domingo, 22 de noviembre de 2015

capitulo 7





Peter 

—Levántate. —Irrumpió en mis sueños cálidos y felices, seguido de un duro golpe a mi brazo. 

La misma voz sexy que me estuvo pidiendo “no te detengas”. Ahora me gritaba. Sacudiendo la cabeza para despejarla, lentamente obligué a mis ojos a abrirse.

 Lali me miraba con un vaso en sus manos. Metió su mano en el vaso y luego salpicó agua fría en mi cara. ¿Qué demonios? 

—¿Qué estás haciendo? —dije con voz ronca, moviendo mi brazo para cubrir mi rostro de cualquier otro ataque. 

—Tratando de despertarte —respondió. 

Estaba molesta y era hermosa. Su cabello peinado hacia atrás en una cola de caballo, usaba pantalones cortos y una camiseta. Sin maquillaje. Nada. Era perfecta. Quería mirar su muy perfecto cuerpo y cara, pero tenía miedo de que vaciara todo el vaso de agua sobre mi cabeza. 

—Vamos, Peter. Levántate —rogó. 

Me gustaba ese sonido. Moviendo mi brazo a un lado, le sonreí.

 —Siempre podrías venir aquí —contesté, sin poder detenerme. Sus ojos se abrieron y luego instantáneamente se estrecharon. 

—La única razón por la que no he derramado todo este vaso de agua helada en tu cabeza es porque Gas ama este viejo sofá. Pero estoy a punto de que no me importe.

 Me senté rápidamente. Tan sexy como se veía allí de pie, toda molesta, no quería que me derramara agua helada. 

—Estoy levantado, cariño. ¿Por qué no dejas ese vaso? 

—Bien. Ahora ponte tu camisa y vete. Vi tu Jeep abajo. No necesitas un aventón. Adiós —respondió y luego se dio la vuelta.

 Su lindo y pequeño trasero apenas cubierto por los pantalones cortos recortados. Era débil y acababa de ser despertado por la protagonista de mi muy travieso sueño. Salté y envolví los brazos alrededor de su cintura, atrayendo su espalda hacia mi pecho. Ummm, se sentía muy bien. 

—¿Qué... qué estás haciendo? —preguntó en un tono nervioso. 

—Lo siento. 

No me di cuenta de que pediría disculpas. No tenía que disculparme, maldita sea, necesitaba que me odiara. Pero olía tan bien y su trasero se presionaba contra mi erección mañanera y no podía dejarla ir sin asegurarme de que no me odiaba por ser un idiota el otro día.

 —¿Por qué? —preguntó en un tono cauteloso. 

—Fui un idiota el otro día. No debí hablarte de esa manera. No quiero que estés tan enojada conmigo. Tuve un mal día y lo desquité contigo. Lo siento mucho. —Ahora era el que rogaba.

 Dejó escapar un profundo suspiro y su pecho subía y bajaba bajo su ajustada camiseta. 

—Esas tetas son muy bonitas. Son reales y apuesto a que son suaves y se sienten como el maldito cielo. —Mierda, ¿por qué dije eso? 

Lali se puso rígida en mis brazos. Debería dejarla ir y alejarme. Era lo correcto. Me había disculpado y necesitábamos dejar las cosas así. Me encontraba en el departamento de su hermano. Tenía una cita con una clienta en tres horas. Lali era demasiado dulce para que la tocara. 

—Está bien —dijo en un susurro. 

Podría deslizar mis manos hacia arriba por su estómago y tomar sus tetas en mis manos justo ahora. Permanecía muy relajada en mis brazos. Inclinada hacia mí. Ah, tan bueno. ¡NO! Dejé caer las manos y di un paso atrás. La postura de Lali se puso rígida. No me miró. Me quedé ahí tratando de pensar en algo que decir, pero no vino nada. 

—Ponte tu camisa y vete. Rochy y Luz vienen de regreso. Gas quería que te fueras antes de que llegaran —dijo con voz plana antes de alejarse. 

La observé hasta que entró en la habitación de invitados y cerró la puerta detrás de ella. Me dejé caer en el sofá y me agarré la cabeza en mis manos. ¿Por qué seguía haciendo esto? Tengo que recordar que no entra en mis límites. ¿Por qué tenía que venir a mí tan fácilmente? ¿Acaso no sabía que no debería acercarse a chicos como yo? No tenía que dejarme tocarla... tenía que luchar contra mí. Pero, maldición, saber que le daría la bienvenida a mi toque me volvía malditamente loco. 

Miré alrededor de la habitación buscando mi camisa y la encontré doblada al final del sofá. Rochy debió haber hecho eso. Me la puse, luego toqué en mis bolsillos por mi teléfono y mis llaves. Sólo encontré mi teléfono. Mis llaves probablemente estuvieran en el Jeep. Sólo debería irme. No decir nada. Sólo irme. Tenía razón al esconderse de mí. Moví los pies para caminar hacia la puerta y terminé dirigiéndome a la habitación en la que entró Lali. No podía dejar esto así. 

—Lali —la llamé y golpeé la puerta una vez, antes de abrirla. Se hallaba sentada en la cama con las piernas dobladas debajo de ella, mirando por la ventana. No se giró ni me miró. 

—Lo siento —le dije, entrando en la habitación. Se encogió de hombros y mantuvo su mirada fija en la ventana, viendo hacia el agua. 

—¿No hablarás conmigo? —le pregunté, dando unos pasos más cerca de la cama. 

—Nuestras conversaciones normalmente no terminan bien — respondió. Y eso era todo por mi culpa. 

—Lo sé. 

No respondió de inmediato. La observé mientras se sentaba ahí. El sol de la avanzada mañana brillaba a través de la ventana, haciendo que su ya perfecto rostro luciera incluso más angelical. ¿Cómo me las arreglaba siempre para herirla? No se merecía ser herida. Aparte de que su padre había rasgado su mundo el año pasado. Necesitaba amigos. Personas a quienes les encantaría y no la lastimarían continuamente. ¿Por qué no podía hacer eso? 

—Esta vez no tienes nada por lo cual lamentarte —dijo—. Me acerqué demasiado; te alejaste. Capté la pista. No es un gran problema. Estoy bien. Ahora sólo vete. 

Maldición. No entendía a los chicos en absoluto. 

—Lali, retrocedí porque dejaba que sucediera algo que no debería. Eres demasiado buena para mí. Te das cuenta de eso, ¿no? Estoy jodido. Mi vida es un jodido desastre. Tanto como me gustaría tocarte —porque, cariño, eres irresistible— no puedo. Nunca seré lo suficientemente bueno para ti. 

Finalmente, volvió la cabeza y se encontró con mi mirada suplicante. Necesitaba que entendiera esto. La dejé jugar este juego por mucho tiempo y lo había disfrutado demasiado. Que flirtee conmigo fue algo de lo que tenía ganas y temía al mismo tiempo. 

—Bien. No quieres ser lo suficientemente bueno para mí, entonces nunca lo serás. Merezco a alguien que quiera ser lo que necesito. No es como si fueras a ser mi único enamoramiento. Serás mi primero. Me enseñaste mucho acerca de los chicos. —Se puso de pie y se acercó a mí—. Tienes razón. Merezco más. Mucho más que un tipo que ni siquiera me besó mientras entraba y salía de mí. Soy lo suficientemente buena para una follada rápida, ¿pero no lo soy para besar? Lo entiendo. Lección aprendida. 

¿De qué demonios hablaba? No hemos tenido sexo. No olvidaría el tener sexo con Lali Esposito. 

—Adiós, Peter. Hemos terminado aquí. Fin de la conversación. 

—Llai, ¿de qué ha...? 

La puerta principal se abrió, interrumpiéndome y una pequeña voz empezó a gritar—: ¡Mana! ¡Mana! ¿Estás? —Luz y Rochy acababan de llegar. 

Lali pasó por delante de mí y fue hacia la sala de estar. La cabeza me daba vueltas. ¿De qué malditos demonios hablaba? 

—Hola, niña bonita. Te extrañé —ronroneó Lali. 

—Gas en el trabajo —dijo Luz a Rochy. 

—Sí, lo está. 

Luz levantó sus ojos verdes y me encontró de pie en la parte de atrás, observándolas. 

—Peteter aquí —replicó con alegría y aplaudió. 

No podía pensar a través del remolino en mi cabeza para mantener una conversación con la niña. Tenía que salir de aquí. No conseguiría respuestas con Rochy parada aquí entre nosotros. 

—Hola, preciosa. Diviértete con Lali y Rochy, ¿de acuerdo? —le dije, y luego sonrió mientras me saludó. 

—Bien —contestó. 

—Gracias, Rochy, por el sofá. Lo siento por aparecer aquí. No fue una buena noche —le expliqué.

 No podía decirle que pasé a comprobar a mis hermanos y descubrí que mi madre se fue durante dos días y los dejó solos por la noche. Tuve que cazarla y amenazarla con la cárcel si no regresaba a casa. Ella me odiaba cada día más. Pero al menos ahora se hallaba en casa. También me aseguré de que León tuviera un celular que mantuviera oculto en su habitación para que me llamara la próxima vez que sucediera algo así. Terminé bebiendo demasiado en el bar porque me enojé conmigo mismo por no ir a revisar a los niños antes. Me parecía cada vez más a mi madre. Tenía que dejar de beber tan malditamente tanto. 
  
—No te preocupes. Está siempre abierto si lo necesitas —respondió Rochy. 

—Gracias —le dije de nuevo y luego me dirigí a la puerta. 

No miré a Lali. Había terminado conmigo. Finalmente me las arreglé para alejar a la única mujer que podría haberme importado. Pero ¿qué había querido decir con “lección aprendida”? Necesitaba la respuesta a eso. 
  
  
  
Lali 

—La tensión era tan densa que podría cortarla con un cuchillo de mantequilla. ¿Qué diablos fue todo eso? —preguntó Rochy, después de que la puerta se cerró detrás de Peter. 

No quería decirle nada de esto. Nunca lo entendería, de todos modos. También, cabía la posibilidad de que se le saliera y se lo dijera a Gas, lo que sería horrible. Por más herida y enojada que estuviera con Peter, no quería que Gas le odiara. Gas era una de las pocas personas a la cual Peter podía recurrir. No me gustaba la idea de que estuviera solo. 

—Se enojó porque lo desperté con agua fría. Discutimos. Llegaron en medio de su mal humor. 

Rochy no lucía como si me creyese, pero asintió de todos modos.

 — Está bien. No me entrometeré. Pero permíteme decir que Peter es peligroso. Es adorable, dulce y amante de la diversión, pero algo en él es oscuro, ha tenido un mal pasado. Lo sé porque creció en mi misma calle. Creo que pudo pasar por cosas peores de las que yo pasé. Sólo ten cuidado con eso, ¿de acuerdo? Todavía eres joven y has sido muy protegida. No es asunto mío, pero ten cuidado. 

No había ninguna necesidad para esta advertencia. Pero asentí.

 — Está bien. 

—Ahora, ¿qué vamos a hacer hoy, niñas? —preguntó Rochy, sonriéndole a Luz. 

—¡Nadar! —exclamó Luz alegremente. 

—Nadar será —concordó Rochy. 

Tendría que pedir prestado uno de los trajes de baño de Rochy. Inicié la pregunta, cuando mi celular comenzó a sonar en mi bolso. Me acerqué a la mesa donde dejé mi bolso cuando entré y saqué mi teléfono. Al mirar hacia la pantalla, suspiré cuando vi el nombre de Peter. ¿Qué hacía? 

—Hola —le dije en el tono más molesto que pude manejar. 

—No puedo encontrar mis llaves. No están en el apartamento ni en mi Jeep. ¿Puedes darme un aventón? 

Maldición. ¿Cuándo conseguiría un poco de espacio lejos de él? Se encontraba en todas partes. No podría superar esta cosa que tenía por él si siempre lo tenía cerca. 

—Está bien —le contesté y colgué. 
  
Miré de nuevo a Rochy, quien se hallaba allí de pie observándome.

 —No puede encontrar sus llaves. Lo voy a llevar a casa. Estoy segura que tiene un juego de repuesto allí. 

Rochy se mordió nerviosamente el labio inferior. Sabía que no le gustaba esto, pero entonces, a mí tampoco. 

—Bueno, ten cuidado. Le haré saber a Gas que tuviste que darle un aventón. 

Entendí esa advertencia inocente. No era para mí, sino para Peter. Me agaché y le di a Luz un beso en la cabeza. 

—Volveré más tarde. Guarda un poco de agua para mí. 

—Nadar —repitió.

 Sonriéndole, me dirigí a la puerta y a la planta baja. Tal vez después de que lo llevara a casa podría poner algo de distancia entre nosotros. 

Peter se encontraba apoyado contra la puerta del lado del pasajero de mi coche. Tenía puestos sus lentes Oakley para el sol, con los brazos cruzados sobre su pecho, haciendo que los músculos se flexionaran. ¿Por qué, oh por qué, tenía que ser tan malditamente hermoso? Incluso aunque no podía ver sus ojos a través de los lentes oscuros, sabía que me miraba. Podía sentirlo. Y, por desgracia, me gustaba. O por lo menos le gustaba a mi cuerpo.

 —Lo siento por esto. Alguien debió tomarlas para que no condujera. Sin embargo, no sé quién. 

Quité el seguro de las puertas con mi control remoto. No tenía que hablar con él si no quería. Sólo le daba un aventón. Deslizándome en el asiento del conductor, me puse el cinturón de seguridad y lo ignoré mientras entraba a mi lado. El cuero negro ya cálido por el sol. Inclinándome, encendí las rejillas de ventilación de los asientos para enfriarlos. Puede que mi papá no sea bueno para un montón de cosas, pero seguro que era muy útil cuando necesitaba un coche. Ser propietario de varias concesionarias Mercedes me aseguraba que tendría lo mejor cuando se trataba de vehículos. 

—¿Qué quisiste decir arriba sobre no besarte mientras, uh, hacía otras cosas? 

¿Qué clase de juego jugaba? ¿Quería revivir esto conmigo?  

—Exactamente lo que crees que significa, Peter. Te encontrabas ahí. Deberías saberlo. 

Me miraba. No lo miré. Me concentré en conducir. 

—No te preguntaría si no estuviera tan malditamente confundido. 
  
¿Cómo es que se confundió? Fui muy específica. No me besó ni una vez mientras teníamos sexo. Eso era malditamente claro. 

—No quiero hacer un refrito de esto. Sucedió. Estuvimos actuando como si no hubiera pasado hasta ahora, así que hagamos eso de nuevo. ¿Bien? 

Apreté mi agarre sobre el volante y di vuelta hacia el tráfico. Ninguno de los dos dijo nada durante unos momentos. Tal vez había decidido concederme mi petición. 

—Lali, ¿estás diciéndome que nosotros... tuvimos sexo? 

La incredulidad en su voz fue mi primera pista. Bueno, tal vez fue la primera pista de la que me di cuenta. Me perdí las otras pistas. Aquellas en las que no se explicó o me veía con el ceño fruncido como si estuviera loca. Pero lentamente fueron surgiendo en mí. ¡No recordaba! Si la humillación podría ser peor, lo acababa de ser. Se olvidó de que tuvimos sexo. Le di al imbécil mi virginidad como una idiota y estuvo con tantas chicas que no podía recordarlo. Guau. Pensé que superé este rechazo, pero este nuevo conocimiento causó un nudo en la garganta. ¿Cómo pudo? 

—Lali, contéstame, por favor. Antes de que te obligue a estacionar el coche y me mires. —La voz de Peter sonaba en pánico. 

¿Por qué? ¿No se olvidaba de las chicas con las que follaba todo el tiempo? Ahora era una de muchas. 

—Sólo quiero llevarte a casa e irme. No vamos a hablar sobre esto.

 —Joder —gruñó Peter a mi lado y echó hacia atrás la cabeza contra el apoyacabezas—. No fue un sueño. Es un recuerdo.

 Mierda. ¿Un sueño? ¿De qué hablaba? Ahora era yo la confundida. 

—Lali, por favor, dime que no lo hice... —Se detuvo y tragó con fuerza, luego tomó una profunda respiración—. Por favor, dime que no... no tuve sexo contigo en un cuarto de almacenamiento. Sobre cajas. 

No podía decirle exactamente eso. Así que no respondí. Seguí conduciendo.  

—¡Jódeme! —rugió Peter e hizo puños sus manos sobre sus piernas. 


—Ya lo hice. No terminó bien —le contesté. 

—No digas eso. Por favor, no digas eso. —La emoción en su voz me sorprendió. 

(chicas para que entiendan este dialogo si es que no saben jodeme o o una palabra parecida como joder tiene referencia a follar , en este caso ella responde eso por el sinónimo de jodeme por follame )

¿Era tan importante que tuviéramos sexo? No fui muy memorable para él, obviamente. Así que ¿por qué ahora sufría un colapso por eso? Era yo la que debería estar molesta. No él. 
  
—Sólo estoy siendo honesta —le contesté mientras entraba en el estacionamiento de su edificio de apartamentos. 

—Pensé que era un sueño —dijo en voz baja.

 Su cabeza seguía echada hacia atrás en el apoyacabezas y sus ojos se cerraron fuertemente. Me sentí un poco apenada por él. 

—No le diré a Gas. Si quisiera decirle, ya lo habría hecho —le tranquilicé. 

No podía evitarlo. Odiaba verlo tan alterado. Peter abrió los ojos y me miró. 

—No estoy molesto porque crea que le vas a decir a tu hermano. —Dejó escapar un suspiro irregular—. Pero supongo que podrías pensar eso de mí. ¿Por qué no lo harías? 

—Tienes sexo con chicas diferentes todas las noches. Fui una de ellas una noche. Tal vez sólo la primera de la noche. ¿Quién sabe? —La amargura en mi voz no ayudaba. La expresión de Peter se veía torturada. 

—Lali. Estaba borracho. Muy, muy borracho. Me desperté a la mañana siguiente y pensé que fue un sueño. De hecho, he revivido eso muchas veces en mis sueños desde entonces. Nunca me di cuenta de que... Dios, no puedo creer que te llevé a una unidad de almacenamiento detrás de un bar. —Pasó la mano por su cabello en señal de frustración. 

Está bien. No podía soportarlo más. Se culpaba por esto y fue en parte culpa mía. Fui la idiota, al salir a la calle con él y permitir que sucediera lo que sucedió. Podría haberle puesto fin. 

—Pude haberlo detenido. No quise hacerlo —le dije. 

No iba a decirle que durante años fantaseé sobre tener sexo con él. Esa era la única pieza de este secreto que podía mantener para mí. 

—¿Por qué? ¿Por qué me dejarías hacer eso? Te mereces mucho más que eso. —Se detuvo y me miró fijamente—. Dime que no fue tu primera vez. 

¿Miento? ¿O le digo la verdad? Mentir nos haría sentir mejor a los dos. O, al menos, le haría sentir mejor a él. Yo pensaría en ello todo el tiempo. 

—Decidí hacerlo. No bebí. Me encontraba completamente sobria esa noche y elegí que fueras tú. 

Peter se lanzó a abrir la puerta del coche y salió. Me senté ahí y lo observé mientras se paseaba de un lado al otro delante del coche. Pasó las manos por su cabello varias veces y me sorprendí deseando poder hacer eso. Amé la forma en que su cabello se sentía. Esa noche podría ser algo que lamentaré más tarde en la vida, cuando conozca al chico con el que me case, pero en este momento no me arrepentía.Tenía un muy buen recuerdo de Peter. Incluso si no me había besado y se marchó dejándome cuando todo terminó. 
  
Me senté en el coche y vi a Peter lidiar con esta información más dramáticamente de lo que esperaba. Cuando finalmente dejó de caminar y me miró, abrí la puerta del coche y salí. 

—Fui el primero. Esa noche. Tomé tu virginidad en una unidad de almacenamiento de mierda sobre un montón de cajas. —No era una pregunta. Declaraba los hechos. Asentí. —¿Sabías que estaba completamente borracho? 

No, no lo sabía. Sabía que estuvo bebiendo, pero aparentemente no supe que había bebido tanto. Negué con la cabeza.  

—Nunca voy a beber de nuevo. Eso es todo. Lo juro. He terminado. —Puso las manos sobre el capó de mi coche y bajó la cabeza—. Nunca podré decirte lo mucho que lo siento. Deberías de odiarme por el resto de tu vida. Esa no es manera de que perdieras tu inocencia. Maldita sea, Lali. Alguien tiene que pegarme un tiro.

 No podía enojarme con él. No cuando se encontraba así. Cerré la puerta y me acerqué a su lado. Tentativamente, le toqué el hombro. 

— Quería que fueras tú. Ahora me doy cuenta que para que fueras tú, la forma en que sucedió, era la única manera en que alguna vez sucedería. Creo que estoy bien con eso.

 Peter levantó la cabeza y me miró. 

—¿Por qué yo? ¿Por qué me elegirías? 

La cruda emoción en su voz fue la única razón por la que decidí ser honesta. 

—Porque confiaba en ti. Te quería a ti. Te he querido por mucho tiempo. 

Peter negó con la cabeza y se levantó. 

—No me quieres, Lali. No me quieres. ¿Lo entiendes? No soy para ti. 

Eso dolió. Me obligué a asentir. Lo entendí. No quería que nada pase entre nosotros. Tenía que seguir adelante. 

—Lo sé. —Me las arreglé para decirlo con firmeza. 

—No seré capaz de perdonarme. 

Escucharlo decir eso dolió aún más. Se enfadó por esto mucho más de lo que hubiera pensado. Debí saber que no quería cruzar ninguna línea conmigo, pero me di cuenta de cuán sincero era ese deseo. Nunca tuvo la intención de permitir que pasara algo entre nosotros. Fue una comprensión dolorosa. 

—No hay nada que perdonar. Obtuve lo que quería. Se acabó —le dije, luego me giré y caminé de regreso a mi coche. Tenía que seguir adelante y olvidar esto. Este fue mi cierre. 
  

No dijo nada para detenerme. Sólo se quedó ahí, viéndome alejarme. 


DIJE QUE HARÍA MARATÓN PERO HUBO PROBLEMAS JODIDOS TÉCNICOS POR UN MOMENTO PENSÉ QUE LO PERDÍA NO SABEN COMO DOLIÓ MI CORAZÓN , PERO YA ESTA TODO EXCELENTE MI CORAZÓN ESTA IGUAL QUE SIEMPRE Y ME LAS ARREGLE PARA SUBIR UN CAP ..SI NO SE ENTENDIÓ HABLABA DEL COMPU 

PD: LAS QUIERO Y COMENTEN 

7 comentarios:

  1. no puedo evitar acordarme de mi y de mi chico ven que les dije que se parece a mi historia ..no es q paso lo de no acordarse de que follamos ni si quiera lo hacemos , pero al principio me pasaba lo de lali fijarse en un idiota sexy tratar olvidarse de el y no poder dejar de preocuparse de el ...de apoco seguiré contando.. se que no deben querer saber de mi pero bue le quiero contar así que se las aguantan hjkhjkh

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  2. Uhh mas dolor para lali :/
    Jaja espero pronto no tengas mas jodidos problemas técnicos. Y no te preocupes leeremos lo que quieras contarnos :)

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  3. que feo no se acuerda que doloroso para ella. Quiero más más también quiero de tú historia besos Naara

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  4. Que lindo siguio soñando con ella aunque no supiera que era un recuerdo

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  5. Lali cree k no quiere nada con ella ,pero x motivos equivocados.
    Peter no confía como para abrirse a Lali ,y k esta decida lo k verdaderamente es mejor para ella.
    Estoy segura k ella aceptaría d muy buen grado, lo k él tiene planeado para sus hermanos.
    Pero .....k coraje ,no terminan d decirse todo .

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  6. Anais subiiii, me encanta la novela, en especial este tipo de Peter

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  7. Anaisssssss tienes que subir y dedicarme un capítulo porque estoy que compró un Pasaje de avión a Chile y te pateare el culo :)

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