martes, 17 de abril de 2018

Capitulo 13

 Lali






Trato de liberar mi mano de su agarre.

—¡Mamá, no! ¡Por favor!

Mi pecho está a punto de explotar. Quiero gritar y lastimarla. Lágrimas corren por mi rostro en una corriente constante.

—Vas a hacer esto, Lali —grita, tirando más fuerte de mí—. Deja de quejarte y haz lo que te digo.

Mis pies tropiezan mientras me jala más cerca de la puerta a la que no quiero entrar.

—¡No puedo hacer esto! ¡Por favor, te lo ruego! ¡Por favor! 

Se detiene y me enfrenta. 

—¿Qué crees que va a pasar, Lali? ¿Crees que va a casarse
contigo? Él ni siquiera se va a quedar contigo. Si no haces esto, tu vida se arruinará. Todo por lo que he trabajado tan duro será arruinado.

Una parte de mi sabe que no hay esperanza. Pongo las manos sobre mi estómago sintiendo una ola de nauseas.

Seis semanas. 

Habían pasado seis semanas desde que lo había visto y ocho desde que había quedado embarazada. O al menos eso había dicho el doctor.

¿Peter me ha extrañado? ¿Ha estado pensando en mí? Me gustaría volver atrás y ser más amable con él. Cuando había tratado de besarme en el gimnasio después de la escuela, no debí haberme alejado. 

Lo extraño y odio extrañarlo.

No quiere decir que lo ame. 

Niego. —No voy a hacerlo. 

La sombra de la clínica se cierne sobre nosotras mientras me limpio
las lágrimas. 

—¿Por qué lo quieres tanto? —gruñe. 

Mi corazón todavía late rápido, pero debo mantener mi
temperamento bajo control. 

—Porque es mío. Es de Peter y mío. Necesito hablar con él. 

—Él ya siguió adelante con alguien más. —Saca su teléfono y me
muestra la pantalla. Mi estómago se vuelca por lo que veo y me estremezco por el dolor de contener las lágrimas.

Él había posteado en Facebook fotos de una fiesta en su casa. Tenía el brazo alrededor de otra chica.

—¿De verdad creíste que te amaba? 

—Necesito hablar con él. 

Ella vuelve a guardar el teléfono en su bolso de Prada y sus manicurados puños a su lado.

—¿Alguna vez le habló a sus amigos de ti? ¿Alguna vez fuiste a una cita con él? ¡No fue amor! ¡Te uso, Lali!

—¡Estás mintiendo! —Me acerco a ella, la agonía doliendo en mis músculos tensos—. Me ama. Lo sé.

He sido tan mala con él durante tanto tiempo, pero sé que él me quiere. Nunca miraba a otras chicas cuando estaba conmigo. Y no puedo soportar estar sin él.

Ella alza una mano al aire.

—¡Bueno, felicitaciones y bienvenida a la tierra de Cada Mujer es una Idiota! —me grita—. Todas hemos estado allí al menos una vez. "Él me sonrió. Me quiere de verdad. Abrió la puerta para mí". —Me mira directamente—. Déjame que te cuente lo que he aprendido acerca de las mujeres y los hombres. Las mujeres sobre analizan todo y los hombres solo piensan es sí mismos. Peter nunca salió contigo en público. ¡No te quiere!

***

Parpadeé despertando, las vibraciones de mi teléfono me alertaron. 

La habitación estaba a oscuras y eché un vistazo al reloj para ver que solo era la medianoche. El sueño todavía estaba fresco. Me froté los ojos con las palmas de las manos y empujé las imágenes lejos.

Inclinada sobre un lado de la cama, agarré mi celular del suelo. Recordé haberme acostado con Peter más temprano.

Peter.

Giré mi cabeza hacia un lado para encontrarlo dormido a mi lado. Se veía tan tranquilo y yo estaba recostada mirándolo.
Él descansaba sobre su estómago y tenía la sábana hasta la cintura. Su cabello aún estaba mojado por la ducha y después de toda nuestra actividad, se había secado en un lio. Estaba levantado hacia veinte diferente direcciones haciéndolo parecer más joven. O tal vez más despreocupado de lo que ya era. Sus brazos abrazaban la almohada debajo de su cabeza y envidiaba su lenta respiración.

El tatuaje en su espalda me había lanzado a un bucle, todas las veces que había atrapado la vista de él durante los dos días pasados. Inmediatamente pensé que era mi nombre. Me preguntaba qué significaba la palabra "Lila", pero sabía que nunca se lo preguntaría.

Mi teléfono zumbó en mi mano y tomé una respiración profunda, abriendo el mensaje.

Mi padre había llamado dos veces y enviado mensajes. Mi madre también había llamado y dejado un mensaje. Los eliminé todos sin escucharlos. Sabía que era un sermón del por qué había venido aquí o más mierda que no quería escuchar.

Abrí el mensaje de texto de mi padre, vi dos mensajes.

¿Lali? ¿Quieres que publique esto?

Mirando a Peter, sabía que mi plan había cambiado. Escribí mi respuesta.

No. Envíalo a Lanzani.

¿Estás segura? Respondió. 

No, no lo estaba. No quería seguir más con esto, pero era la única
manera de que sentiría que tuve un cierre. Peter y yo no teníamos ningún futuro. No era amor y no me iba a seguir engañando un minuto más.

Ahora.

Abriendo un nuevo mensaje, le envié uno al padre de Peter.

Revisa tu correo electrónico. Te veré en tu oficina. Tienes dos horas.

Tipos como él duermen con sus teléfonos, pero sabía que él probablemente todavía estaría despierto cogiéndose a su amante.
Me respondió minutos después.

En camino.


***

—Katherine Riera

Dejé una carpeta sobre el escritorio de Jason Lanzani y me dejé caer en la silla frente a él.

Él entrecerró los ojos, luciendo vacilante y abrió la carpeta. Sus labios se apretaron mientras examinaba cuidadosamente los documentos, recibos y fotografías.

—¿Por qué has hecho esto? —preguntó con una calma fría como ya había manejado.

Miré a Jason, viéndose mucho como se verá su hijo en treinta años y los odié otra vez. Con su cabello rubio muy corto que le quedaba mejor que a la mayoría de chicos veinte años menores que él y en un traje negro, el Sr. Lanzani todavía era un hombre atractivo. No me sorprendía que mi madre se le hubiese lanzado, incluso antes de haberse divorciado de su último esposo. Era rico, guapo e influyente. El paquete perfecto para una caza fortunas.

Aunque no podía decir que siempre fue cruel conmigo, su presencia me intimidaba. Igual que Peter. En mis jeans ajustados, camiseta de Green Day, no tenía alguna armadura para resistirlo.

O al menos, eso pensaba él. 

—¿Por qué lo crees? —ataqué de vuelta 

—Dinero. 

—No necesito tu dinero. —Mis palabras eran cortantes y quería
quemar mierda cuando este tipo estaba alrededor—. Preferiría tomar el dinero sucio de mi padre antes que tomar algo de ti.

—Entonces, ¿qué quieres? —preguntó, levantándose y yendo al bar para servirse un trago de algo marrón.

Me senté con la espalda recta y miré por la ventana detrás de su escritorio, sabiendo que podía oírme.

—Levantarse mientras alguien está hablando es grosero.

Aún lo sentía y esperé solo un momento antes de que estuviera de vuelta frente a mí, sentado sobre su escritorio.

—Iba a filtrar lo que viste en el mail. El pago a los jueces...

—Un juez —intervino. 

—Y la aventura que has tenido desde hace tiempo con la Sra. Riera
—continué—, la cual has estado llevando con ella a través de dos matrimonios.

No lo podía creer cuando me enteré. Mientras indagaba en sus asuntos, no era una sorpresa que había estado durmiendo con otras mujeres.

Infiernos, él y mi madre comenzaron a extraviar el camino apenas se casaron. Peter y yo lo sabíamos. A pesar de que él y yo no hablábamos mucho en ese entonces, sabía que él vio que su matrimonio era una farsa, al igual que yo lo hice. Sabíamos que ninguno de los cuatro seríamos algún tipo de familia. Y por eso nunca sentimos alguna solidaridad.

Hasta la semana en que las cosas cambiaron y empezamos a dormir juntos.

—¿Por qué no publicas la historia? —preguntó él.

Buena jodida pregunta. 

Mantuve mis brazos sobre la silla y el contacto visual. Lanzani podía fácilmente sentir la debilidad. Era parte de su trabajo.

—Porque resulta, que no soy una mala persona —le dije—. Podría lastimar a personas que realmente no se lo merecen y no estoy dispuesta a hacer eso. Aún.

—Gracias. —Parecía sinceramente aliviado, que se joda. 

—No lo hice por ti. 

Cruzó las manos sobre la mesa. 

—¿Dónde está mi hijo? 

—Dormido. —Sonreí—. En mi cama. 

Hombres como Jason Lanzani raramente gritaban, pero sabía que estaba enojado. Él estaba haciendo esa cosa de cierra-tus-ojos-y-respira-lentamente.

—Entonces, ¿qué es lo que quieres de mí, Lali? —preguntó finalmente.

—Quiero que te divorcies de mi madre. —Sus ojos se ensancharon, pero continué—: Asegúrate de que ella pueda cuidarse, por supuesto. No la amo, pero tampoco quiero que esté en la calle. Ella se queda con una casa y manutención.

Se rió amargamente, sacudiendo su cabeza.

—¿Crees que no he tratado de divorciarme de ella, Lali? Tu madre está luchando contra lo inevitable. No quiere un divorcio y la atención de una larga y enmarañada batalla legal. Créeme, puedo divorciarme de ella sin perder demasiado. Pero no sin un circo mediático.

Pobre tipo.

—Eso no es de mi incumbencia. No me importa cómo y ni si le va a doler. Si lo quieres rápido y fácil, entonces te sugiero que abras más ampliamente tu billetera.

Apretó sus labios y podría decir que lo estaba pensando. No estaba preocupada. ¿Un abogado como él no podía vencer a su esposa en la corte? Por favor. Se preocupaba por su reputación y nada más. Él estaba en lo cierto. Mi madre haría cualquier cosa para llamar la atención y se arrastraría por el lodo. Pero tenía un precio.
Todo el mundo lo tenía.

—¿Qué más? —Alzó las cejas, claramente no le gustaban los términos hasta ahora.

—Uno de los socios de mi padre, Ted O'Rourke, es elegible para libertad condicional en septiembre. Haz que se apruebe.

—Lali. —Negó hacia mí de nuevo—, defiendo a los tipos malos. No tengo ninguna influencia con la junta de libertad condicional.

¿A quién quería engañar?

Me incliné, colocando mi mano sobre el escritorio.

—Ya basta con el acto de impotente. No me hagas pedir dos veces.

—Voy a tratar. —Inclinó la cabeza hacia mí—. ¿Qué otra cosa? 

—Nada más. —Le sonreí con la boca cerrada. 

—Eso es todo. Tu madre y Ted O'Rourke. ¿Nada para ti? 

Me puse de pie, metí algunos mechos de cabello detrás de mí
oreja y dejé caer los brazos a mi lado. Poner las manos en los bolsillos también sería una señal de debilidad.

—Esto nunca fue para mí, Jason, ¿pero lo haces por mí, no es cierto? Es por eso que te asustaste cuando nos encontraste a Peter y a mí juntos. Sabías quien era mi padre y cómo era mi madre en ese entonces, asumiendo lo peor de mí. No querías a tu único hijo jugando con lodo.

Se pellizcó el puente de la nariz.

—Lali, solo eran niños. Era demasiado, demasiado rápido. Siempre me has agradado.

—No te agrado —le respondí—. La culpa, la tristeza, el abandono por parte de los adultos que se suponen que estarían para mí y todo lo que pasó después fueron cosas por las que nunca debía haber pasado. Especialmente sola.

Entrecerró los ojos en confusión. 

—¿Qué cosas pasaron después? 

Perdí mi aspecto amenazador. ¿Él no lo sabía? Claro. ¿Por qué pensé que mi madre le habría dicho? Niego, ignorando su pregunta. ¿A quién le importaba? No es como si me hubiera protegido de todos modos. 

—Esas son las imágenes que tengo de Katherine. Nada digital. 

Él parpadeó. —¿Vas simplemente a dejármelas ahora? Así no es cómo funciona el chantaje.

—Esto no es un chantaje —me burlé—. No soy como tú. Pero conozco un montón de gente mala y por eso sé que harás lo que te estoy pidiendo. Si mantienes tu palabra, no diré nada.

Si, él sabía quién era mi padre y el tipo de gente que conocía a través de él. Nunca los usaría para hacerle daño a alguien, pero él no lo sabía.

Levantó la vista y preguntó:
—¿Cómo puedo saber si debo confiar en ti? No quiero que el nombre de Katherine se ensucie.

—Nunca te he mentido —señalé y giré para alejarme.

—¿Lali? —me llamó y giré para mirarlo—. Conozco desde hace tiempo donde he fallado. Y mis defectos. —Se puso de pie y metió las manos en sus bolsillos—. He descuidado a mis esposas, a mi hijo y nunca tomé mucho interés por las cosas fuera de la corte —suspiró cansado—. Pero no importa lo que pienses, sí amo a mi hijo.

—Creo que lo haces.

—¿Fue tan malo? —Entrecerró los ojos, estudiándome—. ¿Estar separada de él? Quiero decir, después de todo este tiempo, ¿no puedes ver que fue lo mejor? ¿De verdad dolió tanto?

Dolor. Mi mandíbula se tensó y mis ojos ardían. ¿Alguna vez amó algo lo suficiente que dolía?

Mi voz fue casi un susurro.

—Pienso que sí. Al principio. Me dolió cuando me arrancaron lejos de él sin un adiós. Me dolió que no pudiera verlo o hablar con él. Dolió cuando mi madre no me llamaba ni me invitaba a casa para las vacaciones. Y me dolió cuando volví aquí después de unos meses y encontré a Peter con otra persona. —Enderecé mis hombros y lo miré con los ojos muertos—. Pero lo que realmente dolió fue ser forzada por mi madre a ir a esa clínica, a ese cuarto y estar sola mientras una maquina robaba su bebe de mi cuerpo.

Sus ojos se abrieron y supe sin ninguna duda que él no lo sabía. 

Asentí, mi voz ronca. —Sí, esa parte realmente apestó. 

Me giré, salí y traté de no pensar en la mirada desconsolada en el
rostro de Jason Lanzani antes de que lo enterrara en sus manos.


SI esto fue fuerte ...chicas lamento el atraso quede sin Internet en casa así que subiré desde mi colegio , por lo pronto no podre hacer maratón pero subiré desde aquí cada vez que pueda hasta que se solucione lo de mi casa 

6 comentarios:

  1. Pobre lali :/
    Bueno ojala tu inter se arregle y puedas subir pronto mas

    ResponderEliminar
  2. Estoy llorando..como literalmente llorando...

    ResponderEliminar
  3. Ayyy nooooooo anais me matasteeeee +uiero mas quiero q esten juntooooossssas

    ResponderEliminar
  4. ������������������������������������������������������������������������

    ResponderEliminar
  5. Ay por dios quiero mas quiero q peter se entere porfa masssssssss

    ResponderEliminar