lunes, 2 de noviembre de 2015

capitulo 12







Después de que le pido que me lleve allí, por suerte no me pregunta que pasa otra vez. Entonces, el hecho de que estoy yendo al aeropuerto sin dinero me golpea. 

Miro mi teléfono. Son las diez aquí, lo que significa que es la una en casa. Mierda, espero que Euge este despierta. Su padre tiene un montón de dinero, y aunque constantemente pelean por eso, siempre deposita dinero en su cuenta cada mes, aunque ella se niegue a usarlo. Esperemos que me pueda prestar para un boleto de avión. Tecleo su nombre y rezo para que conteste.

 —¿Hola? —suena agotada; Definitivamente la desperté. 

—Euge, necesito tu ayuda.

 —¿Lali? ¿Qué pasa? —dice, tratando de sofocar un bostezo en el proceso.

 Respiro profundo, tratando de mantener mi ataque de nervios a raya.

 —Necesito dinero para un boleto de avión. Te lo contaré todo, lo prometo, pero necesito llegar a casa.

 —Está bien, te transferiré algo de dinero ahora.

 —Gracias, te quiero. 

Cuelgo. Utilizamos el mismo banco, y nos hemos transferido dinero para diferentes cosas antes, así que sé que no necesito darle mi información. Mi teléfono suena y lo miro para encontrar un mensaje de ella. 

Euge: Te acabo de enviar $ 1500, los vuelos para el mismo día pueden ser costosos. Por favor dime ¿estás bien?

Le respondo que estoy bien y que le haré saber a qué hora estaré aterrizando. Sin embargo, no estoy bien. Aparte de que mi corazón está destrozado, creo que pude haberme roto la mano. Está hinchada casi tres veces su tamaño y no puedo moverla sin una inmensa cantidad de dolor. Jodidamente genial. 
  
Le envío un mensaje a Euge una vez que reservo el vuelo, pero le digo que mi hora de llegada es un poco más tarde de lo que realmente es. Una vez que aterrizo, me dirijo directamente al hospital, mi mano está palpitando y está enorme. Después de dos horas de estar en la sala de emergencia, resulta que me fracturé la mano debajo de mi nudillo. Lo curioso es que lo llaman fractura de boxeador. Entablillan mi mano y me dicen que tengo que mantenerla así durante tres semanas. 

La boda es en un mes, así que afortunadamente sanará para entonces. Le escribo a Rochy, sabiendo que va a ser la única que no va a enloquecer en lo más mínimo cuando le diga que necesito que me recojan del hospital. La única trampa es que cuando se acerca, Cande y Euge están con ella. Es un maldito milagro que mantuvieran a Gas lejos.

 Tan pronto como entro en el coche, estoy bombardeada con preguntas. “¿Qué te pasó en la mano?” “¿Qué pasó con Peter?” “¿Por qué necesitabas dinero para un boleto de avión en medio de la noche?” 

—Chicas, ¿podemos parar esto hasta que lleguemos a casa? 

Eueg se da la vuelta en el asiento delantero. 

—Bien, pero no te vas a escapar de esta, Lali. Es hora de hablar.

 Asiento

 —¿Los chicos están en casa? 

Cande envuelve su brazo a mí alrededor 

—No, le dije a Vico que se llevara a los chicos. Él es el único que sabe que regresaste. 

Descanso la cabeza en su hombro, a pesar de que el dolor sigue allí desde el contacto, dando gracias a Dios que tengo amigos tan increíbles.

 Cuando llegamos a la casa, me dirijo directamente a mi habitación, por supuesto acompañada de todas las demás. Me siento en medio de la cama y es ahí cuando sucede. Todo lo que he mantenido en las últimas horas se desborda. Estoy llorando incontrolablemente, dejando que la realidad de mi situación me golpee. Lo perdí. Lo perdí porque estoy tan mal de la cabeza. Rochy frota mi espalda y salto. Es entonces cuando Euge interrumpe mi fiesta de autocompasión.

 —Escucha, nena, vamos a dejarte llorar hasta que todo malditamente se haya ido, pero luego vas a tener que hablar con nosotras —la miro—. Sobre todo. 

Asiento, sin estar lista para dejar de llorar todavía, sin estar lista para aceptar que él se alejó de mí. Después de lo que se sienten como horas, me doy cuenta de que no puedo llorar más, y sé que tengo que empezar a hablar. Tomo una respiración profunda.

 —Si algo de esto va a tener sentido, tendré que empezar por el principio... 

 Les cuento toda la historia, cómo no puedo soportar ser tocada, cómo Peter era la única persona que me hacía sentir normal, y cómo mi secreto es lo que lo apartó.

 —No —miro a Euge—. No te atrevas a culparte por la forma en que actuó ese estúpido. Su mierda es la que finalizó la relación, no la tuya.

 Aunque sé que podría tener razón, no puedo aceptarlo. Si no estuviera tan jodida como lo estoy, Peter y yo podríamos haber sido capaces de hacer que funcionara.

 —Así que, sé que no querrías esto, Lali, pero realmente me gusta si vinieras con nosotros hoy —intento recordar qué demonios podría ser hoy—. Mi vestido de novia y los vestidos de las damas de honor finalmente llegaron.

 Mierda. No quiero ser una idiota y decir que no, pero no quiero arruinar su día.

 —Honestamente, creo que yo y mi odio por el amor nos quedaremos en casa. En este momento, odio el amor y cualquier símbolo de él y no me quiero enloquecer con los vestidos. —Puedo decir que está decepcionada, pero también sé que si voy no será mucho mejor.

 —Está bien, lo entiendo. —Sé que también lo hace. Rochy es así, desinteresada, cariñosa y comprensiva. 

—¿Quieres que me quede aquí contigo? —Cande me mira.

 Sacudo la cabeza. 

—Ustedes vayan. No seré mucha compañía, y honestamente, sólo quiero ahogar mis penas. Creo que la mejor manera de hacer eso es con un poco de vino y algo de Channing Tatum. —eso es exactamente lo que hago. Estoy muy contenta, a medio camino por mi segunda botella de Moscato, y viendo Magic Mike cuando mi teléfono suena. 

Peter: Lo siento mucho 

¿Qué demonios se supone que le diga? No me importa que lo lamente. Lo odio por la forma en que me trató.

 Peter: Por favor háblame. 

No. No puedo. Incluso estando a miles de kilómetros de distancia de él, aún tiene poder sobre mí. No puedo hablar con él o cederé y no quiero eso. Llama y lo envío directamente al correo de voz, pero no es de extrañar, deja un mensaje. Lo elimino antes de tentarme a escucharlo. Luego decido que tal vez necesita entender que tan seria soy. 

Yo: No creo que entiendas que terminé contigo. Te odio por lo que hiciste y por la forma en que me trataste. Te odio por hacerme sentir segura cuando no lo estaba. Me odio por permitirme confiar en ti, sólo para que me dieras la vuelta y me aplastaras. Déjame en paz. No quiero volver a verte, ni saber de ti. 

Para el momento en que termino de escribir, soy un desastre. El vino y las películas no van a arreglar esto; lo único que me dará algo de alivio es perder el conocimiento. Lloro hasta dormirme, odiando la situación en la que estoy y odiando el hecho de que soy demasiado débil para lidiar con esto.

 Me despierto en la cama de Peter en medio de la noche. No está a mi lado pero escucho voces. 

—Gracias hombre, te lo debo.

 —Diviértete.

 Puedo oír pasos bajando la escalera y luego la puerta se abre. Ahí es cuando veo a la última persona en el mundo que pensé que nunca vería de nuevo. Benja. Me está sonriendo de una manera que hace que mi piel se erice.

 —Te dije que te tendría, que eras mía —se me lanza pero salto de la cama. 

—¡Peter! —grito por él. 

Desearía ser fuerte y poder manejar esto por mí misma, pero no lo soy. Lo necesito. 

—Él no vendrá a salvarte. 

Se me lanza de nuevo y esta vez atrapa mi pierna mientras trato de alejarme de él. Antes de darme cuenta, está encima mío y sosteniendo mis manos por encima de mi cabeza.

 —Ahora voy a terminar lo que empecé la última vez.

 Me despierto sin aliento y sudando. Regresaron. Simplemente genial.

pd:las quiero y comenten

3 comentarios:

  1. Sabes que cada capitulo que pasa te quiero matar ? jajajja espero el proximo

    ResponderEliminar
  2. Ay de verdad, no se como coño sigues viva eeh!! ¿Por qué mierda siempre nos dejas igual? SUBE OTRO PUTO CAPITULO YA ANAIS 😒😒

    ResponderEliminar
  3. Porque lo dejas ahiiii !! Subí mas seguido!!!!

    ResponderEliminar