miércoles, 13 de enero de 2016

capitulo 21








Peter 

Lali se había quedado dormida sobre su estómago. Después de haber tonteado en el agua hasta que estuvimos muy satisfechos, regresamos a extendernos sobre las toallas que trajimos. Cubrí su espalda con protector solar y se quedó dormida.  

Me quedé aquí y la vi dormir durante los últimos treinta minutos. También reprimí el impulso de cubrir su culo. Cada vez que sentía unos ojos dirigiéndose en esta dirección, me aseguraba de que miraran hacia abajo hasta que estuvieran lejos. Después de tener que dejarla para ir a trabajar, me volví a cabrear. 

Todavía buscaba un trabajo que me pudiera pagar lo que necesitaba. Incluso buscaba uno con turnos en la noche. Cualquier cosa que me sacara de este infierno en el que me encontraba.  

Ver el mensaje de Pablo Riera fue todo lo que necesité para convencerme de queLali se merecía más de lo que recibía. Ni siquiera pude decirle que la amaba. Ella no me volvió a decir palabras. Esa vez que se las dijo a su hermano y eso fue todo. 

 Sabía que ella quería que las dijera, pero ¿cómo podría? 

¿La quería? Sí. 
¿La necesitaba para respirar? Sí. 
¿Podría imaginar la vida sin ella? No. 
¿Pero podría estar verdaderamente enamorado de ella y al mismo tiempo engañarla? No estaba seguro. 

El amor era sincero. Era puro. Yo no era ninguna de esas cosas. Entonces, ¿cómo podría amar? Sus pestañas revolotearon y se abrieron lentamente. La bella durmiente se despertaba. Mi pecho dolía con sólo mirarla. Era increíble. Todo en ella.  

—¿Me estás viendo dormir? —preguntó, sonriéndome.   

—Es fascinante —le contesté.   

Hundió la cara en la toalla, pero pude ver la sonrisa de satisfacción en su rostro. Nunca pidió una afirmación, pero la necesitaba. Eso me sorprendió. 

Pensé que al crecer tuvo bastante de ello y no lo necesitaba, pero ahora me preguntaba si no era así. Ella tenía un padre que trabajaba todo el tiempo y una madre que se hallaba en todas los comités en la ciudad. ¿Había sido la niña rica en la casa grande, sin nadie cerca, más que su hermano para decirle que era hermosa e inteligente, que merecía más que un perdedor patético como yo? 

Se incorporó y se estiró. Casi cada centímetro dorado de su cuerpo se exhibía.   

—Esta noche tengo otra cena familiar. Así que voy a tener que volver a casa pronto —dijo con el ceño fruncido en su rostro. 

Tenía una cena familiar cada semana. Desde que su padre los dejó, ella nunca se la perdía. Noté que era importante para su madre y ella no quería molestarla.  

—Está bien. Me quedaré en casa y haré la tarea y esperaré a que vayas a la cama y me mandes un mensaje travieso.   

Se rió y se recogió el pelo en un moño. Me encantaba verla hacer pequeñas cosas como esa. Podría sentarme y mirarla todo el maldito día y nunca aburrirme.   

—Mensaje travieso, ¿eh? Pensé que se llamaba sextear —respondió.   

Estiré la mano, la agarré por el brazo y la tire encima de mí. 

—Oh, sí, podemos sextear todo lo que desees. Me puedes decir todo lo que quieres que te haga y te diré lo que voy a hacer —le susurre al oído y luego  le di un mordisco.   

—Mmm, está bien. Me gusta esa idea —respondió. Sonriendo, deslicé la rodilla entre sus piernas. 

—Sólo tienes que prometerme que manosearas ese pequeño coño para mí.  

Lali abrió la boca y me dio una palmada en el brazo. 

—Eres tan malo, Peter Lanzani.  

—Sólo contigo, nena. Sólo contigo.  

Su teléfono comenzó a reproducir esa canción country sobre los vaqueros y los ángeles. Era su tono de llamada. Necesitaba una nueva. Empezaba a sentir celos de cualquier tipo en un sombrero de vaquero.   

—Es Rochy —dijo mirando por encima de mí—. No sabe nada de nosotros. Gas no le dijo porque tiene miedo de que vaya a decírselo a mamá y quiere esperar a después de la boda para decirle. Para no añadir más drama y eso.   

Mierda. Asumí que él nunca le diría a su madre. O por lo menos, para ese momento, esperaba tener otro trabajo y ser capaz de negarlo. La señora Esposito no tenía ninguna prueba. Por lo que se le dijo, yo fui allí para arreglar las cañerías. Tenía que encontrar otro trabajo. Antes de esta maldita boda. 
  
—Hola —dijo, apretando el teléfono a la oreja—. Sip. Voy a estar allí. ¿Has llevado el vestido a casa? ¡Sí! Ahora esperemos que encaje. Siento como si últimamente hubiera ganado dos kilos… Si no es así, voy a estar a dieta. Promesa… Nos vemos en un rato.

  Lali colgó el teléfono y sonrió antes de arrastrarse fuera de mí y ponerse de pie. 

—Tengo que llegar a casa y tomar una ducha antes de la cena. Rochy llevará mi vestido de dama de honor.   

No quería que me dejara, pero también necesitaba pasar algún tiempo para encontrar un trabajo.    

—Voy a estar esperando mi sexteo.     
  
Lali 

Mamá se comportó raro toda la noche. Normalmente era muy feliz en las cenas familiares. Adoraba a Rochy y poder ayudar en la planificación de la boda —que ahora seria en la playa en lugar de la iglesia en la que mamá quería— algo que esperaba con interés cuando nos encontrábamos todos juntos.   

Ella me dijo muy poco acerca de mi vestido, el cual encajaba a la perfección, para mi alivio. A pesar de que habíamos estado discutiendo sobre el color del pastel de la boda y si la torta del novio debe ser de queso o tarta de chocolate, mamá permaneció mirando por la ventana.   

Cuando la puerta se cerró detrás de Gas y Rochy, me volví para subir las escaleras.   

—Tenemos que hablar.   

Me detuve y miré a mamá. Se encontraba de pie en la parte inferior de las escaleras con los brazos cruzados, mirándome. Ocurría algo malo.  

—Está bien —le dije, bajando las escaleras y siguiéndola mientras hacía su camino a la sala de estar.   

—Siéntate, Lali.  

De repente me sentí muy nerviosa. El tono grave de su voz no era algo que acostumbraba a oír. No tenía la menos idea de lo que se trataba esto. A menos que… ella supiera sobre Peter. Eso podría ser malo, pero por lo menos estábamos a punto de aclarar las cosas y no tendría que ocultárselo nunca más. Además, estaba segura de que una vez que llegara a conocerlo, le gustaría. Ella en realidad no había pasado tiempo con él.  

—Hoy recibí una llamada interesante de un amigo mío. Era alguien que te vio. En la playa.    

Se trataba de Peter.  

—¿Entonces ya sabes con quién fui?  

Asintió. 

—Peter Lanzani.    

—Escucha, mamá. Sé que no lo apruebas. Pero todo lo que sabes de él es que su madre es de clase baja y se crió con dificultades. Se ha metido en algunos problemas al crecer, pero ahora es diferente. Si sólo…   

—Él se acuesta con mujeres por dinero. Es un gigoló, Lali. Uno muy bien pagado...  

Estallé en un ataque de risa. ¿Dónde lo escuchó? Era ridículo. ¿Cómo se le pudo ocurrir algo tan loco? 

—Esto no es una broma, Lali. Yo lo vi.  
  
 ¿Lo vio? ¿Qué diablos significaba eso? ¿Cómo lo vio?  

—Mamá, lo que sea que crees que has visto, no es así. Peter no se acuesta con las mujeres por dinero.   

Mamá se acercó a la silla frente a mí. 

—Fui a visitar a Janice. Ella se ofreció a hacer algo de trabajo en el comité de fiestas del mar. No me esperaba y me di cuenta que parecía un poco nerviosa. Hablamos sobre todo durante unos treinta minutos. Cuando nos levantamos para salir y caminamos hacia la puerta, Peter Lanzani subía sigilosamente su escalera. Se detuvo y me miró como un ciervo encandilado por los faros. Janice se puso nerviosa e inventó que Peter fue a arreglar su inodoro. Ese chico no estaba allí para arreglar su plomería.  

Tenía que haber una mejor explicación. Él no iba a subir a la habitación del alcalde para acostarse con su mujer por dinero. Esto era Sea Breeze, Alabama. No Los Ángeles. ¿Qué es lo que poseyó a mi mamá? 

—¿Quieres decir que crees que Peter fue para darle sus servicios a Janice? Eso es una locura, mamá. Es muy probable que estuviera allí para ayudarla a arreglar su inodoro. A veces hace trabajos ocasionales. 

Mi madre dejó escapar un suspiro de cansancio y su rostro se arrugó. 

—Me quedé fuera tiempo después de cerrar la puerta y miré por la ventana de su dormitorio. Peter Lanzani se hallaba allí. Cerró la cortina y pronto la sombra de Janice se unió a él.    

—Era una sombra, mamá.   

—Al día siguiente se lo dije a Blanche. Pensé que si alguien sabía, sería ella. Blanche le paga a Peter por sexo. Lo ha estado haciendo desde que se divorció de Ken. Al parecer, él tiene una listita de clientes discretas entre las mujeres ricas de esta ciudad. Peter es un gigoló de alto precio que sirve a mujeres atractivas de más edad. No hace trabajos ocasionales, Mariana.  

Era un sueño. Tenía que estar soñando. Esto era una pesadilla y estaba a punto de despertar. Sacudí la cabeza y me levanté. No podía sentarme aquí y escuchar esto. No lo creía. Peter era demasiado bueno. Nunca me mentiría sobre algo así de grande.  

—Me preocupaba que no me creyeras. Caíste en su mirada de niño bonito. ¿Por qué no se lo preguntas? Ve lo que te dice. Mira su reacción. Luego vuelves y me cuentas que esto es una mentira.  

Cogí las llaves del gancho junto a la puerta y corrí afuera. 
Peter podría explicarlo. 
Debido a que esto no podía ser cierto.   

CHICAS AQUÍ ESTA LO QUE NADIE QUERÍA QUE PASE 
la nove esta en su recta final 

PD: LAS QUIERO Y COMENTEN

9 comentarios:

  1. Como los separes voy a matarte lenta y dolorosamente

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  2. Anais: ¡Está genial tu novela! Me siento orgullosa de que personas como vos visiten la mía, de verdad.
    Me gustó lo de sextear, no sabía que se llamaba así jijiji.
    ¡Besos!

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  3. Por fin termine de ponerme al dia esta genial la Nové pobre de lali va a sufrir mucho ojalá subas pronto

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  4. Por fin termine de ponerme al dia esta genial la Nové pobre de lali va a sufrir mucho ojalá subas pronto

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  5. Nooooo,cuanto sufriremos :(
    Sube mas

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