martes, 8 de diciembre de 2015

capitulo 11 y 12




Peter 

—Si esto está tan mal, entonces para. Para de intentar acercarte a mí. Vas de caliente a frío, Peter. Estoy tan enferma de esto. No puedo seguirte el ritmo. No quiero hacerlo más. —La mirada furiosa que me disparó cuando pasaba por el jeep desapareció.

 Ahora Lali sólo se veía molesta. Se cansó de esto. No podía culparla. No merecía su molestia. Nunca podría ser lo que quería. Pensó que yo era como Tincho y que la chica adecuada me podría domar. No se trataba de eso. No necesitaba que me domaran. Necesitaba una jodida salvación.

  No estaría libre hasta que estuviera fuera de la universidad y tuviera un trabajo que me diera el dinero suficiente para cuidar de mis hermanos. Hasta entonces, nunca sería libre para tocar a alguien como Lali.

 No era como las otras chicas con las que me había liado. Ellas sabían cuál era el juego. No significaban nada para mí. Lali era diferente. Me hacía sentir cosas. Cosas por las que había orado nunca experimentar, porque sería imposible hacer algo al respecto.

 —Simplemente déjame llevarte a casa. Te prometo que no pasará de nuevo. No debería haberte traído aquí. Tenerte así de cerca me hace olvidar las razones por las que no funcionará. Nunca funcionaremos. 

Lali se dio la vuelta y empezó a andar de nuevo hacia la carretera. Su trasero apretado y pequeño giraba coquetamente en esos pantalones cortos que eran siempre demasiado cortos y me volvían loco. Había fantaseado sobre deslizar mi mano en unos de esos pantalones cortos desde hace un par de años. Esta noche ese deseo y las ansias de saborearla se habían hecho cargo. 

—Lali, por favor no hagas esto. Dije que lo sentía. Déjame llevarte. Ni siquiera tienes que hablar conmigo. Además, estás descalza. No puedes descalza andar a casa. 

Se detuvo, pero no se giró enseguida. En vez de eso, puso sus manos en las caderas y se quedó de pie en la oscuridad. Lo pensó. No podía culparla. También me odiaría. Jugar con ella así no era correcto. Nunca podría hacer más que coquetear con ella. Porque la realidad fría y dura era que en el momento que entrara una llamada de una clienta, tendría que dejarla y no había manera de que fuera capaz de escurrirme de su cama y meterme en la cama con otra persona. 

Finalmente Lali se dio la vuelta y lentamente se dirigió al jeep. No me miró a los ojos. Ni siquiera miró hacia donde me encontrada. Mantuvo los ojos abajo mientras me pasaba y abría el lado del pasajero del jeep y entraba. Anduve hacia el lado del conductor y entré. Mirándola, pensé en explicarme. Quizás simplemente decirle la verdad. Necesitaba decírselo a alguien. ¿Lo entendería? 

—No, Peter. Simplemente conduce —respondió, como si hubiera leído mi mente. 

Arranqué el jeep y salí a la calle oscura. Tenía razón. Habíamos dicho suficiente. Fuimos en silencio los tres kilómetros de vuelta a casa. Aparqué en su entrada, y abrió la puerta y salió, llevándose sus sandalias con ella. No me miró ni se despidió. El cierre de la puerta fue fuerte y firme. 

Era su forma de decirme que había terminado lo que sea que nos proponíamos. Tragando el repentino nudo en mi garganta, volví mi jeep hacia casa. No iba a llorar por ella. No lo haría. Nunca la había tenido, en realidad no. No me conocía. Nunca aceptaría la verdad sobre mí. Era mejor así. Fingir como si pudiera tenerla en algún modo era una forma de tortura que no necesitaba. Tenía que centrarme en mi familia y en mi carrera en el béisbol. Mariana Esposito era una distracción que podría hacerme perder todo.     
  
  
Lali

 —¿Qué piensas de este? —preguntó Rochy mientras se paraba en la pequeña plataforma en frente de la pared de espejos en otro maravilloso vestido de novia blanco. 

Pensé que se veía como la fantasía de cada hombre. Todo su cabello rojo y su escote derramándose de lo alto del vestido sin mangas. Era el tipo de chica que podría cambiar su rumbo a cualquier chico. Me faltaba atractivo sexual. Tenía la cosa de la chica linda de al lado. No tenía la cosa de la diosa sexy como Rochy. No era de extrañar que mi hermano se convirtiera en un perro jadeando a sus pies en el momento en que la conoció.  

—Me encanta. Estás fabulosa en él. Sin embargo, todavía soy fan del de hace dos vestido atrás. Me gusta la forma en que es corto por delante y muestra tus piernas pero es largo por detrás. Ese es un vestido más sexy. Este haría muy feliz a mi madre, pero cubre demasiado. Tienes el cuerpo. Presúmelo en el día de tu boda.

 Rochy se sonrojó y me acordé de otra razón por la que mi hermano la amaba. Era tan completamente ciega al hecho de que era hermosa. Cada vez que le decía un cumplido, toda su cara roja se sonrojaría como si no lo creyera o no supiera cómo manejar la situación.  

—También me gustó ese. Me preocupaba que la parte delantera corta fuera demasiado. Tu madre quiere que nos casemos en la iglesia. ¿Puedo usar un vestido corto como ese? 

Mi madre se metía mucho en esta boda. Rochy no tenía una madre para opinar, y su hermana mayor no era una opción para ayudar a decidir nada sobre la boda. El hecho de que Mercedes estuviera viviendo con mi padre y su hija lo hacía raro. Además, Rochy y su hermana no eran muy cercanas.  

—Pensé que querías casarte en la playa. Creo que es el vestido perfecto para una boda de playa.

 Rochy hizo girar uno de sus largos mechones de cabello alrededor de su dedo.  

—Bueno, quiero. Pero tu madre quiere que nos casemos en una iglesia. No quería molestarla. Ha tenido mucho con lo que tratar. Y a Gas no le importa. Sólo quiere casarse.

 Rochy iba a tener que aprender a alzarse contra mi madre, o mamá le pasaría por encima. Mamá amaba planear y estar a cargo. A Rochy le entusiasmaba tanto complacerla que la dejaba. No iba a permitir que eso pasara. 

—Si quieres una boda en la playa, entonces ten una boda en la playa. Esta no es la boda de mi madre. 

Ella no tiene que planear esto. No dejaré que planee la mía, ya puedo decírtelo. No puedes dejar que empiece a controlar tus decisiones. Lo hará siempre. Demonios, incluso nombrará a tus hijos por ti. Esta es tu vida. Gas es tuyo. No de ella. Es un chico grande y es tuyo. Tomas las decisiones. Ese vestido te queda maravilloso. A Gas le encantará. Haz tu boda en la playa y viste tu vestido increíblemente caliente Rochy sonrió y mordió su labio inferior, entonces asintió.  

—Tienes razón. No debería hacer lo que otros quieren en el día de mi boda. Esto es sobre Gas y yo. Nadie más.

 Sentí una oleada de orgullo en mi pecho porque la había convencido de seguir a su corazón. Hacer lo que quería. Asentí y volví a sentarme en la silla y crucé las piernas mientras esperaba que fuera a probarse de nuevo el vestido que nos había encantado. Mi teléfono sonó con un tono corto, dejándome saber que tenía un mensaje. Lo alcancé de mi bolso y lo saqué. 

Pablo: En vez de ir ahí este fin de semana, ¿qué dirías de cenar en Nueva York? 

¿De qué hablaba? ¿Me había enviado un mensaje cuando quería mandárselo a otra persona? No vivía en ningún sitio cerca de Nueva York. 

Yo: Creo que mandaste el mensaje a la persona equivocada :) 

Eso fue incómodo. Especialmente desde que él había mencionado que venía a verme este fin de semana. Debe de haber hecho planes con más de una chica. 

Pablo: Estoy seguro que le he mandado el mensaje exactamente a quién quería hacerlo. No me ofrezco normalmente a pedirle a mi hermano su jet para llevar a chicas en citas. Sólo por las que son especiales.  

Oh. ¿Quería llevarme volando a Nueva York para cenar? ¿De verdad? ¿Cómo le contestaba a eso? Sabía que Euge había hecho este tipo de cosas todo el tiempo el año pasado mientras terminaba el instituto en Sea Breeze y Nico recorría el país. 

Pero Pablo y yo tuvimos una cita. Esto parecía como una gran cosa para una segunda cita. 

Pablo: El silencio no es prometedor.  

Yo: Sólo me sorprendió. No sé qué decir.  

Pablo: “Sí” sería una buena opción.  

Me reí ante su respuesta rápida. Me gustaba este chico. 

—¿Quién te tiene sonriendo así al teléfono? —preguntó Rochy con una sonrisa en su cara mientras salía del probador en el vestido que sabía que estaba hecho para ella. 

—Pablo Riera —contesté. 
  
Rochy levantó las cejas.  

—Saliendo con una celebridad.  

—En realidad no es una celebridad. Simplemente es pariente de Nico.

 Rochy se rió y subió a la plataforma en frente de los espejos.  

—Seh, diría que ser el hermano de la estrella favorita del mundo lo hace una celebridad. 

Yo: ¿Puedo pensármelo?  

No estaba lista para decir sí. Claro, me sentía enfadada con Peter por la otra noche en la playa. No nos habíamos cruzado desde entonces, pero no podía simplemente sacarlo de mi cabeza. Una vez que la rabia se hubo esfumado, recordaba su cara triste. La desesperación en sus ojos. Esas cosas me hacían querer perseguirlo y preguntarle por qué. 

Pablo: Claro. Déjame saber cuando estés lista.  

Yo: Gracias.  

—Entonces, ¿Qué te está diciendo?—preguntó Rochy.

 —Quiere que salga con él pronto. 

—¿Y vas a ir? 

Me encogí de hombros. No estaba segura. Todo dependía de Peter. Todo dependía de él. Si de alguna manera me perdía algo que necesitaba saber, no quería simplemente alejarme sin saber los hechos. 

—Quizás. No es seguro. Necesito pensarlo.

 Rochy asintió.

 —Buena idea. Salir con él te pondrá en el centro de atención. Imagino que eso no es siempre divertido. 

Sabía por la experiencia de Euge que no era divertido para nada. Ella todavía se acostumbraba a eso. Pero quería cambiar el tema. No nos encontrábamos aquí para discutir mi vida amorosa, sino para encontrar el vestido perfecto para Rochy.

 —Es ese —dije, asintiendo en su dirección en el espejo. Rochy se volvió para mirarse en el espejo.  

—Sí, creo que estás en lo cierto. 

—Gas será un charco a tus pies.

 Rochy me sonrió.  

—Ahora. Necesitamos encontrarte el vestido perfecto. ¿Crees que Pablo querría venir? ¿Debería de enviarle una invitación por ti? 
  
No había pensado en eso antes. ¿Estaríamos Pablo y yo hablando para entonces? Era muy posible que hubiera pasado a otra modelo para ese punto. 

Me encogí de hombros y enderecé la cola de su vestido. Se hallaba cubierto de diminutas perlas y pesaba una tonelada. El hecho de que no había mucho del resto del vestido, lo compensaba por la extravagancia de la cola. 

—Entonces, ¿quieres o no?—preguntó Rochy. 

Me di cuenta de que aún no había contestado la pregunta de Pablo y la boda. Euge y Nico vendrían, así que ¿por qué no invitar al hermano de Nico? Incluso si no estábamos saliendo entonces, estoy segura de que aún seríamos amigos. 

—Claro. Envíale una invitación.   






Peter           

Esta noche LLecas no iba a tocar. Era una noche country. Alguna banda de country de Tennessee se encontraba en el escenario. Eran buenos con los covers que tocaban, pero sus canciones originales también eran muy impresionantes. 

Gas regresó con una cerveza. Era muy raro encontrarlo sin Rochy en estos días. Cuando me llamó y quería reunirse conmigo en Live Bay por unos tragos, me sorprendí. Entonces explicó que Rochy y Lali estarían comprando el vestido de bodas. Eso lo explicaba. Gas rara vez iba a algún lugar sin Rochy.

 —¿Has visto Mariana por el campus otra vez? —preguntó Gas antes de tomar un trago de su cerveza. 

—Sí. Tenemos cálculo juntos. —Esa era la única respuesta que recibiría. 

No quería hablar de Lali con él. Vería a través de mí demasiado rápido. Luego me daría una paliza. 

—Nunca le diría esto, pero estoy tan contento de que no fue a Auburn. Quiero disfrutar de estas cosas, como planear la boda con Ro y ella habría estado preocupada por Lali todo el tiempo. Sin saber si algún tipo se aprovechaba de ella o se encontraba segura. De esta manera puedo disfrutar con Ro y mantener un ojo en Lali en caso que me necesite. —Casi me atraganté con mi cerveza. 

No había pensado en que sea inseguro para ella estar tan lejos en la universidad. He estado tan ansioso por alejarla de mí, que no consideré que Auburn podría ser peligroso para ella. De repente, me encontraba aliviado de que no se hubiera ido. Yo podría ser malo para ella, pero seguro como el infierno que no dejaría que alguien la lastimara. Mierda. Ahora no iba a ser capaz de mirarla irse el otro año. ¿Por qué él tuvo que hacerme pensar sobre esto? 

—¿Por qué estas tan enfurruñado? —preguntó Gas, rompiendo mis pensamientos. 

—Lo siento. Sólo pensaba en una tarea. Tengo un montón por hacer. 
  
Gas se rió entre dientes. 

—¿Todavía no has encontrado a unas cuantas chicas para que las hagan por ti? ¿Peter Lanzani está perdiendo su encanto? Di que no es así. 

Normalmente, no hago mi tarea. Conseguía chicas en mi clase que lo hacían. Coquetearía lo suficiente para mantenerlas felices y quizás follarlas por ahí al final del semestre. Lo había estado haciendo desde la secundaria. Los tipos encontraban entretenimiento sin fin en esto. Especialmente cuando terminaba el semestre y tenía un momento difícil para decepcionar a las chicas. Este era un drama para el que no me sentía de humor. Desde que tuve mis manos y boca en el cuerpo de Lali, mis pensamientos se han centrado en ella. Era duro concentrarse en alguien más. 

—Este año decidí reducir el drama —expliqué. Gas dejó salir un silbido bajo. 

—Nunca pensé que te oiría decir eso. 

No podía decirle todo sobre la chica que me tenía enredado. Lo escuché hablar sin parar sobre Rochy cuando entró en su vida. Pero ahora había alguien que me volvía loco y no podía hablarle de eso. No podía emborracharme en frente de Gas y derramar mis entrañas. No si quiero vivir. Me mataría. No tenía ninguna duda. 

—Oye, Peter. Ha pasado un tiempo. ¿Dónde te has estado escondiendo? —Una rubia con un par de grandes tetas falsas se deslizó a mi lado y recorrió su mano por mi pecho. Sí. Probablemente he dormido con esta. Tenía todos los síntomas y estaba bastante cómoda tocándome. 

—He estado ocupado —dije con una sonrisa forzada. 

—Bueno, te he extrañado. Ven, baila conmigo —ronroneó en mi oreja. 

Comencé a rechazarla cuando vi a Gas observándome. Esperaba que dijera sí. Eso es lo que normalmente haría. Ella sería un acostón fácil. Era bastante caliente. Si le dijera que no, entonces Gas comenzaría a hacerme preguntas. 

No quería que hiciera preguntas. Me conocía demasiado bien. Si dijera cualquier cosa, se daría cuenta que estaba atado a su hermana y estaría furioso. Tenía que bailar con esta chica. No tenia que follarla. Sólo bailar con ella. Actuar un poco como mi viejo yo, para que así nadie se preguntara por mi repentino cambio. Además, no tenía que ser fiel Lali. No tenía ni una oportunidad de siquiera tener una relación con ella. Ahora mantendría su distancia. 

La empujé demasiado lejos la otra noche. Me levanté y coloqué mi mano en su espalda baja, y la llevé a la pista de baile antes de que Gas pudiera notar que no me interesaba en absoluto.   
  
Lali

Seguí a Rochy hacia Live Bay. Gas le había enviado un mensaje y ella le dijo que me traería aquí. Él la esperaba mientras bebía algunos tragos con Peter. Lo cual era el por qué yo también vine. Sólo necesitaba ver su rostro otra vez antes de que respondiera al mensaje de texto de Pablo.  

Peter era como una droga de la cual parecía no poder alejarme. 

—Ahí está Gas —dijo Rochy, caminando a través de la multitud hacia la mesa que ocupaban siempre. 

Nadie más se encontraba en la mesa a excepción de Gas, lo cual era raro. Normalmente, uno de los otros tipos se encontraba aquí. Sabía que Peter estaba aquí. Gas le había enviado un mensaje a Rochy. Si no se hallaba en la mesa o en el bar, entonces estaba con una chica. Rechacé echar un vistazo a la pista de baile. Todavía no. Primero necesitaba componerme.  

—Hola, bebé. —Gas le sonrió a Rochy y se levantó para llevarla hacia sus brazos. Inmediatamente comenzó el besuqueo. 

No quería mirar a mi hermano meter su lengua en la boca de alguien, así que tomé asiento y mentalmente me debatí si debía o no buscar a Peter. ¿Y si se follaba a una chica? ¿Podría manejarlo? Es decir, no tenía ningún control sobre él, pero, ¿dolería tanto? Sí, probablemente.  

—Te extrañé —dijo Gas, retrocediendo de su ataque contra el rostro de Rochy.

 —Yo también te extrañé, pero tengo un vestido que creo que te va a gustar mucho —respondió y luego me echó un vistazo—. No sé como manejaría todo esto sin Mariana. Estoy tan feliz de que no se fuera.  

Gas giró su atención hacia mí  y guiñó. 

—Estoy feliz que de esté aquí. 

—Nosotras, uh hoy hablamos sobre el lugar de la boda y Mariana dijo que deberíamos hacerla donde desee. No debo permitirle a tu madre convencerme de lo contrario.  

Gas frunció el ceño y giró para mirar fijamente a Rochy. 

—Tiene razón. Esta es nuestra boda. Pensé que te gustaba la idea de la iglesia de mamá, pero si no quieres, entonces dímelo. Nos casaremos donde quieras.  

Ese era mi hermano. Era perfecto. Tipos como él eran difíciles de encontrar.  

—Deseo casarme en la playa —le dijo.  

—Entonces será así. Le diré a mamá que cancele la iglesia y comenzaremos a buscar casas de playa para alquilar.  
  
Rochy chilló, agarró su rostro y empezó a besarlo otra vez. Aparté mi atención de ellos y miré hacia la pista de baile. No me tomó mucho tiempo encontrar a Peter. Su cabello castaño siempre en punta. La chica casi desnuda con la que bailaba también tenía su peinado. Sabía que debería alejar mi mirada, pero no podía. Quería verlo con alguien más. Sabía que él me trató diferente, pero deseaba ver exactamente cuán diferente.  

La chica recorrió sus manos a través de su cabello, y si él la dejaba, estaba segura que follaría su pierna. No podían estar más cerca. Cuando atrajo su cabeza para encontrarse con sus labios, moví de un tirón mi mirada. No quería ver eso.  

—¿Quieres una coca cola, Mariana? —preguntó Gas, y le di un vistazo dándome cuenta de que  él y Rochy se sentaron y no se besaban. 

Tenía más ganas de irme, pero decidí quedarme y observar a Preston con otra chica podría ser lo que necesitaba para sacarlo de mi sistema.  

—Sí, gracias —respondí. 

—¿Donde están los demás? —preguntó Rochy.

  Gas asintió hacia la pista de baile. 

—Peter está bailando. Agus está en camino. Vico y Cande están pasando el rato fuera. Tincho y Eva probablemente en el apartamento de Tincho, donde siempre están últimamente.  

Rochy se rió. 

—Déjalos solos. Me encanta ver así a Tincho. Es tan feliz. 

—Confía en mí, bebé, a mí también me encanta verlo obsesionado con alguien más. Se me hace más fácil respirar.  

Rochy rodó los ojos.  

Cuando terminó la canción, volví a mirar hacia la pista de baile para ver a Peter caminando hacia nosotros con la chica siguiéndolo de cerca. Al menos no la tocaba. Normalmente, Peter tenía sus manos por todas partes en el cuerpo de las chicas con las que tonteaba.  Su concentración se hallaba en mí y me sentí extremadamente agradecida de que la espalda de Gas no daba a la pista de baile. La camarera colocó un portavasos y mi coca cola en la mesa en frente de mí. Aparté la mirada de Peter y tomé un trago de soda fría.  

—Hola, Rochy —dijo una vez que llegó a la mesa—. Mariana. 

No levanté la mirada hacia él. Simplemente contesté “hola” y seguí bebiendo.  

—Hola, Peter —dijo Rochy efusivamente—, todavía no te he visto en el campus. No debimos tener clases juntos.  

—Supongo que no —respondió.  
  
—Quiero una cerveza —dijo la chica mientras tomaba el asiento vacío a mi lado—. Hola, soy Martina. —Tomó todo mi control no empujarla del taburete.  

—Mariana. Es un gusto conocerte —respondí. 

La amabilidad fue entrenada en mí. Mi madre la había perforado en mi cabeza. Podía sentir los ojos de Peter en mí. Me observaba. ¿Pensó que sería grosera con ella? ¿Sólo porque eligió follarla esta noche en lugar de a mí? Tendría que disgustarme la ciudad entera si ese fuera el caso. Se ha costado con la mayoría de las mujeres aquí. 

 —Oh, eres la hermanita de Gas. Recuerdo verte con Eugenia Suarez. 

¿Conocía a Euge? 

—¿Cómo conoces a Euge? —Porque ella no era el tipo de amigas de Euge.  

—No la conozco. Sé de ella. Soy una gran fan de Nico Riera.

 Eso tenía más sentido. 

—Lali está saliendo con el hermano de Nico —canturreó Rochy, sonriendo brillantemente.  

—¿Sí? —preguntó la chica con voz incrédula.  

—No, en realidad no —contesté, sacudiendo la cabeza y deseándole a Dios que Rochy se callara.  

—Él lo está intentando mucho. Hoy le envió mensajes de texto y la hizo sonreír terriblemente.  

Esta era mi señal para irme. Alcancé mi cartera y no hice contacto visual con nadie.  

—¿Pablo Riera sigue contactándote? ¿No se fue con Euge y Nico? — preguntó Gas con curiosidad. Mierda. No iba a conseguir salir de esto.  

—¿Sigues hablando con Pablo? —preguntó Peter, para mi sorpresa.

 No esperaba que hiciera comentarios en esta conversación. No con Gas aquí. Miré a Gas para responder. No miraría a Peter. Estos no eran sus asuntos.  

—Sip, está en Los Ángeles. Sólo quiere ver si podemos encontrarnos de nuevo alguna vez.  

Rochy cubrió su risa con una tos. Le di una mirada rogándole por favor que no dijera nada más. Entendió y asintió.  

—¿Quiere salir contigo? —dijo esa chica, Martina—. Su imagen está plasmada en todos los lugares con modelos y actrices. —El tono de incredulidad de su voz era muy chirriante para mis nervios.

 Sabía que no podía competir exactamente con su elección normal de mujeres, pero asombrosamente, a Pablo Riera le gustaba algo en mí. Incluso si Peter Lanzani no me deseaba.  

—Tengo que irme. Tengo que escribir un trabajo y comprobar a mamá —dije, levantándome.  

—Lo siento. No debería haberlo mencionado. No te vayas por mi gran boca —Rochy sonaba preocupada.  

Le sonreí de modo tranquilizador. 

—En serio, no quería venir y quedarme. Sólo iba a saludar a todo el mundo. Ahora Peter puede tener mi asiento.   

Le eché un vistazo a él. 

—Muchas gracias por hoy. Fuiste de mucha ayuda y me divertí contigo —dijo Rochy, levantándose y dándome un abrazo.  

—Me encantó —contesté y la abracé. 

Luego di un paso atrás y miré a todos en la mesa, incluyendo a Peter, quien se encontraba parado al otro lado de Martina, mirándome.  

—Hasta luego. —Agité la mano, luego giré y me dirigí a la puerta. No podía salir de aquí lo suficiente rápido. 

Esto fue una mala idea. No volvería aquí. No por un tiempo. Pretender que Peter no era un mujeriego era más fácil cuando no tenía que presenciarlo. Esta noche era un recordatorio que necesitaba, pero quería olvidar.  

—Lali —gritó la voz de Peter detrás de mí en el momento que toque la manija de mi coche.  

¿Qué hacía? Podía fingir que no lo escuché, abrir la puerta del auto, entrar y conducir lejos. O podía ver lo que lo hizo correr aquí para hablar conmigo. Mi indecisión sólo le dio tiempo para alcanzarme. Mi plan de escape no fue posible.  

—¿Qué es lo que quieres? —pregunté, levantando la mirada hasta encontrar la suya. 

Sacudió la cabeza y la mirada triste y confusa se encontraba otra vez en sus ojos. Maldita sea. Odiaba esa mirada. 

—¿Vas a verlo de nuevo? 

Esto era por Pablo. ¿En serio? 

—Probablemente —respondí y abrí de un tirón mi puerta.  

—Espera, no. —Peter se acercó más a mí y bloqueó mi entrada al coche.  
—¿Qué estás haciendo? —Mi impaciencia aumentaba. Regresó a ser frío y caliente. No podía soportarlo.  
  

—¿Quieres verlo? 

¿Qué era esto? ¿Quería saber si lo deseaba? ¿Nada más? Le gustaba que la inocente, estúpida Lali estuviera jadeando detrás de él. Bueno, podía besar mi trasero. Se terminó. Y ya no era inocente, gracias a él.  

—Sí, Peter. Quiero verlo. Le gusto. Quiere estar cerca de mí. No me aleja.  

Peter se acercó más y su expresión preocupada se tornó en un ceño fruncido. 

—¿Qué tan lejos ha llegado, Lali? ¿Te ha tocado? 

Esto no ocurría. Soñaba esta locura. Peter no podía ser posesivo conmigo cuando no me deseaba.  

—Muévete, Peter. 

Terminé con esto. No puedo hacerlo más. Peter me agarró la cintura y me atrajo hacia él. 

—Lamento no poder ser quien necesitas.  

Unas cuantas semanas atrás, deseaba probarle que podía cambiar. Había creído que era la chica que lo cambiaría. Pero ahora lo sabía. Ni siquiera podía disfrutar de tocarme sobrio. No lo cambiaría.  

—Está bien. Lo entiendo. Ahora muévete. Quiero ir a casa. —Le empujé el pecho pero no se inmutó. 

—Quiero cambiar. Me haces querer cambiar todo pero no puedo.  Dejé salir un suspiro pesado antes de volver a mirarlo.  

—Lo sé. Un día vendrá alguien y cambiarás por ella. Será la única persona sin la que no puedas vivir y será más importante que cualquier persona y todo lo demás. Cuando pase eso, cambiarás. No soy ella. Ahora, por favor, déjame irme a casa. Hemos terminado.  

Peter apretó los dientes y sacudió la cabeza como si estuviera evitando decir algo, luego tomó una respiración larga antes de alejarse de la puerta de mi coche y dejarme entrar. Se quedó parado, observándome mientras cerré la puerta. Me retiré del estacionamiento y seguía allí parado mirándome. 

Una vez que salí a la carretera, eché un vistazo por el espejo retrovisor y seguía allí. Hace una semana habría dado reversa y vuelto a él. Pero ahora lo sabía mejor. Simplemente me echaría después de que tratara de que funcionara conmigo y no pudiera lograrlo.


PD:LAS QUIERO Y COMENTEN 

10 comentarios:

  1. CHICAS EN MUY POCO SE VIENE MUY BUENA LA NOVE ..AMARAN A PETER , YA NO MAS PELEAS NI ALEJAMIENTOS ..PACIENCIA QUE LO MEJOR ESTA POR VENIR

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  2. esta buenisima pero quiero laliter luego mala jajaja sube mas :)
    besitos!

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  3. Esta buena segui por favo. :)

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  4. Ohh :( quiero que peter le cuente porque es asi :/

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  5. Espero que lali este con Pablo porque ella merece ser feliz, aunque igual me da pena Peter

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    1. Con todo mi amor Ale ..pero las cosas q esperas son Re estúpidas kdjj...

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    2. Pero me enoja Peter el es un pirata y le va hacer daño, todas las chicas creen que pueden cambiar a un pirata pues eso es mentira, un pirata no cambia por una chica enamorada

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