domingo, 21 de febrero de 2016

capitulo 10


 La chica Esposito  





Peter

Lali me dejó besarla. 

Demonios, no sólo me dejó hacerlo. 
Ella tiró todo lo que me había dicho por la ventana y me besó de vuelta de la manera en que quería. Eso significaba que las cosas entre los dos estaban cambiando, ¿cierto? Seguro que lo hicieron y fue un dulce cambio. 

Aún estaba en el sillón cuando mi papá atravesó la puerta del frente casi una hora después de irse para llevar a Lali de regreso. Esto debería ser interesante. No podía esperar para oír lo que tenía que decir sobre cuán maravillosa era. Era verdad. Lali era la primera chica que llevé a casa alguna vez y estoy seguro que eso malditamente sorprendió a mi papá porque él me conocía. 

No tenía relaciones pero lo entendía y no me presionaba para hablar sobre ello. Las conexiones con la gente sólo no eran lo mío, aún con mi propia familia. Supongo que ambos éramos iguales en ese aspecto. Mis ojos aún estaban cerrados cuando oí las llaves de mi papá sonar mientras las arrojaba en el plato sobre el mostrador de la cocina.  

—¿Estás despierto, hijo? 

—Sí, señor. 

—Necesitamos hablar. 

¿Estás bromeando? Claramente, no iba a intentar tener la charla del sexo seguro conmigo después de todos estos años. 

—Está bien. 

—Acerca de esa chica. 

—El nombre de esa chica es Lali. 

—Claro, Lali Esposito. No quiero que la veas de nuevo. No es el tipo de chica correcta para ti. 

¿Qué demonios? ¿Desde cuándo a mi papá le importa a quién veo? Me senté e intenté mirarlo porque necesitaba ver sus ojos en esta conversación. 

—Tú también no. 

—¿Alguien más cree que es mala para ti? 

—Sip, Vico. Dijo que debería olvidarla. Algo sobre ella siendo igual a mamá, pero no lo es. No es para nada como mamá. 

—Sé mucho más de lo que crees y te lo estoy diciendo ahora, esta chica sólo te lastimará. Viene de una familia con mucho dinero y tú no. Su familia nunca te aceptará e incluso si va contra la voluntad de sus padres y te escoge sobre ellos, no terminará bien para ninguno de los dos. He estado ahí y lo hizo, hijo. 

—Lali no es mamá y tengo dieciocho en caso de que lo hayas olvidado. Puedo ver a quien quiera. 

Estaba viendo a Nico el policía, no a Nico el papá, mientras me apuntaba con su dedo. 

—No puedo detener que la veas pero puedo advertirte. Esa chica sólo romperá tu corazón. Recuerda mis palabras. 

Le tenía total fe a mis elecciones, entonces ¿por qué él no?  

—Papá, ya sabes cómo soy. No dejo que la gente me lastime y Lali no es diferente. —Esa era una completa mentira porque ella no podía ser más diferente—. Además, la he invitado a salir dos veces y me dijo que «no» en ambas. Dice que sólo podemos ser amigos. 

—No se veía como una amiga diciéndote que «no» cuando los encontré a ambos besándose en el sofá. 

Rompí en una gran sonrisa con la mera mención del beso que compartimos. No debería haberlo hecho porque era un claro indicativo de mis sentimientos por Lali. 

—Somos amigos. 

—Tal vez lo son, pero puedo decir por esa ridícula mirada en tu cara que estarás intentando cambiar eso tan pronto como sea posible. 

No podía negarlo, así que no lo hice. 

—Hijo, si no oyes nada de lo que digo, por favor escucha esto. Sólo tienes hasta ahora para caminar por esta vía y aún tener la oportunidad de volver. Habrá un punto de no retorno con esta chica. No vayas allí con ella porque sólo te arruinará por el resto de tu vida. Confía en mí; conozco todo esto demasiado bien. 

—Actúas como si Lali fuera a arruinar mi vida o algo. 

—No lo crees pero tiene el poder para romperte. Tal vez no hoy, pero lo tendrá si continúas esta cosa con ella. 

Lo hacía sonar como si fuera algún tipo de demonio súcubo. 

—Es sólo una amiga. 

—Amiga o no, es una chica maravillosa y sé lo que estás pensando cuando la miras. Créeme, lo recuerdo y es más peligroso de lo que imaginas porque no eres capaz de ver el poder que puede tener sobre ti. 

Tenía razón en una cosa. La decisión era mía y sabía lo que elegiría si se me daba la oportunidad, pero ya había terminado de hablar con él. 

—No quiero hablar más de esto. Me voy a la cama. 

Caminé por el pasillo con mi mano en la pared como guía y di un portazo después de entrar a mi cuarto. Puse mi celular en la mesita de noche antes de quitarme mi bóxer, y luego me arrastré a mi cama deshecha. Busqué mi teléfono y lo miré a través de mi borrosa visión, intentando decidir si debería mandarle un mensaje a Lali o no. 

Después de unos cuantos minutos de debate, decidí que tenía que hacerlo. 

¿El Oso d Feria stá bien? 

Pulsé ENVIAR y luego pensé demasiado tarde en cuán malo era ese mensaje. ¡Ugh! Tal vez mi papá tenía razón sobre una cosa. Lali tenía poder sobre mí, el tipo de hacerme actuar totalmente estúpido. 

Stá bien, ¿y tú kra? Mejor espero. 

Mucho. Grax. 

Bien. No te krria markdo para las chiks. 

Había sólo una chica por la que estaba preocupado.  

¿Stá bien llamart mañana? 

Seguro, amigo. 

¿Qué diablos? ¿Esa era su forma de actuar como si nada hubiera pasado entre nosotros esta noche? Algo pasó… algo significativo sin importar si lo quería admitir o no, pero no estaba por discutirlo a través de abreviados mensajes de texto. 

Dulce sueños, Cara de Muñeca. Buenas Nochs. ;) 

No sabía que pensar del «Seguro, amigo» excepto que no me importaba. Hombre, deseé no haberle escrito porque ahora pasaría la mitad de la noche pensando en su respuesta en vez de pasar toda la noche pensando en nuestro magnífico beso.

                         ***
  
Cuando me desperté, no podía imaginar cómo me las arreglé para dormir la noche anterior. 

Cada uno de mis pensamientos era sobre Lali y me pregunté si ella pensaba en mí de la forma en que yo lo hacía. Lo dudé considerando que la mayoría de mis pensamientos eran realmente fantasías de todo lo que amaría hacerle hasta que gritara mi nombre. 

Estaba haciéndolo de nuevo, pensando en cosas que planeaba hacerle a Lali cuando Vico abrió de par en par la puerta de mi cuarto sin golpear, viviendo plenamente su papel como el hermano mayor más idiota. 

Corrió, sacó mi edredón y comenzó a reír. 

—Papá piensa que habló con sentido sobre esa chica, pero puedo ver que estaba equivocado basado en lo que tienes cubierto en tus manos. Tú definitivamente tienes a La Señorita Pantalones de Diseñador en tu mente. ¿En qué estabas pensando, eh? ¿Cómo ibas a hacérselo? —Se encorvó en mi colchón y quise vomitar cuando empezó a gemir con cada embestida—. Ah. Ah. Ah. 

Pateé con mi pie y lo clavé en su muslo interior. 

—Saca tu entrepierna podrida de mi colchón, amigo. Ve a darle al tuyo antes de que yo necesite uno nuevo. 

—No tengo que darle a mi colchón porque consigo hacerle esto a Cande. 

No podía soportarlo y aparté mi cara. 

—Eres asqueroso. Vete de mi cuarto, imbécil. 

—Espera. Comprueba este movimiento. Hasta a una chica rica como La Señorita Pantalones de Diseñador le gustará hacerlo de esta forma.  

No podía mirar mientras oía chirriar mi somier y sentía el movimiento de mi colchón. Había tenido suficiente de su mierda sobre Lali. Lo pateé más fuerte y lo tiré al piso. No estaba intentando causar daño real, pero lo haría si seguía molestándome así. 

Me deslicé fuera de mi cama y pasé sobre su culo en mi camino al baño, pero él no había acabado de acosarme porque pude oírlo mientras bajaba por el pasillo. 

—¿Yendo al baño a terminar el trabajo? Probablemente te ayudaría a terminar el acto más rápido si tuvieras una fotografía de ella en tu celular. ¿Quieres que la deslice bajo tu puerta por ti? 

Me crucé con Rochy en mi camino por el pasillo y recé porque no hubiese escuchado nada de lo que él dijo. 

—¿De qué está hablando ese idiota? 

—Confía en mí. No quieres saber. Estarás marcada de por vida. 

Ella arrugó la frente mientras observaba mi rostro. 

—¿Qué te pasó? Te ves como el infierno. 

—Conseguí que me rociaran gas pimienta anoche. 

Aparentemente encontró esto bastante gracioso por en la forma en que se reía y resoplaba. 

—Déjame adivinar. Alguna chica finalmente tuvo suficiente de ti jodiendo por ahí. 

—No. Fue un accidente. 

—¿Accidente? —Cruzó sus brazos y se vio intrigada. Se apoyó contra la pared, un claro signo de que esperaba oír toda la historia—. ¿Cómo puede alguien ser accidentalmente rociado en la cara con gas pimienta? Dime. 

Intenté pasarla. 

—No te interesaría. 

Ella se estiró y alcanzó mi brazo para detenerme antes de que me escapara. 

—Pruébame. 

—Te daré la versión corta. Estaba yéndome de la feria con una cita y Ace Henry saltó sobre mí. Ella se asustó y lo roció, pero un poco voló a mi cara. ¿Lo ves? No es una historia interesante. 

—¿No es una historia interesante? Vamos, Juan Pedro Lanzani. ¿Tuviste una cita? ¿Cómo una cita real? 

¡Ugh! Odiaba ser llamado por mi nombre completo. Sonaba como un Zar ruso del siglo diecinueve. 

—Sí… no… tal vez. Supongo que no calificaba como una cita ya que no fue una para ella. 

—Pero tú querías que fuera real. Puedo decirlo. 

Ella nunca sería capaz de adivinar cuanto lo quería. Me encogí de hombros como si no supiera o no me importara, pero era una cubierta total. 

—Tal vez. 

—Tal vez, mi culo. Puedo ver que realmente te gusta esta chica. Tienes que llamarla y pedirle pasar el día contigo antes de que haga otros planes. 

Oh. No sabía acerca de eso. ¿Qué si me rechazaba de nuevo? 
  
—No lo sé, Rochy. 

—Bueno, yo sí. Llámala. Estaría loca si te rechazara. 

Ojalá tuviera la confianza de Rochy. 

—Bueno, debe estar loca entonces porque ya me ha rechazado dos veces. 

—No te rechazó anoche. 

Las cosas con Lali iban adelante y hacia atrás, no sabía dónde estaba parado con ella, pero creo que había sólo una manera de averiguarlo. 

—Está bien, la llamaré pero es tu culpa si ella me dice que «no». 

—Confía en mí. No lo hará. 


que esconderá el papa de peter , porque no quiere que estén juntos ?

Lali es re histérica pero todas sabemos que no podrá resistirse mucho mas a peter

PD: no se que le sucedió a mi blog que no subió los capitulo pero ahora los estoy subiendo aun faltan dos caps de la maratón 

PD2: LAS QUIERO Y COMENTEN

2 comentarios: