lunes, 22 de febrero de 2016

capitulo 11

El monstruo de los ojos verdes  








Lali

Me desperté conEuge golpeando la punta de mi nariz como lo hacía cuando éramos niñas. 

—¿Qué demonios, Euge? Ya basta. A ti no te gustaría ser despertada por mí tratando de golpear los mocos de tu nariz. 

—Despierta. Quiero que me cuentes que pasó entre tú y Peter antes de que Nico se levante. Sé que ocultabas algo cuando nos contaste sobre ello anoche, así que escúpelo. Necesito detalles. 

¡Ugh! Me giré y puse mi cara contra la almohada. Pasé la mayor parte de la noche pensando en nuestro perfecto beso y la otra mitad recordándome a mí misma cómo se había vuelto tan bueno en ello. La práctica hacía la perfección y él no tenía idea con cuántas chicas había practicado. El pensamiento hizo que mi estómago se sintiera nervioso y ansioso al mismo tiempo. 

—Pasó algo que no debería haber pasado. 

Euge se acercó y me empujó con tanta fuerza que casi me caí de la cama. 

—¡Cállate! ¿No jugaste la Tarjeta-V con el Jedi de los Trucos Sexuales? 

Tomé mi almohada de nuevo y golpeé a Euge en la cabeza. 

—¿Es esa una pregunta o una acusación? 

—¿Cuál de las dos necesita ser? 

Conocí a este tipo hace tres días. Ella no podía pensar que había estado practicando hacer bebés con él. 

—Hablaba sobre él besándome, pervertida. Ella quería detalles. 

—¿Y? 

—Lo besé de vuelta, lo que fue un error. 

Se veía confundida. 

—No lo entiendo. ¿Por qué no debería haber pasado y por qué fue un error? 

¿Hola? Las luces están encendidas, ¿hay alguien en casa? 

—Tú estabas allí. Oíste lo que Nico dijo acerca de él. Es un mujeriego. Le pregunté con cuántas chicas había estado y no tenía idea. Literalmente. Ni siquiera podía tirar un número. 

—Nico tampoco lo sabe. No me gusta, pero lo saco de mi cabeza porque lo amo. 

¿Qué se supone que significaba eso? ¿Lo comparaba con Nico? 

—¿Esa es tu manera de defender al Jedi de los Trucos Sexuales? 

—No lo sé. Tal vez. —Se encogió de hombros y ladeó su cabeza un poco—. Creo que deberías darle una oportunidad. 

¿De dónde venía eso? 

—No es mi tipo para nada así que, ¿por qué en el mundo pensarías eso? 

—Porque no puedes ver la manera en que lo miras y la manera en que él te mira cuando no estás viendo. 

—Y creo que no has visto la forma en que mira mis piernas. 

De acuerdo, tal vez eso no era del todo justo ya que yo había sido la que llamó su atención hacia ellas. 

—Como si fuera el primero, Lali. 

Mi teléfono sonó y Euge saltó sobre mí para agarrarlo de la mesita de noche antes de que yo pudiera. 

—Es él. Sabía que lo sería —cantó mientras agitaba el celular frente a mi cara. 

—Va a querer hablar sobre el beso de anoche y no estoy lista para ir allí, así que no le voy a contestar. 

—No tienes que hacerlo porque yo lo haré. 

Traté de alcanzarlo y quitárselo, pero perdí y ella se deslizó a la barra para contestarle. Voy a estrangularla. Puso el teléfono en su oído y me dio su mejor sonrisa come mierda. 
  
—Hola, Peter. 

¿Qué se traía entre manos? No contestaría mi teléfono sin motivo. 

—No, es Peter. Lali está en el baño pero estaba por llamarte para ver si querías venir a nadar a su casa hoy. 

Oh, no lo hizo. 

La alcancé y palmeé su pierna. Todo el mundo pensaba que era tan inocente y perfecta, pero todos estaban equivocados. La conocía bien, y era un pequeño demonio. 

—Perfecto. Puedes traer a alguien contigo si quieres. Pensábamos que como a las una o una y media. 

Miré la hora. Mierda, eso estaba a sólo un par de horas. 

—Genial. Te mandaré un mensaje con la dirección de su casa y te veremos entonces. 

Arrojó el celular a la cama. 

—De nada. 

¿Hablaba en serio? 

—No puedo creer que me hicieras eso. 

—Oh, vamos. Será divertido. 

Resoplé para mostrarle mi molestia. 

—Muchas gracias, Euge. Ahora, estaré apurada por llegar a casa y arreglar mi cabello, depilarme y rehacer mi pedicura. 

Me di cuenta muy tarde de cómo soné después de que las palabras salieron. 

—Mi, mi… estás planeando pasar por un montón de problemas para verte bien por alguien que no te gusta o quieres. 

No quería oír a Euge regodeándose, mayormente porque en algún lugar en el fondo, sabía que tenía razón. No me importaba que Peter fuera incorrecto para mí; quería verlo hoy.  

                                    ***

Después de correr de la casa de Euge, tenía cerca de una hora y media para arreglarme. Síp, supongo que era tonto lavar mi cabello sólo para mojarlo en la piscina, pero quería verme genial y el cabello sucio no era sexy. 

Luego de salir de la ducha, pinté mis uñas de los pies primero para que pudieran secarse mientras me preparaba. Decidí que no quería verme demasiado arreglada, así que até mi cabello en una cola de caballo y dejé mi maquillaje casual con la excepción de mi brillo de labios de melocotón. 

Era una necesidad sin la que no iría. Ni siquiera tuve que pensar qué traje de baño usaría. Definitivamente era mi nuevo bikini blanco porque tenía intenciones ocultas en mi mente; quería ver de lo que hablaba Euge, de cómo Peter me miraba cuando pensaba que no estaba viendo. 

¿Qué mejor manera de conseguir que mirara en mi dirección que en un bikini de hilos? 

—Lali —escuché que gritó Euge de la planta baja para hacerme saber que ella y Nico ya estaban en mi casa. 

—Estoy por bajar. Vayan a la piscina y estaré allí en un minuto. 

Me comprobé una última vez en el espejo, puse un pareo sobre mi bikini y me deslicé en mis sandalias. 

Comprobé la hora cuando bajé las escaleras y vi que Peter podría aparecer en cualquier minuto. Me dirigí a la piscina y encontré a Nico poniéndole protector solar a Euge mientras Gas estaba ocupado trabajando con la música. 

¿Quién lo invitó? 

—¿Te importa si arruino tu fiesta en la piscina? 

¿Desde cuándo a Gas le preocupaba si me importaba? 

—¿Importaría si lo hiciera? 

—Probablemente no. Oí que Peter Lnazani viene. Tienes algo con él, ¿no? 

—Por supuesto que no. —Me preguntaba si mi mentira se mostraba en toda mi cara. 

La canción de Jack Johnson: Sitting, Waiting, Wishing, comenzó a sonar con gran estruendo en los parlantes y pensé que Gas no podría haber elegido una canción más apropiada. 

—Oye, no te estoy juzgando. Pienso que él es genial. 

—No es mi tipo. Sabes que no saldría con un tipo de Collinsville. — Me giré hacia Nico cuando lo que dije se registró—. Sin ofender, Llanero Solitario. 

—No importa, Señorita Superficial. 

Sabía que me molestaba que me llamara así. 

—No soy superficial. 

—Al demonio lo que dices. No he conocido a alguien más poco profunda que tú. Pero aun así te amo aunque Euge no me da otra alternativa. 

Le disparé mi mejor señal con la mano, me dirigí a la tumbona y me quité mi pareo mientras pensaba en dónde quería estar cuando Peter llegara. Era todo visual con los chicos y conocía la escena perfecta. Oí el sonido de una puerta de auto al cerrarse, y luego otra, así que me estiré lentamente en la tumbona con una de mis piernas dobladas para que pudiera ver que tan largas eran. Ladeé mi cara hacia el sol pero no lo suficiente, para poder espiar detrás de mis lentes de sol y ver su reacción cuando entrara. Escuché el chirrido del portón mientras se abría de par en par y espié para poder verlo. 

Maldición. 

Nico y Euge se encontraron con él cuando entró y bloqueaban mi vista. 

Mantuve mi posición y esperé. 
Y esperé. 

Y luego en el momento en que estaba lista para levantarme y pavonearme hacia él, vi a una hermosa Rubia aparecer a su lado. Euge le dijo que trajera a alguien, pero nunca consideré que lo haría después de nuestro beso de anoche. 

¡Qué idiota! 

Vi a Nico abrazar a la chica y eso lo hizo peor porque significaba que trajo a mi casa a una puta de Collinsville. 

Estaba feliz de estar usando lentes oscuros porque camuflaron mi reacción a la belleza morena, no es como si muchos me estuvieran mirando a mí. Esperé por otro minuto o dos y cuando Peter aún no había mirado en mi dirección, tomé mi pareo y entré. 

Di un portazo en mi camino a la casa. Síp, muy idiota lo sé, pero estaba enfadada. Y no podía creer que trajo a una chica a mi casa. 

¿Quién hace ese tipo de cosas? 

Te diré quién… un tipo al que no le importo una mierda. 

Quería patear o darle un puñetazo a algo, preferentemente a Peter Lanzani. 

¡Ugh! 

¿Por qué me gustaba ese tipo? 

No podía ser más incorrecto para mí. No salía con chicos que no tuvieran dinero o no estuvieran al tope de la escala social. Él ni siquiera tenía un lugar en el peldaño más bajo y no le importaba porque no tenía conocimiento de esa escala. 

¿En qué pensaba? Aún era la que tenía el control aquí. 

Si Peter me lastimó, fue porque yo lo dejé y ese no era el camino que esto iba a tomar. Había estado allí, estúpidamente había hecho eso con Pablo y no iba a jugar ese juego de nuevo. Eso era todo. No iba a sentarme en esta casa y sentir pena por mí mientras todos los demás allá fuera pasaban un buen momento. Iba a salir y lo iba a hacer con la cabeza en alto, así que me quité mi pareo y lo puse en mi brazo. 

Me mantuve fiel a mí misma e hice mi gran entrada como siempre lo he hecho mientras ponía mi mejor cara de póquer. No iba a ver lo que le esperaba. Estaba pensando en otra cosa si creía que podía traer a una chica a mi casa después de besarme. Me pavoneé de la casa a la piscina. 

Le eché un vistazo a Peter mientras miraba sobre sus lentes de sol para comprobarme y darme esa sonrisa increíblemente sexy que se había vuelto muy familiar, pero no obtuvo una sonrisa de regreso.

Le di la espalda y me incliné para desparramar la toalla sobre mi silla. Me incliné más e hice que mi bikini se deslizara un poco así que cuando me paré de nuevo, deslicé mis dedos justo dentro del borde y tiré mientras meneaba un poco el trasero… sólo para él. 

Me extendí en la tumbona y ladeé mi cabeza hacia el sol para mostrar mi carencia de interés en Peter o su rubia compañía, quién al parecer había hecho un acto de desaparición mientras estaba dentro de la casa formulando mi plan de acción. 

Mis ojos estaban cerrados con fuerza y me dispuse a no mirar en su dirección, pero escuché a alguien sentarse a mi lado así que esperé que hablara para identificarlo. 

—Hola, Cara de Muñeca. ¿Cómo está todo? 

No hice ningún movimiento para mirar en su dirección y contesté suavemente. 

—Está yendo. 

—¿Algo está mal? 

Detecté confusión en su voz. 

—No. ¿Qué podría estar posiblemente mal? 

—No lo sé. Actúas como si estuvieras enfadada conmigo. 

Qué perceptivo de su parte. 

—¿Por qué debería estar posiblemente enfadada contigo? 

—No lo sé. 

Oh, vamos. ¿En serio? 

—¿Dónde fue tu invitada? —Está en la casa cambiándose su traje de baño. 

¿En serio él no encontraba esto extraño? 

—¿Planeas presentarnos? 
  
—Absolutamente. Planeaba hacerlo cuando llegamos aquí, pero entraste. 

Te la presentaré cuando salga. La Hermosa Belleza Rubia salió de mi casa en un asombroso bikini rojo y se detuvo para conseguir su protector solar de su bolso en la mesa al otro lado de la piscina donde Gas, Nico y Euge estaban sentados. 

Miré cuán hermosa era y me di cuenta que la ira no era la única cosa que sentía. Estaba celosa y herida y lo odié porque no tenía control sobre ello. No iba a tomar sol porque de los dos, yo no era la serpiente aquí. 

—Hace demasiado calor para tumbarse. Me voy a meter a la piscina. 

—¿Quieres que vaya contigo? 

—Mira, no sé qué clase de juego sea este, pero jugaré. Así que seguro, únete a mí en la piscina si es eso lo que quieres. 

—¿Qué es lo que pasa contigo? —Peter sacó su camiseta sobre la cabeza y obtuve mi primera vista de su impresionante cuerpo oculto, junto con el enorme tatuaje tribal envuelto al alrededor del lado izquierdo de su caja torácica para pasar bajo su corazón y no pude apartar mis ojos porque era tan ardiente. 

Me miró, esperando escuchar lo que pasaba conmigo, pero todo lo que podía hacer era estudiar la tinta negra envuelta en su torso. 

—¿Qué pasa con los chicos de Collinsville y los tatuajes? 

Miró su tatuaje como si pudiese haber cambiado desde la última vez que lo vio. 

—¿No te gusta? 

—No, claro que no.—Mentirosa, mentirosa, tus bragas estaban ardiendo. 

—Las chicas siempre piensan que es sexy. 

—Bueno, yo no, así que supongo que soy la primera. Se ve tan poco atractivo. 

Tal vez un rayo no me golpearía por decir semejante mentira en letra negrita. 

—Wow, dime cómo te sientes realmente. 

Rodé mis ojos y me dirigí a la piscina con el caliente de Peter en mis talones. 

—Actúas como si no me quisieras aquí. ¿Ha sucedido algo desde que me invitaste? 

Me giré hacia él. 

—No te invité y claramente no invité a tu cita. Todo fue idea de Euge. ¿Recuerdas? Con ella fue con quien hablaste, no conmigo. 

Se rió. 
Él malditamente se rió de mí. 

—¿Mi cita? ¿Es eso lo que está pasando aquí? ¿Estás enfadada porque traje una cita? 

—¿Sabe ella que besaste a su anfitriona anoche? 

Él estaba entretenido, pero yo no. 

—No, no le conté que nos besamos. 

—No nos besamos. Tú me besaste a mí. 

—Recuerdo que tú me besaste de regreso. 

Síp, lo hice, pero fue un gran error de mi parte. 

—Si lo hubiese hecho, y no estoy diciendo que fue así, fue un total error. 

Intenté darme la vuelta, pero atrapó mi mano y me tiró hacia él. 

—Bueno, voy a besarte de nuevo y la próxima vez no me llamarás «amigo» después. 

Oh, esa era la razón por qué había traído una cita a mi casa. 
¿Estaba molesto porque lo llame «amigo»? 

—Eso es. ¿Estás molesto porque te lo dije en mi mensaje? 

—No sé lo que está pasando aquí pero una cosa es segura. No me gustó que te refirieras a mí como un simple amigo después de nuestro impresionante beso. 

¿Qué demonios? 

—Bueno, tampoco sé que está pasando aquí pero claramente pienso que está mal que traigas a una cita a mi casa después de anoche. 

—Estás celosa. 

Maldición, estaba celosa pero moriría antes de admitirlo. 

—No lo estoy. Sólo pienso que prueba que tan mujeriego eres y confirma todas las razones por las que nunca saldré contigo. 

Estaba sonriendo, o tal vez podía ser llamado algún tipo de regodeo. 

—Rocio —llamó mientras sacudía los brazos hacia la Rubia e inmediatamente quise encogerme porque recordaba ese nombre.

¡Estúpida! 

¿Por qué había sido tan tonta como para no suponer que trajo a su hermana? 

Porque estaba tan envuelta en mi propio dolor y mis ideas preconcebidas para considerar la posibilidad de que tal vez él no trataba de jugar conmigo después de todo.  

FALTA UN CAP MAS !

PD:LAS QUIERO Y COMENTENN

1 comentario:

  1. aJajajaja me mató lali celosa le encanta peter y no lo quiere admitir

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