viernes, 27 de mayo de 2016

capitulo 20


SORPRESA EN ELEVADOR








Peter 

Apestaba que los padres de Lali estuvieran en casa. 
Me dijo que ella tenía que tener cuidado porque ellos estaban preocupados, pero no la había visto desde mi carrera hace tres días y 72 horas, era demasiado tiempo sin ella. 

Necesitaba sentirla en mis brazos, pero esta noche la tendría toda para mí porque tenía planeado algo especial después de la cena. Me paré frente al espejo de mi tocador y enderecé mi corbata por doceava vez mientras pensaba en la pelea que papá y yo tuvimos sobre mí pidiéndole a Lali venir al banquete. Él no era menos prejuicioso que sus padres y no entendía por qué se oponía tanto a que estuviéramos juntos. 

Hubo un suave golpe en la puerta de mi habitación y sabía que era Rochy porque Vico siempre entraba sin anunciarse. 

—Puedes entrar. 

Rochy abrió la puerta y se asomó. 

—¿Necesitas ayuda con tu corbata? 

—Sí. No permanece derecha. Sigue deslizándose o algo. 

Se paró frente a mí y la desató por completo para poder empezar de cero. 

—Te escuché a ti y papá discutiendo sobre Lali. 

—No sé lo que está mal con él. Actúa como si ella fuera el diablo encarnado, pero no lo es. Es increíble. 

Hizo el primer nudo de la corbata. 

—Lo sé. Realmente me agrada y creo que ustedes son geniales el uno para el otro. Ella te motiva. 

Hizo el siguiente nudo y la arregló para hacer el nudo perfecto. 

—La amo, Rochy. Sé que es una locura y es muy pronto, pero lo hago. 

Terminó mi corbata y me dio unas palmaditas en el pecho como si dijera: todo listo. 

—¿Se lo has dicho? 

—No. Le dije que me estaba enamorando de ella, pero no le he dicho «Te amo». Tengo planeado algo especial para nosotros después del banquete y decidí que voy a decírselo esta noche. 

—Ella también te ama. Estoy segura. Incluso Gas dice que nunca la ha visto tan loca por un chico antes, ni siquiera ese tipo Pablo con el que salió por un tiempo. 

Sólo de pensar en decirle esas dos palabras me hacían querer vomitar, pero en el buen sentido. 

—Eso espero, porque no sé lo que haría si me dijera que no me ama. 

—Recuerda lo que Hope dice sobre el amor… sin arrepentimientos.

—Tienes razón. No estoy preocupado por eso. Así que, dime cómo van las cosas entre tú y Gas. 

—Todo está genial. Me gusta mucho y él es bueno para mí. 

Nunca esperé menos de él. Parecía un verdadero tipo sincero. 

—Será mejor que te trate bien si sabe lo que es bueno para él. Tengo una patada en el culo con su nombre si no lo hace. 

Vico apareció en la puerta de mi dormitorio. 

—La Srta. Pantalones de Lujo está en la sala de estar esperándote. 

Muchas gracias, Vico. ¿Podrías decirlo más fuerte? No creo que los vecinos al final de la calle escucharan. 

—No la llames así, en especial lo suficientemente alto como para que te escuche. 

Pensó que estaba siendo gracioso cuando bajó la voz a un susurro femenino. 

—Muy bien, la Srta. Pedazo de Culo Caliente está en la sala de estar esperándote. Marica. 

—Ni siquiera digas una palabra. Tiene todo el derecho a ser así contigo después de la manera en que lo has molestado sobre Cande. 

—Supongo que tienes razón. 

—Buena suerte con lo que has planeado para Lali esta noche. 

—Gracias, hermanita. 

Entré en la sala de estar y Lali estaba parada de espaldas a mí mirando mis fotos escolares en la pared. 

—Un adorable pequeño, ¿no? 

Se giró y su belleza casi me dejó sin aliento. Su cabello estaba peinado con una flor crema y había rizos sueltos colgando alrededor de su cara. Llevaba un vestido de cóctel con encaje, sin tirantes y color crema con un amplio lazo negro alrededor de su cintura. Sus piernas bronceadas estaban desnudas y su longitud acentuada por los tacones más altos que había visto hasta hoy, haciéndola casi tan alta como yo. 

—Sigues sorprendiéndome. No pensé que podrías estar más hermosa, pero luego vas y demuestras que estoy equivocado otra vez. 

—Gracias. Te ves muy apuesto en traje y corbata. 

—Supongo que me aseé bien. —Me acerqué a ella y puse mis manos en su cintura—. No me vas a dejar estropear tu brillo de labios, ¿verdad? 

—Nop. No en este momento, pero estaría terriblemente decepcionada si no lo hicieras esta noche. 

—Oh, tengo planes para un montón de cosas esta noche. Déjame agarrar mis llaves y nos iremos. 

—Podemos ir en mi auto esta noche, si quieres. Sólo si no arruina alguno de esos planes que has hecho. 

—Seguro. —Levantó las llaves de su Lexus y las colgó frente a mí
—. Aquí, estás conduciendo.  


Le pasamos el auto al valet y luego caminamos a través del vestíbulo del hotel a la sala de banquetes donde encontramos una gran habitación llena de mesas cubiertas con manteles negros y grandes centros de mesa de flores frescas. 

Lali envolvió su mano en mi brazo mientras la escoltaba por la habitación hasta la mesa donde vi a mi familia sentada. Mi padre levantó la vista y la vio en mi brazo y no estaba muy contento, pero no me importaba. Él no era al que quería complacer. Le di una mirada que rogaba que no fuera grosero. 

—Papá, ¿recuerdas a Lali? 

—Sí. Me alegro de verte de nuevo, Lali. —Di un suspiro de alivio.


—También es bueno verlo de nuevo, señor Lanzani. Gracias por permitirme ser parte de su gran noche y felicidades por el premio que recibirá esta noche. 

Un locutor interrumpió lo que mi padre estaba a punto de decirle a Lali tocando el micrófono y anunciando que la ceremonia de premiación estaba a punto de comenzar y sería seguido por una comida y música en vivo. 

Los ojos de Lali se iluminaron. 

—Me encantan las bandas en vivo. ¿Bailarás conmigo? 

—Por supuesto. No me perdería un baile contigo ni por el mundo. 

Terminamos la ceremonia de premiación y la cena en una hora y la banda comenzó a tocar inmediatamente. Era una canción lenta y le ofrecí mi mano a Lali. 

—¿Puedo tener este baile? 

—Sí, puedes. 

La banda estaba tocando su versión de «Faithfully» y en realidad era bastante buena. Sólo había unas pocas parejas bailando, pero podríamos haber sido los únicos, y no me habría importado. Tenerla en mis brazos se sentía tan bien, tan correcto. 

—Así que, ¿cuál es esta sorpresa que tienes para mí? ¿Vas a enseñarme a disparar una escopeta? 

—No. El plan de esta noche no incluye armas. 

—Sabes, enseñarme a disparar una pistola podría no haber sido la decisión más inteligente de tu parte. Si alguna vez te atrapo engañándome, saldrías con mejores oportunidades de sobrevivir si no supiera cómo. 

—Nena, no estoy preocupado. Soy justo como dice esta canción. Por siempre tuyo. Fielmente. 

Parecía divertida. 

—Puedes ser asquerosamente dulce a veces, ¿lo sabías? 

—Lo intento. 

—Sabes que me cambiaste el tema. 

—¿Lo hice? 

—Sí, lo hiciste. ¿Vas a decirme cuál es la sorpresa? 

Estaba nervioso, pero tenía que decírselo en algún momento por lo que ahora era tan bueno como cualquier otro momento. 

—Prométeme que no enloquecerás, porque esto no quiere decir que estoy pidiendo o esperando más. Esto es sólo acerca de nosotros teniendo un tiempo a solas. 

—No tengo idea de lo que estás hablando, pero te prometo que no voy a enloquecer. 

Saqué la tarjeta de acceso para una habitación de hotel de mi bolsillo y la sostuve en alto para que la viera. 

—Creo que nos dieron una habitación en este hotel. Si necesitas pensarlo o si no quieres subir conmigo, lo entiendo completamente. 

—Peter, no tengo que pensar en ello en absoluto. Quiero hacerlo.

 Paramos de bailar y ella acarició mis labios con sus dedos. 

—Justo ahora. 

—Vamos a decirle a todos que nos vamos y luego subiremos. 

Después de que le dijimos buenas noches a todos, nos encontrábamos solos en el elevador mientras subíamos a nuestro piso. Estando tan cerca de Lali, no pude resistir la tentación de tocarla, así que acaricié su brazo desnudo con mis dedos y miré la piel de gallina. 

—Oh, Peter. Olvidé mi bolso en la mesa. Lo siento. 

—No es gran cosa. No va a tomar más de un minuto volver a buscarlo. 

Estiré la mano y apreté el botón de la planta baja e hicimos una parada en el tercer piso en el camino por lo que Lali y yo nos movimos a un lado para permitir pasar a la pareja al elevador. La pequeña mujer rubia y el hombre alto de cabello oscuro se reían cuando las puertas se abrieron e inmediatamente se pusieron solemnes cuando vieron a Lali. El silencio era espeso mientras se miraban el uno al otro y luego las puertas se cerraron sin que subieran o dijeran una palabra. 

—¿Qué fue todo eso? 

Lali estaba pálida. 

—Ese fue mi madre, pero ese no era mi padre. Era su socio de negocios. 

Oh, mierda. No es bueno. No es bueno en absoluto. 

—No sé qué decir. ¿Estás bien? 

—No lo sé. No creo que mi cerebro haya tenido tiempo para procesar lo que acabo de ver. 

Traté de pensar en algo para mejorar la situación. 

—Tal vez no deberías saltar a conclusiones. 

—¿A qué otra conclusión podría saltar? Se supone que debe estar en una de sus reuniones auxiliares de mujeres y estoy bastante segura de que no tienen una de esas en habitaciones de hotel con hombres. 

La mamá de Lali definitivamente lo hacía con el socio de su padre. 

—¿Necesitas ir a casa? 

—Creo que tengo que hacerlo. Lo siento si arruiné nuestra noche. 

Puse mi brazo a su alrededor y la acerqué. 

—Nena, está bien. No estás arruinando nada, pero no creo que estés en condiciones de conducir. Te llevaré a casa y conseguiré que Vico y Cande nos sigan y me recojan en tu casa. 

Esperó junto a la entrada mientras que yo iba por su bolso y hacía arreglos con Vico. Cuando empezamos a conducir hacia su casa, no tenía idea de si quería hablar o no, así que dejé la pelota en su cancha. Si quería hablar, lo haríamos. Si no, estaba bien, también. Estábamos casi en su casa cuando finalmente decidió que quería hablar de lo ocurrido. 

—Ella va a tratar de girar esto hacía mí. 

—¿Qué quieres decir? Su romance con el socio de tu padre no tiene nada que ver contigo. 

—Tú no la conoces. Va a tratar de desviar lo que ella hacía sobre mí estando en un hotel contigo. 

Estacioné en el camino de entrada y Vico estacionó en la calle esperándome. 

—¿Quieres que entre contigo? 

—No. Eso sólo empeoraría las cosas, pero realmente lo aprecio. Esto es algo que tengo que manejar por mi cuenta. 

Se inclinó y me dio un ligero beso. 

—Te llamaré mañana y te dejaré saber cómo fueron las cosas. 

—No, no puedo esperar hasta mañana. Prométeme que llamarás esta noche o estaré muy preocupado. 

—Está bien. Te llamaré tan pronto como pueda. 

Me dio otro beso y luego dudó como si quisiera decir algo. Quería aprovechar la oportunidad para decirle que la amaba, pero era el momento equivocado. Tendría que esperar hasta otro momento. 





CHICAS LAS EXTRAÑE DEMASIADO ESTOY QUE LLORO DE EMOCIÓN AL ESTAR DE VUELTA MI COMPU HABÍA SUFRIDO UN PEQUEÑO GRAN ACCIDENTE Y NO PUEDE SUBIR PERO ESTOY AQUÍ UNA VEZ MAS POR QUE NO LAS PIENSO DEJAR VENGO CON MUCHAS NUEVAS HISTORIAS Y COMENZARE A SUBIR MUY SEGUIDO QUIZÁ NO TODOS LOS DÍAS PERO SI HABRÁ MAS DE UN CAPITULO POR SEMANA 

Y SUBIRÉ MAÑANA 

PD : LAS QUIERO Y COMENTEN

No hay comentarios:

Publicar un comentario