarina exótica, ¿no se nota? 

Él no dijo nada. 

-¿Y tú?-, preguntó sin poder contenerse. 

-Tatuador, ¿no se nota?-, la seriedad en su rostro le hizo soltar una carcajada, casi se cayó. 

Subieron en silencio unas cuantas rocas. 
  
-Soy editora online-, murmuró Lali y casi se pierde la tenue sonrisa en el rostro de su vecino. 

-Hago mezclas para un estudio de música. 

-No te parece más emocionante si nos hubiéramos quedado con la primera versión-, razonó ella y él se encogió de hombro y se dejó caer. 

Sus brazos se tensaron controlando la soga, Atractivo .  

Lali miró por la ventanilla de jeep, disfrutando del aire sobre su piel cubierta de fino sudor.

Había logrado desestresarse. 

Gracias a brazos deliciosos. 

Sintió el mismo estremecimiento en su barriga, estaba en serios problemas.    

-¿Haces esto a menudo?-, preguntó ella sintiendo sus brazos doloridos. 

-Nop, es un pasatiempo alternativo, prefiero la patineta. 

No estaba sorprendida. 
  
-Yo dibujo-, el trozo de información salió por si solo de sus labios. 

Caminaron hasta su bloque en silencio, uno que Lali agradecía, en realidad le gustaba simplemente estar así, sin tener que decir algo o que él intentara decir algo. 

Cuando estuvieron frente al apartamento de ella, Fucking pareció oler su sudor porque comenzó a rascar desde el otro lado, ladrando efusivamente. 

-¿No te da miedo que tire la puerta?-, preguntó Peter de nuevo con una seriedad que hacía la burla más divertida ella solo se encogió de hombros. 

-Buenas noches Candyfloss. 

-Buenas noches Pitt-, contestó ella y en una acto reflejo se lamió los labios, él captó el movimiento con sus ojos castaño oscuro, su mirada profunda, le miró mientras se inclinaba suavemente y sus labios tocaban los suyos.

Rozó sus labios, una y otra vez, sin lengua, sin bocas abiertas solo roces que electrificaron su piel, se enderezó y tomó un mechón de cabello entre sus dedos. 


-Dulce-, murmuró antes de darse la media vuelta y subir las escaleras hacia su piso.   

Pd: las quiero y comenten

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