domingo, 28 de febrero de 2016

capitulo 16

Glocks y Hope






Peter

Aparqué por la cabaña y apagué el motor. Lali miró al viejo edificio de estilo rústico y luego a mí. 

—¿Qué es este lugar? 

—Es nuestra cabaña de caza. 

Algo de eso la divertía. 

—Está bien, ¿qué es exactamente lo que piensas que vamos a estar cazando? 

—No vamos a cazar nada. —Llegué debajo de mi asiento y deslicé mi Glock fuera. La saqué de la caja y la levanté para que la viera—. Estamos practicando objetivo.  

—¡Estás loco! ¿Sabías eso? —Negó con la cabeza—. Nope, no estoy disparando a nada. Las armas me dan miedo. Nunca he tocado una. 

—Te va a encantar. Lo prometo. Cuando te preparas y le das al blanco, se obtiene una oleada de adrenalina que ni siquiera sé cómo describir. 

—Creo que prefiero una emoción Peter inducida como anoche en lugar de una inducida por un arma. 

Me gustaba el sonido de eso. 

—De acuerdo, acepta disparar conmigo y tal vez conseguirás ambos tipos de emociones. 

—No voy a tener ni idea de qué hacer. 

—Lo sé. —Me incliné y la besé en la frente—. Te voy a mostrar lo que debes hacer. 

Caminamos detrás de la cabaña donde papá y yo habíamos construido un conjunto de vigas de varios niveles para albergar nuestros objetivos y coloqué una línea de botellas de cerveza en cada estante. 

—Mírame primero para que puedas tener una idea de lo que debes hacer. 

Tomé mi puesto. 

—Tus pies deben estar a la altura de tus hombros así y cuádrate con tus caderas. La mayor parte de tu peso debe estar en la punta de tus pies. 

—Ahora entiendo por qué me dijiste sobre usar zapatillas en lugar de tacones altos. 

—Bebé, te amo con esos tacones altos, pero no van a servir aquí en el quinto infierno con un arma.  

—No lo sabes. Tal vez soy un Ángel de Charlie natural. 

—Estoy seguro de que eres un ángel, pero ya veremos sobre la parte natural. —Sostuve la Glock lejos de Lali y coloqué mis manos alrededor de la empuñadura—. Tu mano izquierda debe estar posicionada en la pistola con sus dos pulgares casi tocándose así. Coloca el pulgar izquierdo hacia adelante por lo que este justo en frente de ti, y ambos deben estar apuntando hacia el blanco. Piensa en tu mano izquierda como el volante para exprimir un poco más duro con él. Mantén los brazos rectos, pero no los bloquees por completo, y apunta a tu objetivo. 

Estiré mis brazos hacia la primera botella y luego derribé a los ocho de ellos de uno en uno. 

—¿Crees que puedes hacer eso, Ángel? 

—Creo que más bien veo como lo haces. —Esbozó una enorme sonrisa—. Maldita sea, Peter, eso fue tan caliente. No creo que lo captara todo. ¿Quieres repetirlo para mí? ¿Así puedo ver tu técnica? 

—Una vez más y luego vas a dar un intento. 

Tenía nueve balas en la recamara, así que se alinee nueve botellas más, porque esa es la confianza que tenía en mi precisión. 

¡Bam! 

Golpee las nueve perfectamente. Dejé caer el cargador y comencé a cargarlo. 

—No te pongas nerviosa. Lo peor que puedes hacer es fallar. — Coloqué la recámara de nuevo en cuando terminé de cargarlo y se lo tendí a Lali. 

Ella lo miró, pero no hizo un movimiento para tomarlo. 

—Estoy nerviosa. 

—No lo estés. Ven aquí y te ayudaré. —Desde detrás, envolví mis brazos alrededor de ella antes de tomar sus manos y ponerlas en la empuñadura de mi Glock—. Pulgares aquí y aquí. Aprieta más con esta mano, porque la vas a usar para apuntar. Mantén los brazos rectos. —Me di cuenta de que sus pies estaban uno al lado del otro sin ningún tipo de distancia entre ellos, así que me incliné alrededor y puse mi boca contra su oído. —Extiende tus piernas. 

Ella se rió mientras movía su pie separado. 

—Eres tan malo. 

—Sólo estoy tratando de ser un buen instructor —dije con inocencia. 

—Sí, estoy segura de que has tenido suficiente práctica para ser un instructor experto. 

Bueno. La línea se hizo borrosa en alguna parte a lo largo del camino y no estaba seguro de si estábamos hablando de tiro al blanco o sexo. 

—¿Qué puedo decir? Soy bueno en lo que hago. 

—Hasta ahora, has sido bastante bueno en todo lo que has hecho. 

Hmm. 
Me gustó escuchar su alabanza. 

—Los nuevos tiradores tienden a querer apuntar abajo y a la izquierda, por lo que levántala un poco y llévala un poco a la derecha. Apunta a la primera botella en la parte superior izquierda. ¿Lista? 

—Chico, lo estoy siempre. 

La ayudé a colocarse en el lugar correcto. 

—Bien. Tira del gatillo. Ella vaciló y pude sentir su temblor. 

—¿Tienes miedo? 

—Diablos, sí, tengo miedo. 

 —No lo estés. Estoy contigo hasta el final. Déjame contar y tú puedes apretar el gatillo en tres. ¿Bien? 

Respiró profundamente y luego exhaló lentamente. 

—Está bien, estoy lista. Puedo hacer esto. 

—Aquí va. Uno... Dos... Tres. —A las tres apretó el gatillo y derribó la parte de arriba del primer cuello de botella. Cuando se dio cuenta de que había acertado, dejó escapar un grito fuerte, pero no movió ni un músculo. 

—¡Woo! Eso fue impresionante y estabas en lo correcto. Que aceleración. 

—¿Así que te gustó? 

—Sí. Quiero hacerlo de nuevo. 

Esta chica estaba llena de sorpresas. ¿Podría ser más perfecta para mí? 

—¿Quieres hacerlo por ti misma esta vez? 

—Sí, creo que sí. 

Aparte mis brazos. 

—Acuérdate de tu postura y dónde ejercer la presión. Levántala y llévala hacia la derecha sólo un poco. ¿Quieres que cuente otra vez? 

—Sí. Creo que eso ayudó. 

—Bueno. Uno... Dos... Tres. —Apretó el gatillo y falló. 

—Hmm, fallé. 

—Está bien. Inténtalo de nuevo. —Llegué a sus brazos y se los hice subir—. Levántalos sólo un poco más alto esta vez y respira. No contengas la respiración. 

—¿Lista? 

—Sí. 

—Uno... Dos... Tres. —Falló de nuevo. Y luego otra vez. Pude ver que estaba frustrada. 

—¡Ugh! Esto no es fácil. Necesito que me ayudes. 

Puse mis brazos alrededor de ella una vez más para apuntar a su objetivo. 

—No me hice bueno en esto en un día. He estado haciéndolo desde que tenía once años. Relájate. Estás rígida como una tabla. 

Dejó que sus hombros se destensaran y aparté el cabello de su cuello para que colgara sobre su hombro izquierdo. Me incliné hacia ella y puse mi boca contra su oído derecho. 

—Respira. Afloja los hombros y aprieta los brazos. Uno... Dos... Tres. 

Juntos disparamos a los ocho objetivos y luego una docena adicional y sin una sola bala perdida. Dejé caer el cargador para comprobar y luego lo deslicé de nuevo cuando vi que estaba vacío. 

—Creo que hacemos un gran equipo. 

—Podría estar de acuerdo con eso, pero creo que el profesor era mejor que la estudiante. 

Puse la pistola vacía en su estuche y empezamos a caminar hacia mi auto.

—Disparar objetivos pequeños requiere de mucha práctica. 

—Bueno, ver lo bueno que eres en el tiro hace que me preocupe un poco menos sobre si te vas a convertir en un oficial de policía. 

—¿Eso te preocupa? 

—Sí, así es. 

Guau. Nunca había sentido como alguien se había preocupado por mí, excepto Rochy y Hope. Puse el estuche del arma en el suelo y di la vuelta a la visera mi gorra  hacia atrás antes de poner mis manos en la cintura de Lali para tirar de ella más cerca. 

—No te puedes ni imaginar lo rápido que me estoy enamorando de ti. 

—Apuesto a que tengo una idea bastante buena. —Puso sus brazos alrededor de mis hombros y la levanté para sentarla en el capo de mi auto. 

Se echó hacia atrás, llevándome con ella mientras caía entre sus rodillas dobladas. Envolvió sus piernas alrededor de mi cintura y apreté mi cuerpo en el de ella mientras mi boca se movía sobre su cuello. 

—¿Cómo has conseguido ponerme bajo tu hechizo, Lali Esposito?

 Agarró mi gorra de béisbol por la visera en parte posterior de mi cabeza y la tiró en el parabrisas de mi auto. Entrelazó los dedos por mi cabello, agarrando dos puñados y tiró de ellos con fuerza, obligándome a mirarla.  

—Volvamos a mi casa. 

—Bien. 

Volvamos a mi casa. ¿Era eso una excusa para que enfrié mis motores o una invitación para algo muy diferente? No tenía ni idea viniendo de Lali porque no era como las chicas a las que estaba acostumbrado, pero ciertamente parecía dispuesta a llegar a lo físico y en el viaje a casa no me hacía pensar lo contrario.  

Alcanzó mi mano mientras me alejaba de la cabaña y no la soltó mientras conducía hacia mi casa para recoger su auto. La sostuvo con firmeza y lentamente acarició mi brazo desde mi mano hasta mi bíceps y la espalda todo el camino a casa. En el momento en que llegamos a mi casa, el toque de Lali me tenía tan dolorido y duro que pensé que se me podría levantar en cualquier momento. 

Fue entonces que llegamos a mi casa y vi el auto de Hope aparcado en la calle. 

No. Hoy no. 
No en este momento. 
No cuando Lali me acababa de pedir que fuera a su casa mientras sus padres aún no estaban. Hombre, nada podría matar a una erección más rápido que tu abuela. 

Incliné la cabeza y la puse en el volante. 

—¿Qué pasa? 

—Mi abuela está aquí. 

No me soltó la mano. 

—Entonces tienes que ir a verla y podemos reunirnos otra vez. 

No había manera de que dejara que se fuera.  

—Ven conmigo a conocerla. 

—¿En serio? ¿Crees que soy digna de tu abuela?  

¿Estaba bromeando? Estaba mucho más allá de ser digna para la abuela.  

—Por supuesto. Hope te amará.  

—Hope. Eso es un nombre bonito para una abuela.  

—Es la abreviatura de Esperanza.  

—Sí. Voy a entrar y conocer a tu Hope si estás seguro de que no estaré molestando.  

No pude evitar la gran sonrisa que se extendió por mi cara mientras me inclinaba y le daba un beso.  

—Estoy seguro. 

Caminamos a través de la puerta principal y encontramos a Hope y Rochy en la cocina. Se me había olvidado. Hoy era su día para dar clases de cocina a Rochy.  

Solté la mano de Lali y me acerqué a besar a mi abuela.  

—Hope, tengo que presentarte a alguien. Esta es Lali Esposito. 

Mi abuela miró a Lali y luego de nuevo a mí y sonrió. Traer una chica a casa, obviamente, la había tomado por sorpresa.  

—Estoy tan feliz de conocerte, Lali. 

 Hope no daba apretones de manos. Ella era de abrazos y tomó Lali por sorpresa cuando puso el saco de harina abajo para venir y abrazarla.  

—¿Eres tú la chica que va a domar a mi Juan? 

—Me temo que el jurado aún está deliberando sobre si es domable o no. 

Sabía que mi Hope estaba enamorada de Lali cuando se echó a reír.  
 —Oh, ella es descarada, Juan. —Envolvió su brazo alrededor de Lali y la atrajo hacia sí mientras susurraba algo al oído que  no quería que yo escuchara.  

Sea lo que fuera hizo a Lali muy feliz como lo demostró su sonrisa.

 —Lo prometo. Definitivamente voy a hacer eso.  

—Ahora, señorita Lali. ¿Cocinas? 

—No, señora. Nunca nadie me ha mostrado cómo.  

Hope se dirigió al armario y sacó uno de delantales adicionales de Rochy.  

—Aquí, ponte esto. Estoy enseñando a Rochy cómo hacer el pollo frito, puré de patatas, judías verdes y galletas con salsa.  

—No, Hope. No podemos quedarnos. —Miré a Lali y sonreí—. Tenemos un lugar donde estar.  

Lali deslizó el delantal sobre su cabeza y se lo ató alrededor de su cintura mientras me sonreía. 

—Creo que podemos quedarnos un poco de tiempo. 

Concedí y fui a la sala de estar para ver la televisión mientras Hope se salía con la suya con Lali y Rochy. A menudo oí susurros, seguidos de una oleada de risas y estaba seguro de que se reían de mí sobre algún tipo de tonterías. Lo extraño de todo fue que me sorprendí sonriendo cuando lo hicieron, porque me gustaba. Me gustó tener a Lali en mi casa con mi hermana y mi abuela, y me gustó la forma en que estaban juntas en la cocina unidas por el pollo frito.  

Una hora más tarde, Lali salió de la cocina y se sentó a mi lado en el sofá. 

—No estás enojado porque quisiera quedarme, ¿verdad?  

—Por supuesto que no. 

—¿Te importa si nos quedamos a comer? 

—No creo que tengamos elección. Hope no te va a dejar de hacer todo ese trabajo y luego irte sin comer.  

Se inclinó y puso su cabeza en mi hombro.  

—Gracias. Me he divertido mucho y Hope me enseñó mucho. De hecho, hice galletas caseras. No puedo creerlo. Si son terribles, no me lo digas. Sería romper mi corazón.  

—Cara de Muñeca, te prometo que nunca voy a hacer nada para romper tu corazón. 

—¿Lo dices en serio? 

Le besé la parte superior de la cabeza.  

—Cada palabra. —Y lo decía en serio. Preferiría morir antes que hacer cualquier cosa para romper el corazón de esta hermosa chica.  
—Hope dijo que estaríamos comiendo sin tu papá porque  no estaría en casa por el trabajo hasta más tarde esta noche.  

—Sí, su turno no termina hasta las siete y por lo general no llega a casa hasta casi las ocho. 

—Bueno. Le guardaremos un plato. —Se levantó del sofá y tiró de mí para convencerme de levantarme—. ¡Ven aquí y prueba mi comida! 

Probablemente comí demasiado rápido. Primero... porque era tan bueno y segundo... porque estaba dispuesto a conseguir un poco de tiempo a solas con Lali antes de volver a su casa. Mentalmente grité cuando se ofreció a ayudar a limpiar después de la cena, así que quedé allí y ayudé a acelerar el proceso.  

Rochy tomó nota de mí porque nunca antes me había visto ayudar.   
—Nunca ayudas a limpiar después de una comida. ¿Tratando de hacer una buena impresión con Lali?  

—Sí, eso es todo —mentí porque era más fácil de esa manera. Puse el último plato en el armario e hice nuestro anuncio de irnos mientras iba a besar a mi abuela—. Tenemos que irnos, Hope. Gracias por la cena. Fue genial, como siempre.  

—No olvides que tu Lali cocinó una gran parte de ello. 

Mi Lali. 
Hmm, eso me gustó.  

Lali se quitó el delantal y se lo pasó a Rochy antes de que se acercara a darle a mi abuela un abrazo.  

—Gracias por todo lo que me enseñaste. 

—Vengo una vez a la semana para enseñar a Rochy y me encantaría que estuvieras aquí de nuevo. 

—Me gustaría. —Se volvió hacia mí como si fuera a pedir permiso y me encogí de hombros, haciéndole saber que era su decisión y que estaba bien por mí. 

La idea de que Lali pasara tiempo con mi familia me hacía muy feliz, pero nada podría hacerme tan feliz como conseguir estar solo con ella de nuevo y era lo siguiente en mi agenda. 

ESTE PETER ME VUELA LA CABEZA <3 

PD: LAS QUIERO Y COMENTE

4 comentarios: