domingo, 17 de enero de 2016

capitulo 28 final









Peter 

No me encontraba seguro de si la boda era tan hermosa como decía todo el mundo. Todo lo que veía era a Lali. Podría dar fe de que iba preciosa. Era difícil ver otra cosa. Demandaba mi completa atención. La cena de la boda, de cualquier forma, era otra cosa. 

Una vez más se sentó junto a Pablo, ya que era su acompañante y yo me senté al otro lado de la mesa como testigo. Me sonrió tranquilizadoramente durante toda la comida. Sabía que trataba de conseguir que dejara de mirar fijamente a Pablo, pero no lo podía evitar. Estaba enojado y quería que se fuera. 

Cuando terminó la comida más larga en la que me había sentado, Pablo se levantó y felicitó a Gas y a Rochy, y luego explicó que los esperaba un avión. 

Lali dijo que lo acompañaba afuera. No los quería solos. Confiaba en ella, pero no podía decir lo mismo de Pablo. Una vez que salieron del comedor, me puse de pie y los seguí. 

La mano de Gas agarró mi brazo con fuerza. 

—No —susurró. 

—Suéltame —le advertí. 

—Escúchame. No lo quiere. Está siendo educada. Era su invitado. No hagas una escena. Va a volver. —Gas hablaba en voz baja para que nadie pudiera oírle excepto yo. Sabía que tenía razón, pero no me gustaba estar aquí esperando. 

—¿Y si trata de besarla? 

—Lo detendrá. Confía en ella. Confiaba en ella, maldita sea. 

Lali volvió a entrar en la habitación, e inmediatamente me miró. Articuló: Vamos. Luego se volvió para despedirse de su madre y algunos invitados. 

—Espero que encuentren un tiempo para vernos después —dijo Gas antes de que pudiera ponerme de pie. 

Él también le leyó los labios. 
  
Asentí. 

—No me lo perdería y gracias por confiarme a ella. 

Gas sonrió. 

—Eres mi padrino. ¿En quién más podría confiar? 

Sonreí y me dirigí hacia la puerta. Lali ya había salido y me esperaba. Me sentía más que ansioso por tenerla a solas. Dos manos salieron de las sombras y se envolvieron alrededor de mi brazo, jalándome en la oscuridad. 

—No fuiste muy agradable —me regañó, antes de besarme el cuello y pasarme las manos hasta el pecho. 

—Me porté bien —le contesté, agarrando la parte inferior de esta excusa ridícula de vestido y tirándolo hacia arriba para poder pasar las manos por encima de su culo. 

Llevaba una maldita tanga. Hice ese descubrimiento en la playa y me volvía loco cada vez que miraba hacia su culo en este vestido. 

—No, fuiste un chico malo. Me sorprende que Pablo aguantara tanto. —Me mordió el lóbulo de la oreja y levantó la pierna desnuda hasta mi costado. La agarré debajo de la rodilla y la levanté más. 

—Se acercó demasiado a ti y no llevas sujetador. Lali, tienes que empezar a usar sostén. Voy a ser arrestado si no lo haces. 

Se rió y levantó la mano para tirar de los tirantes de su vestido hacia abajo, hasta que sus pechos estuvieron desnudos. 

—Mierda, cariño. Tengo que llevarte a mi apartamento. Ahora. Muy rápido. 

—Me agaché para pellizcar sus pezones erectos con mi lengua. 

—Mmm, no puedo esperar tanto tiempo y tenemos que estar aquí para despedirlos —gimió, acercando más mi cabeza a su pezón, hasta que me lo puse en la boca y lo chupé. 

No iba a ser capaz de esperar tanto a este ritmo. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que la toqué. Me encontraba listo para enterrarme en ella y esta vez no podría salir nunca. 

—Peter —jadeó.  

—¿Sí, cariño? 

—Ve a la playa, por ese camino. No hay casas y está oscura y vacía. Te necesito. —Señalaba hacia la oscuridad. 

¿Quería tener relaciones sexuales en una playa? Diablos, sí. Deslicé los tirantes de su vestido de sus brazos y le cubrí los pechos, luego le agarré la mano y la llevé más profundamente en la oscuridad. Caminamos hasta que desaparecieron la música y la risa de la casa y no hubo más sonido que las olas. 
  
Lali empujó mi pecho cuando traté de jalarla hacia mí y cogió el botón de mis pantalones. Tenía un brillo malicioso en sus ojos cuando me miró. Soltó el botón y abrió la cremallera, luego bajó mis pantalones y mi bóxer. Me lo quité junto a los zapatos. Mi chica me quería desnudo, así que iba a complacerla. Puso las manos sobre mis muslos y sacó la lengua y le dio una lamida a mi polla. 

Mierda. 

—Lali, bebé... Oh Dios. —Envolvió una mano alrededor de la base de mi polla y luego la cubrió con su boca. 

—Bebé, ah, tú... Oh, Lali, Dios, se siente increíble. —Renuncié a intentar detenerla. 

No podía formar palabras. Me agaché y hundí las manos en su pelo y la vi con un placer delirante mientras deslizaba mi polla dentro y fuera de su boca como si fuera un maldito helado y no pudiera conseguir lo suficiente. 

—Santa... joder. Uh, sí. Eso es. Es bueno. —Chupó más duro cuando le alabé. 

Si no estuviera a punto de explotar hubiera seguido hablando, pero necesitaba sacar mi polla de su dulce, pequeña boca caliente y meterla en su interior. Me agaché y la levanté. El chasquido que su boca hizo cuando soltó mi polla, podría ser recordado como uno de los sonidos más calientes de la historia. 

—No quiero parar —dijo con un mohín, tratando de volver a ponerse de rodillas. 

—Estaba a punto de perder el control en esa boca tuya caliente como el infierno y no quiero hacer eso. Quiero perderme en ti. 

Lali hizo una pequeña y linda “O” con su boca, y metí la mano bajo su vestido para librarla de sus bragas. Las tiré a un lado y se rió ante otro par desgarrado de su ropa interior sexy. Le compraría más mañana. Íbamos a necesitarlas. Puse un dedo en ella, pensando que necesitaba tenerla lista, cuando mi mano encontró el calor húmedo.

 —Te gusta mamármela, ¿no? —le pregunté con asombro mientras temblaba contra mi mano, más que suficiente húmeda para mí—. Eso es tan malditamente caliente —le susurré, bajando la boca para capturar la suya. Se encontraba encendida y lista para mí, simplemente chupando mi maldita polla. 

Mierda. 

Esta mujer me tenía. Sería su esclavo de por vida. Simplemente no podía perderla de nuevo.   
  
Lali 

Peter abrió la cremallera de mi vestido y lo dejó caer sobre la arena debajo de nosotros y lo pateé a un lado. Tomó sus pantalones y sacó de su billetera un pequeño paquete de aluminio. Observé cómo lo abría con los dientes y luego deslizaba el condón sobre sí mismo. Sus dientes blancos mordieron su labio inferior mientras trabajaba en colocar la protección en su lugar. 

—Voy a recostarme y quiero que subas sobre mí. Como cuando me montaste en el sofá. —Se quitó la camisa, luego se recostó sobre la arena y me subí, intentando bajar un poco en él. 

—Ah, maldición, no voy a durar. —Respiró mientras colocaba las manos en su pecho y le permitía guiar su erección dentro de mí. 

Estaba más que lista. 

Tan pronto como encontró su lugar, bajé sobre él y ambos gritamos del placer. Lo había extrañado tanto. Esta vez sabía que me amaba. Eso lo cambiaba todo. 

Nos quitamos la arena lo mejor que pudimos y nos arreglamos el cabello el uno al otro antes de dirigirnos de regreso a la casa. Podíamos ver a la gente acumulándose afuera de las puertas principales mientras nos acercábamos. Regresamos justo a tiempo. 

—¿Quieres irte primero para que tu mamá no nos vea? 

No. No quería. Quería caminar sosteniendo la mano de Peter Lanzani y desafiarla a decir algo al respecto. ¿De verdad le diría a todo el mundo sobre su pasado? 

Porque no iba a dejar que se marchara, así que todos se enterarían que su hija salía con un antiguo gigoló. No me encontraba muy segura de sí mi madre era así de auto-destructiva. Su círculo social la comería con chismes al saber esa información. Además, tendría que delatar a la esposa del alcalde y eso causaría todo tipo de drama. 

—Quiero entrar sosteniendo tu mano. Estoy cansada de ocultar cosas sólo porque temo la reacción de mi mamá. Va a estar en contra de esto, pero no me importa. Aprenderá a lidiar con ello. Y una vez que te conozca un poco, va a caer ante tu encanto. Tienes eso a tu favor. Es imposible que no le gustes a una mujer. 

Peter me atrajo hacia su pecho y acunó mi rostro entre sus manos.

 —Te amo. Te amo tan jodidamente tanto que esto me consume. No te merezco, pero me convertiré en el hombre que sí pueda merecerte. Lo prometo. Haré que estés orgullosa de mí. 

Alargué la mano y corrí mi pulgar sobre sus labios. 

—Estoy y siempre estaré orgullosa de ti. Quiero que el mundo sepa que eres mío.   

                                    Fin


NO PODIA TERMINAR SIN SEXO 

DIGANME COMO LES PARECIO LA NOVE

PD: LAS QUIERO Y COMENTEN

8 comentarios:

  1. La novela me parecio fantastica no puedo esperar para la otra

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  2. Mas otra novela porfavor

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  3. Una de las mejire novelas q lei!!!! La ameeee!! Gracias pir subirla!!!

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  4. No hay epílogo?! Ame la novela.
    Ah corrige tus fechas están mal siguen como fuera domingo!
    Y sube ya otraaa :)

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    1. Si pasa q lo escribí el domingo y sale la fecha de escritura y no no hay epilogo

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  5. Ojala puedas subir otra nove

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