Yo nunca había escuchado algo tan malditamente alto en mi
vida. Sonó como una bomba que estaba pasando fuera justo al lado de mi
oreja...una bomba que pulsaba al ritmo — Thriller — de Michael Jackson.
Atontada me di la vuelta y tomé mi teléfono vibrando de arriba de la mesita de
noche, mirando la hora antes de contestar. Las cinco de la mañana.
— ¿Hola? —gemí.
—Siento que te despierte, cariño —dijo mamá a través del
altavoz. - No desperté a Cande también, ¿verdad? —
—Mm-mm. Estás bien. ¿Qué pasa?
—Me fui de la casa hace aproximadamente dos horas — dijo.
—Tu papa y yo tuvimos una larga conversación, pero... no lo manejo muy bien,
Lali. Sabía que no lo haría. De todas formas, he estado dando vueltas desde
entonces, tratando de ver qué hacer a continuación. He decidido registrarme en
un hotel en Oak Hill durante unos días para poder pasar mas tiempo contigo, y
este fin de semana voy a comenzar a moverme para Tennessee. Tu abuelo necesita
a alguien para cuidar de él. Sera un buen lugar para establecerse. No lo crees?
—Claro, — murmuré.
—Lo siento, —dijo mama. —Debí haberte dicho esto mas tarde.
Vuelve a dormir. Llámame cuando salgas de la escuela, y te digo en cual hotel
estoy. ¿Tal vez podemos ir a ver una película esta noche? —
—Suena bien. Adiós, mamá—.
—Adiós, bebe —.
Puse mi teléfono en la mesita de noche y estire mis brazos
sobre mi cabeza, ahogando un bostezo.
Esta cama, con su cómodo colchón y sus costosas sabanas, era
malditamente demasiado cómoda. Nunca había tenido tanta dificultad para
levantarme en la mañana, pero eventualmente logre plantar mis pies sobre la
alfombra.
— ¿Adonde vas? — pregunto Peter con una voz semidormida.
—A casa — jale de mis pantalones. —Tengo que tomar una ducha
y alistarme para la escuela —.
Se levantó en un codo para mirarme. Su cabello era un
desastre, rizos cafés cayendo en
sus ojos y sobresaliendo en la parte de atrás. —Puedes
ducharte aquí, — ofreció. —Incluso
podría unirme si tienes suerte—.
—No, gracias—.Tomé mi chaqueta del piso y la colgué sobre mi
hombro. — ¿Despertaré a tus padres si salgo por la puerta de enfrente? —
—Eso seria difícil considerando que ellos no están aqui—.
— ¿No regresaron a casa anoche? —.
—.Ellos no estarán en casa en una semana, —.dijo Peter. —Y
Dios sabe cuanto tiempo se quedaran. Un día. Tal vez dos—.
Ahora que lo pienso, nunca he visto otro coche en la entrada
de la casi-mansión. Peter parece ser el único aquí cuando vengo—. Que es malditamente
a menudo estos días—.
— ¿Donde están? —.
—.No lo recuerdo—. Se encogió de hombros y rodo sobre su
espalda de nuevo. —.Viaje de negocios. Vacaciones en el Caribe, nunca puedo
mantenerme al tanto con ellos—.
— ¿Que hay sobre tu hermana?—.
— Amy se queda con nuestra abuela cuando mis padres están
fuera, —.dijo.
—Que es esencialmente todo el tiempo—.
Lentamente me moví de regreso a la cama. —.Así que,- —.dije
en voz baja, sentándome en la orilla del colchón. — ¿Porque no te quedas ahí,
también? Apuesto a que a tu hermana le gustará tenerte cerca—.
—Podría ser, — asintió Peter. —Sin embargo, mi abuela, es
una historia diferente. Ella me detesta. No aprueba mí— hizo comillas en el
aire— estilo de vida. Aparentemente soy una desgracia para el apellido Lanzani,
y mi padre debería de estar avergonzado de mí. —Su risa era hueca y vacía—
Porque él y mi madre son el ejemplo de perfección, sabes—.
— ¿Como sabe tu abuela sobre tu, eh, estilo de vida? —
—Oye los rumores de sus amigas. Viejas brujas escuchan a sus
nietas desmayándose por mí ¿y quien las puede culpar? — y luego le dicen a mi
abuela todo. En realidad yo podría gustarle si saliera seriamente con una chica
por un tiempo, pero una parte de mi no quiere darle la satisfacción. No debería
de cambiar mi vida para que se adapte a la de ella o a la de cualquier otra
persona—.
—Entiendo lo que quieres decir—.Y lo hacia. Porque yo tenia
el mismo pensamiento un millón de veces a lo largo de los años. Recientemente
incluso me refería a él. Seria fácil cambiar la opinión de Peter sobre mí,
pasar el rato con personas diferentes o traer a otra chica a mi círculo de
amigos— como la de primer año del juego de baloncesto— para evitar ser la Duff.
Pero ¿por qué debería de hacer algo solo para arreglar lo
que él o alguien más piensa sobre mí? No debería de hacerlo. Ni tampoco él. Sin
embargo, de alguna manera, su situación se sentía diferente. Eché un vistazo
alrededor de la habitación, sintiéndome estúpida incluso por compararlo con la
cuestión de Duff. Entonces, sin querer, me encontré a mi misma preguntando, —
¿Pero no te sientes solo? En esta casa tan grande solo tu—. Oh Dios mío.
Estaba realmente sintiendo pena por peter! ¡Peter el
mujeriego! ¡El ricachon Peter! ¿El idiota de Peter? De todas las emociones que
sentía por él, la simpatía nunca había llegado. ¿Que demonios estaba pasando?
Pero si había algo que nos podía relacionar, seria el drama familiar. Por lo
que parecía Peter y yo teníamos algunas cosas en común. Ugh.
—Te olvidas que raramente estoy solo—. Se sentó y me miro
con una sonrisa. Sin embargo no llego a sus ojos. — Tú no eres la única que me
encuentra irresistible, Duffy. Usualmente tengo un flujo sin fin de invitadas
atractivas—.
Me mordí el labio, no estando segura si debería de decir lo
que tenia en mente. Finalmente, decidí decirlo y ya. No haría ningún daño,
después de todo. —Escucha, Peter, esto podría sonar extraño viniendo de mi, ya
que te odio y eso, pero me puedes decir cosas si quieres—. Sonaba como algo
salido de una cursi película de adolescentes. Fantástico. —Quiero decir,
ventilé toda la mierda sobre Pablo a ti, así que si tú quieres hacer lo
mismo,... bueno, estoy bien con eso—.
La sonrisa se deslizó por un segundo. — Tendré eso en
mente—. Entonces se aclaró la garganta y agregó secamente, — ¿No dijiste que
necesitabas ir a tu casa? No querrás llegar tarde a la escuela—.
—Bien—. Me empecé a poner de pie, pero su cálida mano se
cerró alrededor de mi muñeca. Me di la vuelta y lo encontré mirándome. Se
inclinó hacia adelante y presionó sus labios contra los míos. Antes de que me
diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, se alejó y me susurro, —Gracias,
Lali—.
—Um....no hay problema—. No sabia que hacer con eso. Todas
las otras veces que Peter y yo nos habíamos besado, había sido un feroz
guerrero haciéndolo. Una introducción al sexo. El nunca me había besado de una
manera tan suave, sin avaricia, y como que me
asustó. Pero no tenía tiempo de pensar en eso mientras
corría por las escaleras y por el vestíbulo.
Una vez que ya estaba en mi coche, tuve que acelerar — que
yo realmente odiaba hacerlo— todo el camino hacia mi casa, y todavía no llegue
ahí antes de las seis. Eso me solo una hora y media para ducharme, vestirme, y
verificar a mi papá. Que manera tan fantástica de comenzar la mañana. Mejor aun
fue el hecho de que las luces de la sala estaban encendidas cuando me acerqué a
mi entrada. No era una buena señal. Papa siempre— siempre— apagaba cada luz en
la casa antes de acostarse. Lo trataba como un ritual. El hecho de que las
había dejado encendidas era definitivamente un mal presagio.
Oí el ronquido en cuanto entré en puntillas y al instante
supe que había comprado más cervezas. Incluso antes de ver las botellas sobre
la mesa de centro o su forma inconsciente en el sofá, yo sabia. Se había
emborrachado lo suficiente como para perder el conocimiento.
Comencé a avanzar pero me detuve. Por mucho que quisiera, no
tenía tiempo de limpiar el desastre de papá. Necesitaba ir arriba. Necesitaba
ir a la escuela. Y mientras me arrastraba hacia mi habitación, me dije a mi
misma que el estaría bien. Él solo estaba sorprendido, estaría bien, y este...
episodio pasaría sin incidentes. Yo apenas podía sostener en contra del hombre
que tomara unos cuantos tragos, considerando la bomba que mama le dejo caer,
no?
Tome una ducha rápida y seque mi cabello que siempre me toma
una eternidad, en serio,tal vez debería de cortar todo mi cabello como Cande en
vez de perder mi tiemo antes de ponerme ropa fresca. Después de cepillar
mis dientes, me dirigí a la planta baja de nuevo y entré a la cocina para tomar
un Pop-Tart para el camino. Entonces salí, por la puerta de enfrente.
Para la hora que llegué a la escuela, el estacionamiento de
los estudiantes estaba casi lleno. Tuve que aparcar en la última fila y correr—
con mi mochila de veinte libras— a las puertas dobles. Por supuesto que para el
momento en que llegué al pasillo principal me quedé sin aliento. Dios, pensé
miserablemente mientras movía mi gordo trasero hacia español, no es de extrañar
que sea la Duff.
Estoy tan malditamente fuera de forma que es deprimente.
Bueno al menos los pasillos estaban más o menos vacios. Eso significaba que
nadie había presenciado lo patética que soy.
—Hey, ¿a donde fuiste ayer? — Pregunto Euge cuando me dejé
caer en mi escritorio solo segundos antes de que sonara la campana. —No
estuviste en almuerzo o en inglés. Cande y yo estábamos un poco preocupadas—.
—Me fui de la escuela temprano—.
—Pensé que las tres íbamos a hacer algo para celebrar que el
Día de San Valentín todas estábamos solteras—.
— ¿Eso es un poco irónico, no te parece? — Suspiré y moví mi
cabeza, tratando de no mirar en sus grandes ojos heridos... Dios, ella era
buena haciéndome sentir culpable. Y yo sabia que iba a pagar por haberle
colgado a Cande ayer por la noche. —Lo siento, Euge. Algo surgió ayer. Te diré
todo al respecto después de la escuela, ¿está bien? —.
Antes de que pudiera decir algo, la Sra. Romali se aclaro
la garganta y grito, —Silencio, buenos días, amigos. Hoy vamos a comenzar con
el tiempo presente progresivo, y les advierto desde ahora que es bastante
malditamente difícil.- Y lo era. La Sra. Romali nos pasó una hoja de trabajo que nos
mantuvo ocupados hasta el final del bloque. Para la hora que la campana sonó,
yo realmente me estaba cuestionando mi afecto por la clase de español, y no
estaba sola.
— ¿Es demasiado tarde para cambiar clases por el semestre? —
Ángela le pregunto a Euge y a mi cuando caminamos fuera del salón de clases.
—Como un mes demasiado tarde, — le dije.
—Maldita sea—.
—Adiós, Lali! — gritó Euge mientras corría dirigiéndose a su
clase de Química.
— ¡Nos vemos en el almuerzo!—
La saludé con la mano y comencé a caminar hacia el otro
pasillo. Hoy, sin embargo, realmente estaba esperando la clase de AP gobierno.
Gas Dalmau me había pedido que me sentara cerca de él. Ya no seria la chica
solitaria de atrás del salón. Nunca pensé que cambiaria o que seria demasiado
feliz cuando lo hiciera. ¿Que puedo decir? El aislamiento auto-impuesto estaba
finalmente comenzando a molestarme.
Pero Gas no estaba ahí. Su asiento estaba completamente,
cien porciento vacio cuando entre al salón (por una vez estaba demasiado
temprano, de la manera que al Sr. Chaucer le gustaba), y mi corazón se hundió
un poco...o tu sabes, demasiado. Al menos no me tenía que sentar sola. Janine
prácticamente me arrastró hacia enfrente del salón, aparentemente perdida sin
Gas para mantenerla entretenida.
Ella debía ver decepcionada que yo no era ni cerca de
inteligente con sus chistes políticos como su usual compañero. Todo lo que yo
podía ofrecer eran algunos comentarios sarcásticos sobre la utilidad del
sistema judicial. Dios, extrañaba a Gas. También él Sr.Chaucer. Parecía ponerse
aburrido con su lectura ininterrumpida, y despidió la clase solo a medias
cuando la campana sonó, y su labio inferior sobresalía como el de un niño. Y
dicen que los maestros no tienen favoritos.
Estaba aliviada de estar afuera de ese salón, que parecía
frio sin los comentarios esclarecedores de Gas, hasta que llegué a la
cafetería. La mesa del almuerzo no era exactamente un ambiente amoroso y cálido
esa tarde. Cande me miró durante todo el almuerzo, obviamente molesta de que le
había colgado la noche anterior. Pero aparentemente no lo suficiente molesta
para reunirse con Euge y conmigo después de la escuela para escuchar mis
excusas. Había prometido explicarles las cosas después de
clases.
Por supuesto, eso significaba que al segundo que la campana
sonó, me arrastraron adentro del baño vacio y comenzaron a hacerme demandas
como — ¡Escúpelo! — y —¡afuera con eso! — antes de que pudiera tomar un maldito
solo suspiro.
Gemí y me deslicé por el frío muro de concreto para
aterrizar sentada en el suelo. Abracé mis rodillas ligeramente y dije, — Está
bien, está bien. Así que mama se presentó ayer por la tarde—.
— ¿Ya regreso de su viaje? — pregunto Euge.
—No exactamente. Solo vino a hablar conmigo. Ella y mi Papa
se van a divorciar—.
Euge puso una mano sobre su boca asombrada, y Cande se
arrodilló a mi lado tomando mi mano. — ¿Estas bien, La?- —pregunto, dejando su
ira hacia mi.
—Estoy bien, — dije. Sabía que ellas estarían más molestas
sobre eso que lo que yo estaba. Cande, cuyos padres habían pasado por un largo
y amargo divorcio, y Euge, que no se podía imaginar nada más infeliz y
perturbador.
— ¿Es por eso que faltaste el Día de San Valentín anoche? —
preguntó Euge.
—Si, — dije. —Lo siento. Yo solo... Realmente no me sentía
con ganas de celebrar—.
—Debiste haber llamado, — dijo Cande. —O haberme dicho algo
en el teléfono por la noche. Yo te hubiera escuchado, sabes—.
—Lo se. Pero realmente, estoy bien. Era solo cuestión de
tiempo. Lo he estado esperando por un tiempo—. Me encogí de hombros. —Y,
honestamente, no me molesta realmente.102 Quiero decir, ustedes saben que mi
mamá no ha estado mucho en el pasado por algunos años, así que realmente no
cambiará mucho eso. Pero solo va estar en la ciudad por unos días, por lo que
necesito irme ahora mismo—.Me puse de pie.
— ¿Adonde vas? — preguntó Cande.
—Le dije a mi mamá que veríamos juntas una película esta
tarde. — Agarré mi mochila y me di un vistazo a mi reflejo en el espejo. —Lo
siento. Chicas se que ustedes quieren hablar sobre eso o lo que sea, pero mi
mamá se marcha al final de la semana, así que...—
— ¿Estás segura que estas bien? — Pregunto Cande con
escepticismo.
Dudé, levante mi mano para cepillar algunas ondas castañas
de mi cara. Les pude haber dicho entonces. Podría haberles dicho sobre papá y
las botellas de cerveza y como estaba confundida. Ellas eran mis mejores amigas
después de todo. Se preocupaban por mí. ¿Pero que pasaría si delato a Papa, que
podría pasar? ¿Y si se corriera la voz? ¿Que pensaría la gente de él entonces?
Yo no podría manejar eso. Incluso el pensar que mis mejores amigas lo juzgarían
me incomodaba. El era mi papá, después de todo. Y esto era una cosa pequeña. El
solo estaba pasando por un momento difícil. Nada de que preocuparse.
—Positivo, — dije, apartándome del espejo con una sonrisa
forzada. —Pero debería irme ya. No quiero que Mama esperé—.
—Diviértanse, — murmuro Euge, sus ojos todavía bien abiertos
con inocente sorpresa. Tal vez le debería haber dado la noticia más suavemente.
Estaba casi fuera de la puerta del baño cuando Cande me
llamó. —Hey, La, espera un segundo—.
— ¿Si? —
—Vamos a salir este fin de semana, — dijo. —Para compensar
por no haber salido el Día de San Valentín. Todas podríamos ir al Nest.
Una Noche de Chicas Fuera. Será divertido. Incluso te compraremos helado—.
—Claro. Te llamo mas tarde, pero realmente tengo que irme—.
Con un saludo, corrí fuera del baño. Si, yo quería ir a ver una película con
mamá, pero esa no era la razón de mi prisa. Había algo más que tenia que hacer
primero.
Una vez que estuve en mi carro, no perdí tiempo en sacar mi
teléfono. Marque el familiar número y espere para que la voz profesional del
hombre respondiera.
—Has llamado a Tech Plus. Este es Ricky. ¿En que le puedo
ayudar?—
Quería hablar con papá. Para asegurarme de que estuviera
bien y dejarle saber que saldríamos de esto. Solo, tú sabes, ser de apoyo. Yo
sabía que lo necesitaba. Después de la noche que tuvo, sabía que estaría
teniendo un día horrible en el trabajo. Además, yo estaba lidiando con la
noticia muy bien, podría al menos ayudarlo a salir de esto.
—Buenas tardes, Ricky, — dije. — ¿Esta Carlos Esposito
disponible? —
—Me temo que no. El Sr. Esposito no vino hoy—.
Me senté ahí, aturdida por un minuto, sabiendo que
significaba eso. Pero me saqué las preocupaciones arrastrándose en mi estómago.
El solo estaba teniendo una mala resaca después de una mala noche.
Probablemente más que suficiente para recordarle porque había dejado de beber
en primer lugar. El estaría bien mañana. Tenia la esperanza.
—Gracias, de todos modos, — dije. —Que tengas un buen día.
—Colgué el teléfono y empecé a marcar otro número. Esta vez una mujer con una
clara y alegre voz respondió.
— ¿Hola? —
—Hey, Mama. — Me esforcé para sonar al menos semi-optimista.
Si estaba demasiado feliz, ella sabría que algo estaba sucediendo. Después de
todo, yo solo no era del tipo lleno de vida. — ¿Todavía quieres ir a ver una
película esta noche? —
—Oh, hola, Lali! — Exclamó mamá. —Si, eso suena bien.
Escucha, cariño, ¿has hablado hoy con tu papá? ¿El está bien? El se alteró
tanto la noche anterior, y estaba llorando cuando me fui—.
Por la forma en que hablaba, me di cuenta que no tenia ni
idea de que había recaído, de que había tocado una botella. Si lo hiciera, su
voz hubiera sido mucho mas tensa, llena de preocupación. Tal vez incluso al
borde del pánico. Pero sonaba calmada. Solo un poco preocupado. El hecho de que
ella fuera tan ciega realmente me molestó. Quiero decir, el había dejado de
tomar hace casi dieciocho años, pero aun así. El pensamiento debía de haber
cruzado por su mente. Pero no quería ser yo la que le diera la noticia.
—El esta bien. Acabo de hablar con el hace un segundo. El va
a estar en su trabajo hasta tarde esta noche, así que una película funciona muy
bien para mí—.
—Oh, esta bien. Me alegra escuchar eso, — dijo mamá. —Que
quieres ver? Ni siquiera se que es lo que esta en el cine ahora—.
—Yo tampoco, pero estaba pensando que una comedia estaría
bien—Papá no estaba mejor al siguiente día.
O el día después de ese.
O el día después de ese.
Uuuh pobre lali �� anais subi las dale q estoy aburrida atte Diana��
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