sábado, 31 de octubre de 2015

capitulo 9 y 10






Mientras conducimos por la cuidad, mi neurótico cerebro está diseccionando todo lo que había pasado en los últimos días, intentando averiguar si Peter se sentía igual. 

Él regresó por mí. Dijo que no quería una novia. Él me quería a mí en su casa. No confía en mí lo suficiente para contarme sobre su pasado, pero igual, lo mismo va para mí. Parecía completamente cómodo conmigo conociendo a su familia. La mitad del tiempo me siento como una posesión o un maldito trofeo. Me va a llevar a un evento público con él mañana. Esta mierda está haciendo que mi corazón duela. 

El carro se detuvo y estábamos frente al W Hollywood Hotel. ¿Por qué demonios estábamos frente al hotel? Peter sale y abre mi puerta mientras le entrega las llaves al valet. Cuando entró, el lobby estaba decorado en un patrón en rojo y blanco. Parece tan caro aquí que temo caminar y rayar los pisos. Hay sillones circulares, una enorme escalera curva con barandilla de cristal y un magnífico candelabro.

 Peter me jala hacia el elevador mientras sigo mirando todo fijamente y con la boca abierta. Tomamos el elevador hasta el último piso y mientras se abre, veo las puertas con el nombre Drai en ellas. Hay una gran cantidad de gente esperando para entrar y puedo sentir sus miradas sucias mientras Peter me jala hacia el frente de la fila. Él le da su nombre al portero y él inmediatamente abre las puertas para nosotros. 

Una chica joven en un pequeño vestido negro nos lleva dentro de lo que no estoy segura si es un restaurante o un club. El cuarto está iluminado con sombras de color rojo, azul y oro con sillones dispuestos alrededor de lo que pienso es una pista de baile. Está bien, tal vez es un club. No habría imaginado a Peter como del tipo de clubs. Somos conducidos hacia un sillón en forma de círculo rodeando una mesa con un letrero que dice “reservado”. 

—Su mesera estará aquí pronto, Sr. Lanzani. Disfruten. 

Peter le da una propina y me jala para estar sentada junto a él

—Así que, ¿Qué piensas? 
  
—Pienso que es maravilloso aquí. Por cierto, ¿Qué es? He intentado averiguar si es un club o un restaurante. 

Él se ríe. Parece que siempre está riéndose de mí

Es ambos si tienes suficiente dinero. Siempre tienen estúpidas fiestas aquí pero nunca vengo. Había escuchado que era agradable, aunque, pensé que a ti te gustaría.

 Paso mis dedos por el cabello en su nuca. Tal vez esto funcione. Tal vez él realmente se preocupa por mí. Peter se recarga en mí para susurrar algo en mi oído, mientras lo hace, su mano aterriza en mi muslo. Todo mi cuerpo se estremece.

 —No sé cómo voy a hacer para evitar follarte aquí en el sillón, Ángel. —Y así lo arruinó.

 Tengo que dejar de intentar descifrarlo, no creo que alguien alguna vez sea capaz de hacerlo. Él me besó y me perdí en él como siempre lo hago—.  ¿Quieres bailar? 

No había notado lo mucho que se había llenado el lugar en los últimos minutos. Había gente llenando la pista de baile—. ¿Está bien? Quiero decir, sé que normalmente necesitas mantener un bajo perfil.

 —Nena, esto es Los Ángeles, nadie da una mierda. —Él toma mi mano y me guía al centro de la pista.

 Me da vueltas mientras me sostiene una mano y cuando me detengo, mi espalda esta presionada en su pecho. Puedo sentirlo contra mí y me hace jadear. Después de un momento, me doy cuenta que ninguno de los dos nos estamos moviendo y comienzo a moverme con la música. Sus manos agarran mi cadera y su barbilla descansa en mi hombro. 

Cada vez que mueve su cabeza el rastro de barba en su mentón me roza y envía escalofríos por todo mi cuerpo. Estamos perdidos en nuestro propio mundo, sus manos rozando ligeramente mi cuerpo en toques inocentes. Mis manos envueltas en su cuello, tratando de estar tan cerca de él como me es posible. No notamos lo que se avecina hasta que es demasiado tarde. 

Un grupo de idiotas borrachos se metieron en una pelea y cayeron sobre nosotros, tomándonos con la guardia baja y separándonos de golpe. Nadie más alrededor parece notarlo, pero hay gente por todos lados, y estoy empezando a sentirme claustrofóbica. 

Alguien agarra mi cadera, pero cuando me doy la vuelta no es Peter. Hago el gesto universal de “no gracias” y le pinto un dedo, pero parece no tomar las pistas. Me jala más fuerte contra él y mi cuerpo se siente como si estuviera en llamas. No solo no puedo tolerar su toque, sino que esta malditamente lastimándome. Su cabeza se mueve más cerca mientras sus manos me mantienen en el lugar

—. Hueles suficientemente bien como para jodidamente comerte.—Siento las náuseas llegar, voy a enfermarme. No estoy más en el club, sino que estoy en ese lugar de hace nueve meses.

 Estoy indefensa. Necesito que me deje ir. No puedo soportarlo; siento que voy a desmayarme. En un abrir y cerrar de ojos, soy jalada a otro lugar por dos fuerte brazos sujetándome cerca.

 —¿Estás bien? —Volteo a ver a Peter. Mi visión es borrosa y no puedo enfocarme en él. Mi jodida ansiedad me está matando justo ahora—. ¿Qué fue lo que le hiciste, lamentable pedazo de mierda?

 El enfermo se encoje de hombros y se aleja de Peter. Él agarra mis hombros

—Dame un segundo y no te muevas un centímetro. —Sin discusiones aquí, no creo que mis piernas siquiera funcionen. 

Él está observándome esperando algún tipo de asentimiento y hago lo único que puedo manejar por el momento y asiento. Todo pasa tan rápido, Peter camina detrás del tipo, le da la vuelta y lo golpea. Él se cae al piso como una pila de ladrillos y entonces Peter está a mi lado, llevándome hacia la puerta. Me siento entumecida, así que él casi me está cargando. 

Cuando llegamos al elevador, siento un atisbo del olor del tipo en mí y todo regresa a mi mente. Sus manos sobre mí. No es él, de cualquier manera, es Benja. Estoy de regreso en el suelo mientras explora mi cuerpo y lo único que puedo hacer es observar. Estoy sollozando por él dolor que me hace sentir su toque. 

Siento a alguien sacudir mis hombros, gritándome que abra mis ojos. Es una lucha, pero cuando lo hago veo a Peter. Su cara esta torcida en lo que solo puedo describir como dolor y confusión. 

—Háblame. ¿Qué está mal? 

Estamos en el suelo del elevador y la campanilla del elevador suena mientras la puerta se abre

—¿Podemos irnos a casa?—Esas son las únicas palabras que puedo manejar decir. Él asiente.

 Me muevo para ponerme de pie, pero antes de lograrlo, Peter me levanta en brazos. Agradezco que no hay fotógrafos cuando dejamos el hotel; estoy segura de que tendrían un día lleno con esto. 

Peter me mete en el carro y yo me recuesto en el asiento, intentando convencer mi mente de que estoy bien, porque, por lo que a mí respecta, estoy reviviendo esa noche. Mientras saca el carro del lugar, cierro mis ojos, esperando que el mareo se vaya pronto. La siguiente cosa que se es que siento moverme y abro mis ojos para ver la casa de Peter. 

Me carga escaleras arriba, me acuesta en la cama y me cubre con la manta. Mi mente finalmente ha dejado de correr y mis manos están estables. Cuando me moví para levantarme, Peter estuvo a mi lado en un segundo

—No, solo quédate acostada. —Estoy por objetar, pero entonces veo sus ojos y veo preocupación, y me acuesto. 

Puedo escucharlo moverse por el cuarto y entonces la luz se apaga. La cama se hunde a mi lado y yo intento calmar mis latidos. Es Peter. Estoy a salvo

—¿Puedo ayudar a desvestirte? Te traje una camiseta para que duermas. — Asiento con la cabeza, las sábanas son jaladas hacia abajo, y él levanta mi blusa sobre mi cabeza. Después, desliza mi falda por mis piernas. Finalmente, pone su camiseta en mí y soy rodeada por su olor. Es relajante. 

Peter trepa debajo de las mantas cerca de mí, envolviendo un brazo alrededor de mí y jalándome cerca de él. Olfatea mi cuello y yo sonrió ante el contacto. Me giró para estar frente a él y corro mis dedos por su cara—. Te necesito justo ahora, Lali.

 Asiento, sabiendo que lo necesitaba también. Él saca su camiseta de mí y se quita su bóxer. Peter se mueve para poder estar sobre mí y me besa. Sin embargo, hay algo diferente acerca de esto. No es desesperado y hambriento. 

La forma en la que me está besando es casi como si me estuviera absorbiendo, como si estuviéramos conectados en un nivel que no habíamos estado antes. Él lentamente se empuja dentro de mí y mis uñas se clavan en sus hombros. Ninguno de los dos dice algo, pero no rompemos el contacto visual tampoco. Paso mis manos por los lados de su cabeza y a través de su cabello. Sus movimientos son lentos, precisos y deliciosos. Este no es el estilo normal de Peter.

 La mirada en sus ojos y su naturaleza amable está intensificando esta experiencia y mi cuerpo está desarrollando mi liberación. Peter baja su boca para besar mi cuello y cuando golpea el punto detrás de mi oreja me parto, gimiendo su nombre. Él se hace hacia atrás para verme a los ojos 

—Ese es mi sonido favorito en todo el mundo. —Puedo sentir todo su cuerpo tensarse sobre mí justo antes de que él encuentre su propia liberación. Yo lo beso y me trago sus gemidos. Eso no fue sexo. Eso no fue follar. 

¿Acaba Peter Lanzani de hacerme el amor?

                                              ***

 Me despierto en la mañana con los dedos de Drew acariciándome por los costados de arriba abajo. Besa mi hombro y yo sonrío. No puedo recordar un momento en el que he estado más feliz. 

Quiero decirle como me siento pero el miedo a su reacción es sobrecogedor. ¿Qué si él no lo dice de vuelta? ¿Qué si estoy leyendo nuestra relación completamente mal? ¿Qué si él corre? Me giro hacia él y veo sus ojos; algo cambió desde anoche. No puedo poner mi dedo en ello, pero algo está ahí que nunca había visto antes. Estoy a punto de abrirme con él y decirle como me siento cuando el sonido reverberante de su teléfono vibra por toda la habitación. 
  
Peter rueda sus ojos y se gira para agarrarlo—. ¿Hola?... ¿Ya?... sí, sí, sí. Estaremos abajo en un minuto. 

Lo volteo a ver con confusión—. ¿Quién era? 

—Aparentemente, es tiempo de comenzar a prepararnos para esta noche. 

— ¿De verdad? ¿Qué hora es? 

—Once. —Se agacha para besarme—. Que mal que no llegaron una hora más tarde. Tenía planes para ti. 

Mi cuerpo entero se tensó y yo instantáneamente odié a todos los que estaban abajo. 

Peter me da una de sus camisetas y un par de pantalones de deporte—. ¿Sabes?,  yo realmente empaqué ropa para mí.

 Él me da una media sonrisa—. Lo sé, pero por lo menos esos jodidos verán que me perteneces. Incluso lo dice en tu camiseta. 

Él se gira y hace su camino hacia abajo. Cuando miro hacia abajo, veo que la camiseta que llevo dice “Propiedad Renegades”, y sacudo mi cabeza. Me dirijo directo a la cocina para obtener mi paraíso líquido.

 Veo a Peter y decido tener un poco de diversión con él. Tomo la taza que me está ofreciendo y sonrío mientras doy un sorbo.

 –Sabes, técnicamente mi camiseta dice “Propiedad Renegados ”, eso podría realmente significar cualquiera de la banda.

 Peter me entrecierra los ojos y sale de la cocina. Está bien, esa no era la reacción que estaba esperando. Unos minutos después, entra con un pedazo de papel. ¿Para qué demonios es eso? Lo presiona contra mi camiseta y coloca un trozo de cinta adhesiva. Cuando miro abajo veo “PROPIEDAD DE PETER JODIDO LANZANI” escrito con marcador. 

Comienzo a reírme mientras el regresa a su asiento y continua bebiendo el café que había dejado. Felicia entra en la cocina mientras estoy terminando mi café—. ¿Están listos? Tenemos mucho trabajo que hacer. 

¿Adivino que esa es su manera de decir que me veo como un desastre caliente? Me pongo de pie y la sigo fuera, riendo ante las expresiones de todas las personas mientras pasaba y le daban un vistazo a mi camiseta. 
                                                          

Han sido cinco malditas horas en el cabello, maquillaje, una vergonzosa sesión de depilado con cera y cinta adhesiva en mis pechos al punto que temo desvestirme hoy en la noche. Cuando giro para verme en el espejo, puedo apenas reconocerme. Mi cabello está peinado a un lado y rizado a la perfección. Está todo sujeto detrás de mi oreja por un intrincado broche de diamante en forma de flor. Cometí el error de llamarlo piedra y fui reprendida por Felicia. 

Llevo un arete de diamante en forma de lágrima y mi maquillaje estaba realizado en tal perfección que temía incluso parpadear. El vestido se ve asombroso. Me abraza casa curva del cuerpo y aun cuando estoy quieta, el brillante material hace parecer que estoy moviéndome. La puerta se abre.

 Peter entra y está vestido con un traje negro y corbata. Nunca lo había visto en nada más que una camiseta y jeans, así que la visión de él ahora despierta cada terminación nerviosa en mi cuerpo. El me mira de arriba abajo, entonces la punta de su lengua sale y lentamente lame por completo su labio inferior—. Te vez como para comerte. 

Sintiéndome valiente, empiezo a salir de la habitación, deteniéndome justo a su lado e inclinándome para susurrar en su oído—, Tal vez mas tarde si te portas bien. 

Escucho una fuerte inhalación venir de él mientras salía. Salimos a lo que asumí sería la usual SUV negra, pero en su lugar está una larga hummer blanca. El conductor abre la puerta y yo me siento. 

Nunca había estado en una limo antes y es realmente lindo aquí. La puerta del otro lado se abre y Peter sube. Él inmediatamente se desliza a mi lado y corre su mano desde la cinta de mis ridículamente altos zapatos hasta mi muslo

—Te gusta jugar conmigo, ¿No es así, Ángel? —asiento. Su boca baja a mi cuello y el muerde suavemente mi piel—. Tal vez tendré que jugar contigo un poco también.

 Peter se mueve lejos, dejándome intentando apretar mis muslos juntos con la esperanza de encontrar algo de alivio. Estamos detenidos en una fila de carros y yo veo a mí alrededor, intentando descifrar porque el conductor no solo los pasa. 

Peter parece sentir mi confusión—. Es la fila de alfombra roja. Debemos esperar nuestro turno para salir del carro. Intente jodidamente saltarme esta parte, pero mi publicista enloqueció.

 ¿La fila de la alfombra roja? Habrá cámaras por todos lados. Supongo que no me había permitido enfocarme en ese hecho hasta ahora. No tengo idea de cómo pararme o sonreír o lo que sea que deba hacer. Siento que voy a verme como toda una idiota. Con suerte, ellos solo querrán sacar fotos de él y yo puedo desvanecerme en el fondo. 


Después de casi cuarenta y cinco minutos de esperar en la estúpida fila de carros, nos bajamos. Vi la alfombra roja y mi corazón comenzó a latir casi fuera de mi pecho. Esto es. 

Peter trepó por encima—. Déjame salir primero, entonces te ayudaré a salir del carro. —Él salió de la limo y escuché gritos haciendo eco de alrededor de nosotros.

 Peter se dio la vuelta y saludó a la gente que se había reunido alrededor, entonces giró nuevamente hacia mí y me ofreció su mano. Yo la tomo y lentamente salgo del carro, rezando por no caer de frente sobre mi cara.

 Una mujer de alrededor de mi edad llegó donde nosotros y comenzó a cascabelear diferentes instrucciones de a donde debíamos ir y a donde mirar. Es todo tan abrumador que no puedo siquiera procesar lo que está diciendo; yo solo seguiré a Peter.

 Me llevó a una plataforma circular, puso su mano alrededor de mi cintura y susurró en mi oído—. Solo sonríe, te vez increíble.

Hice mi mayor esfuerzo, esperando que mi cara no pareciera tan rara como me sentía en ese momento. Se sentía como si estuviéramos ahí desde siempre, asegurándonos de voltear en cada dirección posible, para no dejar a nadie fuera. Cuando finalmente salimos del círculo del infierno, que fue como yo lo llamé, sentí que podía respirar de nuevo. Entramos en el edificio y estaba arreglado casi como si fuese la hora del coctel de una boda.

 Vi alrededor de la habitación, viendo tantos cantantes famosos que me tomó por sorpresa. No puedo creer que realmente estoy aquí. Bruno Mars viene a Peter, se saludan de mano y entonces él se voltea hacia mí. Santo infierno. 

Ni siquiera puedo respirar en este momento. Estoy tan fuera de mí que cuando me ofrece su mano, la tomo y el dolor del contacto me golpea. Retiro mi mano rápidamente y gano miradas de confusión de todos a mí alrededor.

 —Mm, lo siento. Me sorprendiste. —Bruno me sonríe extrañado. Bien, eso fue vergonzoso. Los chicos comienzan a hablar sobre el negocio y la linda morena con Bruno mira en mi dirección

— Hola, soy Jessica. 

Sonreí

— Soy Lali.

 Ella ríe

— ¿Este es tu primer evento? 

Mordí mi labio inferior con nerviosismo—. ¿Es tan obvio? 

La sonrisa que ella me da me relaja

— Un poco, pero no te preocupes. Se ve más atemorizante de lo que realmente es. La primera vez que Bruno y yo fuimos a uno de estos, jalé a Jennifer Lawrence y caí dentro de la plataforma de fotografías. —Ambas nos reímos y me sentí más cómoda por primera vez desde que llegamos aquí. 
  
Bruno y Jessica se despidieron, pero en su lugar fuimos molidos por una fila de otras personas que solo esperaban hablar con Peter. Cada vez que alguien llegaba a nosotros murmuraba alguna excusa sobre tener fobia a los gérmenes. Después de una hora de presentaciones, llegamos a sentarnos en nuestros lugares.

 Peter se acerca sobre mí—. ¿Qué fue todo eso sobre la cosa de los gérmenes?

 —No lo sé, solo estaba nerviosa.

 Sus manos descansan en mi muslo, pero su boca seguía justo en mi oreja—. Conozco tu cuerpo mejor que tú y sé que estas mintiendo. 

Alguien sube al escenario para anunciar a todos que el show estará comenzando en algunos minutos. Gracias a Dios, aunque no sé cómo es que voy a esquivar sus preguntas más tarde. El show es absolutamente impresionante. Siempre he sido una enferma que ve estas cosas desde el comienzo del pre-show hasta el final del after-show. Acoso los sitios web para ver a los mejor y peor vestidos y canto en todas las presentaciones. Estar ahí en persona, sin embargo, es muy diferente, y una experiencia surrealista. 

Cuando terminó, Peter mencionó ir a casa, pero yo honestamente quería quedarme tan tarde como fuera posible y evitar sus preguntas—. ¿Podemos ir a una de las fiestas después del show? 

—¿De verdad?

 —Sí, no lo sé. Yo solo pensé que sería divertido.

 Puedo decir que él sabe que estoy retrasando el asunto, pero me lo concede de cualquier manera—. Está bien, vamos.

 Fuimos a la fiesta de Billboard. Es tan linda y tuvimos la noche que pienso que Peter desearía hubiésemos pasado cuando fuimos a ese club. Bailamos toda la noche y cuando fue tiempo de irnos, sentí como si apenas pudiera caminar. A través de la noche tomé varios tragos y como normalmente no bebo, estoy bastante perdida.

 Todo el camino de regreso a casa me mantuve balbuceando sobre las hermosas e hipnotizantes luces y atrapé a Peter riendo más de una vez. Cuando llegamos a su casa, me ayudó a subir las ofensivas escaleras. Me dejé caer en la cama, riendo mientras rebotaba.

 Puedo escuchar a Peter deambular pero estoy demasiado preocupada pretendiendo que estoy en un carrusel que gira. 

Peter se acerca a mí y me ayuda a salir del vestido, dándome una de sus camisetas para ponerme—. ¿Por qué demonios tienes cinta adhesiva en tus tetas? 
  
—¡Debo mantener a las chicas arriba! —Lo tomé por su camiseta y lo jalé cerca de mí—. ¿Por qué es que contigo está bien? 

—¿Por qué está bien qué? 

—Tú eres el único. Yo solo no lo entiendo. —Peter se acuesta a mi lado—. Al principio te odié, pero ahora. Aún odio que tú seas el único, por cierto. 

Me desmayé cuando Peter estaba intentando preguntarme y averiguar de qué demonios estaba hablando. 








Me despierto por la mañana sintiéndome como si hubiera sido golpeada por un maldito tren de carga. El alcohol sin duda, no es bueno. 

Peter no está en la cama. Me incorporo para mirar alrededor y veo una nota en la almohada a mi lado. 

Espero que no estés con demasiada resaca. Nos vemos abajo cuando te despiertes. 

Balanceo mis piernas fuera de la cama y una vez que me pongo de pie, mi estómago se enrolla. Éste no va a ser un día de diversión. Poco a poco me abro camino hacia abajo, orando con cada paso para no vomitar. Camino lentamente hacia la cocina y Peter me mira y comienza a reír. 

—Oh sí, ríete de mí todo lo que quieras, amigo. —Me giro y camino a la cafetera, con la esperanza de que esto me ayude a salir de éste malestar. 

 —Que no se te olvide que le dije a mi mamá que iríamos hoy. Tenemos que llegar en una hora. Empaca una bolsa en caso de que se haga tarde y quisiéramos quedarnos. 

—¿Uf, eso es hoy? 

Golpea mi culo mientras camina fuera de la cocina. Termino mi café y decido darme una ducha ya que me siento como el maldito monstruo de la laguna negra. Llego arriba, en una sola pieza, y cuando me saco la camiseta de Peter, veo la cinta en mis tetas.

 Cierro los ojos, aprieto los dientes, y empiezo a halar de las tiras de cinta de una en una, aullando cada vez. Esto es casi una tortura tanto como era la maldita depilación.

 Me acerco a la ducha de Peter y miro fijamente. ¿Cómo demonios funciona ésta cosa? Hay mil botones diferentes en un panel de control. Esto es así innecesario. Mataría por una maldita ducha normal que pueda torcer el agua dentro y fuera. Finalmente encuentro la manera de encenderlo pero es fría como el hielo. Oh, bueno, al menos está. 

Después de la ducha, me visto con pantalones vaqueros y una camiseta simple. Me hice una promesa a mí misma, que iría completamente vestida la próxima vez que me encuentre con su familia. Peter entra en la habitación.

 —¿Estás lista, nena?  

Lo de nena es nuevo para él, pero cada vez que lo dice sonrío.

 —Sí. —Agarro mi bolsa pero rápidamente me la quita. 

—Muy bien, vámonos ahora. Está a sólo una hora en coche.

 El coche a casa de sus padres parece bastante rápido. Nos detenemos frente a una enorme casa estilo rancho. El patio es precioso, con cada flor y color diferente que se pueda imaginar. La puerta se abre, Luz viene corriendo hacia nosotros, y Peter la recoge, haciéndola girar a su alrededor.

 —Feliz cumpleaños, hermosa niña. —Sonrío a la vista de ellos juntos. 

—Feliz cumpleaños, Luz —le digo. 

—¡Hola, Lali! Papá no creía que eras real. Él dijo 'ese chico nunca va a convencer a una chica para estar cerca de él durante más de un día'. 

Peter y yo reímos de su imitación. 

—¿Estás lista para nuestra tradición de cumpleaños, nena? 

—¡Si! 

Miro a Peter cuestionándolo. 

—¿Cuál es su tradición? 

Él me mira y se encoge de hombros. 

—Hacer lo que quiera. 

Me rio

—.Entonces, nena, ¿qué vamos a hacer hoy? 

Ella sonríe a Peter. 

—¡Universal Studios!

 Él me mira.

 —¿Tú estarás para esto? —Asiento. Creo que estoy casi tan emocionada como Luz.

 La madre de Peter sale al porche y me saluda con la mano, agradecida de estar completamente vestida en ésta ocasión. Nos amontonamos en el coche de Peter y cantamos juntos con la radio en todo el viaje. 

Cuando llegamos allí, compra algún ticket especial que nos permite ir adelante para cada juego. Gracias a Dios porque esas líneas duran para siempre. Trajo su gorra de béisbol de confianza para ayudarle a mantener un perfil bajo y parece estar funcionando. Hemos estado en casi todos los juegos en el parque y él ha comprado algo para Luz y para mí en cada tienda que hemos pasado.

 Es increíble, lo observaba con ella, y él no me ha dejado fuera de su vista en todo el día, tampoco. No podría haber imaginado tener un día mejor. De regreso a casa, Luz se queda dormida y miro a Peter. 

—Ella realmente te ama. Es muy lindo verlos a ustedes juntos. 
  
Peter agarra mi mano. 

—Gracias por pasar el día con nosotros. ¿Estás bien? 

—¿Qué quieres decir? 

—Me refiero a la ansiedad constante, y no lo sé, siento como que algo está mal.

 Cuando nos detenemos en la casa, Peter lleva a Luz porque todavía seguía dormida. Su mamá se encuentra en el sofá en la sala de estar y Peter se dirige arriba, estoy suponiendo que la llevará a la cama.

 —Lali, ven siéntate, cariño. Voy a sentarme al lado de la mamá de Peter en el sofá—. Gracias. 

—La miro con confusión. ¿Qué está agradeciéndome?

—No he visto a Juan Pedro tan feliz en mucho tiempo.

 —Yo... mm... él me hace feliz, también.

 Ella me sonríe.

 —Te puedo decir. Que seas paciente con él. Tiene un problema en permitir que la gente entre. Te puedo asegurar, sin embargo, con la forma en que él se siente acerca de ti, que te dejará entrar muy pronto.

 ¿La forma en que se siente acerca mí? ¿Qué está diciendo? 

—Sé que ustedes dos realmente no se han conocido por mucho tiempo, pero te voy a dar algunos consejos. No hay un tiempo determinado para una relación. Algunas personas sienten el amor desde el primer minuto, y algunas personas pueden estar juntas durante diez años sin sentir esa intensidad. No se trata de la época, se trata de las personas. El amor es cuando te encuentras a alguien que te complementa, pero al mismo tiempo te hace mejor. Alguien que te hace sentir vivo y te da la fuerza para seguir adelante cuando sientes que no puedes. El amor es impredecible, loco, y a veces cruel, pero nunca se planea. La única manera de saber si realmente amas a alguien es mirar en tu propio corazón y déjame decirte, que el corazón no funciona fuera de un calendario.

 Peter entra en la habitación antes de que pueda responderle a su mamá. Ella le sonríe.

 —Juan Pedro, ¿por qué no se quedan ésta noche? Sé que a Luz le encantaría y tu padre descansa mañana del trabajo. 

Él me mira. 

—¿Qué piensas? 

Sonrío al ver su expresión esperanzada.

 —Me parece bien. 

—Bueno, voy a ir a buscar las bolsas. —Prácticamente sale corriendo de la casa, haciéndome reír. 

Me dirijo de nuevo a su madre y ella simplemente mueve la cabeza y sonríe. Cuando Peter regresa, digo buenas noches a su madre y hago mi camino arriba, agotada del día que tuvimos. Llegamos arriba y Peter se detiene fuera de una habitación que puedo decir solía ser la suya. Las paredes están cubiertas de pósteres de bandas y hay desorden en todas partes. Parece que aún no se ha tocado desde que se fue. Espero en la puerta para que me lleve a una habitación de invitados.

 —¿Vas a estar ahí toda la noche?

 —¿Esperas que me quede aquí contigo? 

Se ríe.

 —No, espero que te quedes afuera en el porche. —Peter camina hacia mí y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura—. No hay ninguna manera de que puedas tener otra habitación, sólo la mía. 

—Pero ¿qué pasa con tu mamá? Estoy segura de que no quiere que nosotros compartamos una habitación.

 —Nena, la primera vez que mi mamá nos vio juntos estábamos a punto de tener relaciones sexuales, ella no es tan ingenua.

 Si bien eso puede ser cierto, pero todavía se siente raro. Él me tira a su habitación y cierra la puerta. Cuando sus labios tocan los míos, pierdo todo el autocontrol. Nuestras bocas se mueven juntas cuando nos besamos entre sí. Las manos de Peter alcanzan el fondo de mi camiseta, me congelo.

 —No puedo hacer esto aquí. No es correcto.

 Me sonríe y luego coloca un beso en mis labios. 

—Podemos ser silenciosos, pero no hay manera de que pueda estar sin ti esta noche. 

Sus dedos se clavan en mi piel y me tira más cerca de él. No puedo resistir la atracción, la necesidad de él. ¿De qué manera una conexión como ésta sucede en tan corto período de tiempo? Tal vez su madre tenía razón y el tiempo no tiene nada que ver con el amor. Nos desnudamos lentamente entre sí, tomando nuestro tiempo y saboreando cada momento. Nos acostamos, cuando Peter empuja hacia mí, sus ojos encontraron los míos. Veo lo mismo que vi la otra noche, pero tengo miedo de creer que sea lo que creo que es. Tengo miedo de ser defraudada, pensando en lo que necesito de él.

 Peter se mueve dentro y fuera de mí lentamente, besando cada centímetro de piel que puede. Envuelvo mis piernas alrededor de él, acercándolo más a mí. Aunque me gusta el lado salvaje de Peter, lo prefiero así. Sus ojos se ven profundamente en mí, casi como si estuviera tratando de llegar a mi alma. 
  

Mis uñas se clavan en su espalda ya que siento que mi cuerpo se aprieta. Cada vez que sus caderas ruedan en mí, su pelvis roza mi clítoris y gimo. Me besa una vez más, lo que obligó a su lengua en mi boca y me explora, con su beso trago un sonido de éxtasis. 

Todo el cuerpo de Peter se tensa mientras entierra su cabeza en mi cuello y me utiliza para enmascarar sus gemidos. Peter rueda sobre su lado detrás de mí y envuelve sus brazos alrededor de mí. Besa mi hombro mientras doy un suspiro de satisfacción.

 —¿Peter? 

—¿Hmmm? 

—¿Quieres venir conmigo a la boda de mi hermano al final del verano?

 Besa mi hombro de nuevo. 

—No me lo perdería por nada.

 Cuando me duermo, dejo que todas las cosas que Peter me ha dicho suenen por mi cabeza. 

“Te quiero, Ángel. No puedo explicar por qué, pero sí.” 

“Bien, mierda te extrañé.” 

“Yo sabía incluso cuando entré por primera vez ese día, que no sería capaz de mantenerme alejado de ti.” 



pd: las quiero y comenten 
 

domingo, 25 de octubre de 2015

capitulo 8





Su boca se queda quieta y él levanta la cabeza para encontrar la mía.

 —Eso es sucio, Ángel.

 Me encojo de hombros. 

—No perdería el tiempo hablando si fuera tú. —Peter inmediatamente envolvió su brazo alrededor de mis piernas y me tira por encima de su hombro como un maldito hombre de las cavernas. 

Me lleva a su habitación y me arroja en la cama de unos dos metros de largo. 

—Te quiero desnuda para el momento que vuelva. —Se da la vuelta y se dirige hacia la puerta.

 —¿A dónde vas? 

—¡No preguntes, Ángel! ¡Desnúdate! —Grita mientras camina por la puerta. 

Me siento torpe, pero empiezo a desnudarme de todos modos. Peter regresa unos minutos después y se apoya en la puerta. Estoy sentada en medio de la cama y la mirada que me está dando me tiene inmediatamente lista para él. Está sosteniendo algo detrás de su espalda. Antes de que pueda ver lo que es, él apaga las luces. 

—Quiero jugar un pequeño juego, Ángel.

 El ritmo de mi corazón se acelera. Puedo oír que viene más cerca, y con cada paso, más piel de gallina cubre mi cuerpo. La cama se sumerge y lo alcanzo para agarrarlo. Él todavía está completamente vestido eso es una decepción para mí.

 —Desnúdame.

  Con manos temblorosas, agarro el borde de su camiseta y la levanto lentamente sobre su cabeza. Poco a poco corro mis uñas sobre su pecho, saboreando cada musculo definido. Cuando llego a sus pantalones, los desabrocho y bajo la cremallera. Estoy sorprendida por cuan duro ya está. Da un paso fuera de la cama para quitarse los pantalones y luego regresa a mi lado. 

Antes de saber qué está pasando, un paño cubre mis ojos. No. Esto me lleva de nuevo a esa noche. El Auto. Yo arrancándolo. Mi respiración es tan pesada que mi pecho palpita. Peter agarra mi cara. 

—Oye, ¿Qué está mal? 

—Sin vendas de ojos.

 —Está bien —Puedo decir que quiere preguntar más, pero por suerte decide no hacerlo. —Acuéstate, mantén los ojos cerrados. —Hago lo que dice,  con aprensión, sin embargo, porque no tengo ni idea de lo que vendrá después—. Ahora, abrirás la boca y yo voy a hacerte degustar algo. Si aciertas, serás recompensada. 

Desliza lo que se siente como un dedo en mi boca. Hay algo frio y ventilado en él. Mientras lo lamo, inmediatamente lo reconozco.

 —Crema batida. 

—Mmmm, buena chica —Sus manos acarician mis pechos antes de sentir algo frio y húmedo esparciendo sobre ellos. ¿Está poniéndola en mí? La boca de Peter cubre uno de mis pezones y un fuerte gemido se me escapa. Él está lamiendo y chupando la dulzura azucarada de encima y poniendo todo mi cuerpo en llamas.

 Mientras él me besa un pezón, se encuentra rodando la punta del otro entre su dedo índice y pulgar. Peter repite luego ese proceso en mi otro seno, y para el final, me estoy retorciendo de deseo bajo él. Él se sienta de nuevo. 

—Abre. 

Hago lo que dice y él inserta un dedo en mi boca. Esta vez tiene una cálida, textura pegajosa.

 —Jarabe de chocolate. 

—Eres buena en este juego, Ángel. —Siento que algo gotea entre mis pechos, por mi estómago, y luego en una línea a través de mi cintura. Su boca desciende sobre mí, lamiendo y chupando su camino por el sendero de chocolate que hizo. 

 Lo necesito tanto justo ahora que es casi doloroso. Cuando lamió todo el chocolate, Peter corre un dedo entre mis pliegues—. Estás empapada, nena. ¿Me necesitas aquí? 

Asiento antes de darme cuenta que tengo que hablar. 

—Sí, por favor.

 Oigo rasgar un plástico ¿se está poniendo un condón? Cuando siento su lengua recorriendo mi longitud, me quejo. Se siente diferente, sin embargo. Su lengua deja una sensación fresca a su paso. Cuando se detiene en mi clítoris, presiona lo que se encuentra en su boca con él. Crea una sensación de calor y frio a la vez, por lo que me retuerzo contra él. Puedo sentir la sonrisa de Peter, y, al mismo tiempo él inserta dos dedos en mí. 

—¡Oh Dios¡ —Lanzo mi cabeza hacia atrás y me arqueo hacia él, pidiendo más. 

—¿Te gusta esto? —Asiento

— Déjame oírte decirlo. 

—Sí, se siente tan bien. —Sus dedos aumentan la velocidad y él continúa lamiendo y chupándome hasta que estoy a punto de gritar por la sensación abrumadora.

 Creo que debe ser una menta de algún tipo en su boca. La sensación de hormigueo está haciendo mi zona ya sensible súper cargada. Una vez más, presiona la menta contra mi clítoris mientras la pastorea con sus dientes y me deshago.

 —Un último degusto. Abre. —Apenas tengo energía para abrir la boca, pero lo hago. Es algo circular, y cuando le doy un mordisco, la dulzura explota en mi boca.

  —Una cereza.

 —Estoy tan jodidamente feliz de que estés en lo cierto.

 Peter levanta mis piernas en alto, metiendo una almohada debajo de mi trasero. ¿Qué demonios? Estoy a punto de preguntarle qué está haciendo cuando empuja profundamente en mí. Dios mío. Jadeo por la sensación.

 —Cuando estás levantada así, soy capaz de entrar más profundo en ti. Te sientes tan bien que quiero malditamente arrástrame dentro de ti y no salir si pudiera.

 Eso fue dulce en cuanto hablar de sexo va. Antes de que pueda responder, Peter sale casi todo el camino antes de golpear de nuevo en mí. Repite esto muchas veces, pero cambia al modo rápido y duro reentrando en mí. Esta vez, sale todo el camino fuera de mí, dejándome desesperada por más de él.

 —Date la vuelta —Me acuesto sobre mi vientre mientras la mano de Peter se mueve alrededor de mis caderas. Me tira hacia arriba, así que me levanto en manos y rodillas. —No —Él empuja mi espalda hacia la cama—. La cabeza hacia abajo. El culo arriba. 

Su mano se envuelve alrededor de mi cabello y empieza a conducirse dentro y fuera de mí. Su mano libre se mantiene en mi cadera para mantenerme firme. Exploto a su alrededor, mi cuerpo se convulsiona por la fuerza de mi orgasmo. Si él no me estuviera manteniendo firme podría caer en la cama como el montón de gelatina que  soy ahora. 

 Peter se impulsa en mí un par de veces más antes de gemir lo que suena como mi nombre mezclado con numerosas malas palabras. Colapsamos en la cama juntos. 

—Eso fue digno de tu juego de las veinte preguntas.  

                                                  ***

Despierto para ver el sol brillando a través de las enormes ventanas en la habitación de Peter. Cuando miro alrededor de mí, no lo veo en ningún lugar. Oigo muchas voces abajo, sin embargo. Es un sábado por la mañana, ¿Qué demonios hacen tantas personas aquí? Me levanto con toda la intención de vestirme, pero me doy cuenta que mi ropa nunca llegó arriba.

 Caminando hacia la cómoda de Peter, tomo un par de pantalones y una camiseta con el nombre de su banda en él. Mientras bajaba las escaleras, vi a gente yendo y viniendo por la casa. Me sentía tan fuera de lugar, confundida, y perdida. Si lo voy a hacer en el mundo de Peter Lanzani, definitivamente voy a necesitar algo de café primero. 

Las personas que me pasan casi no notan que estoy allí, un chico incluso me pisa. Café, solo enfócate en el café y todo se pondrá mejor después de eso. Estoy sorprendida de ver a Peter en la cocina llenando una taza con la ambrosia que había estado buscando.

 — ¿Quieres?

 La mirada en sus ojos me dice que no se refiere solo al café, pero ahora eso no pasará. Me siento en uno de los taburetes junto al mesón.

 ―Si, por favor. Azúcar y leche si tienes. —Pone la taza en frente mío antes de sentarse junto a mí—. Entonces, ¿tú casa siempre se halla así de ocupada? 

Ríe.

 —Mierda no. Mi publicista los envió a todos porque está enloqueciendo por esa cosa a la que vamos a ir mañana. No me molesté en ir el año pasado y todos se enojaron. Ahora estoy yendo y todos siguen locos.

 —Nunca me dijiste adonde es que vamos a ir —Estoy esperando de que sea un lugar calmado y casual.

 —Los Grammy’s. 

Escupo mi café sobre él. Su camiseta blanca ahora está cubierta con manchas cafés pero me importa una mierda ahora. 

—Lo siento, ¿qué? 

—¿Qué está mal? —dijo tratando de secarse con toallas de papel.  ¿Qué está mal? ¿Es él tan imbécil? 

—¡Son los Grammy’s! ¡Nunca dijiste eso! Asumí que era una fiesta o algo así —solo se encoje de hombros. Juro por Dios que los hombres son la especie más idiota, insensible, y mencioné idiota en el maldito planeta tierra. 

—Como sea, la única razón por la que incluso estoy yendo es porque los medios lanzaron un escándalo cuando me escapé el año pasado. 

¿Escaparse de los Grammy’s? ¿Quién mierda hace eso? Ni siquiera puedo responder a la idiotez de la que está hablando ahora. Me deja muda por un par de minutos, luego se para, me besa la frente como un niño confundido, y se aleja.

 —Peter, espera, no creo que pueda ir. Esto es grande. No sé si estoy lista.

 Camina hacia mí y pone sus manos en mis caderas. Levanto la mirada, de alguna manera, mirando a sus ojos casi calma mis emociones fuera de control.

 —Estarás bien. Eres malditamente hermosa, Ángel. Te pueden poner en una bolsa de basura y aun así lucirías bien. —Besa mis labios y suspira—. Confía en mí, aunque, vas a estar en algo mucho más caro que una bolsa de basura. 

Peter sale de la cocina y me afirmo en el mesón junto a mí así puedo calmarme. Una mujer que parece tener un par de años más viene hacia mí. 

—Hola, soy Felicia. ¿Lista para tu consulta de belleza? 

¿Qué?

 —Lo siento, ¿mi qué? 

—Tú consulta de belleza. Necesitamos planear tu look para mañana. 

Jesús. Paso mis manos por mi rostro y maldigo a Peter.

 —Vamos a hacer esta mierda.—Bastante clase, Lali. Sus ojos se abren con mis palabras pero me sigue mientras salgo de la cocina.

 Paso las siguientes DOS HORAS hablando acerca de diferentes estilos de cabellos que podrían hacer mi cara lucir gorda o con una forma rara, colores de sombras que harán parecer a mis ojos saltones, y colores de labiales que podrían hacer que mis labios parezcan de pescado. Mi cabeza está a punto de explotar por todo esto y todo lo que quiero hacer es correr a los cerros. 

—Hola, ¿está ella casi lista aquí? —Levanto la mirada para encontrarme con un hombre parado en frente mío.

 Felicia le informa que está lista conmigo hasta mañana. Gracias a Dios. Miro a este nuevo chico y pienso en qué tipo de tortura tiene guardada para mí—. Soy Lance. Vamos, dulzura, busquemos un vestido para ti —me giña un ojo. Lo sigo a lo que parece que solía ser una oficina. 

Hay muebles por todos lados llenos con vestidos que probablemente cuesten más de lo que cuesta la casa de mi padre.

 —Bien, vamos a probar este primero. —Sostiene un vestido rojo hacia mí. Lo tomo y espero para que se vaya, pero solo se gira y continúa mirando las otras opciones. 

 —¿No te vas a ir mientras me lo pongo? 

Ríe.

 —Cariño, si crees que es necesario, pero  al menos que tengas un paquete, no estoy interesado en ver que hay abajo de tus ropas.

 Mi boca se abre mientras se gira de vuelta a los muebles. Mi único pensamiento mientras comienzo a cambiarme es que necesito escapar y nunca volver. Finalmente me meto en el vestido para descubrir que yo, de acuerdo a Lance, luzco como una prostituta de cinco dólares. El azul me hace lucir como un pájaro. El amarillo me hace lucir como un charco de pipí. El plateado me hace lucir como una bola de disco. Y no quiero repetir lo que dijo del marrón. Lance se gira dudosamente y me encojo para escuchar las palabras que saldrán de su boca. 

—Ahora luces bien para los Grammy’s, nena.

 Sonrío y giro para mirarme en el espejo de cuerpo completo que puso junto a la puerta. Tengo puesto un vestido negro que brilla de la cabeza a los pies. El escote del vestido pasa cinco centímetros bajo mis pechos, y cae hasta el piso con una pequeña cola detrás de mí. La única cosa que me asusta es que mis pechos pueden salirse. 

—¿Qué pasa si tengo problemas con la parte de arriba? 

Lance viene detrás de mí sonriendo. 

—Cariño, para eso dios inventó la cinta adhesiva doble cara —Antes de que sepa lo que está pasando, sus manos se encuentran bajo mi vestido ajustando mis pechos, y me arrugo con el contacto. Estoy agradecida de que no está mirando al espejo y viendo mi cara de sufrimiento por su contacto La puerta se abre de repente y veo a Peter entrando mirando su teléfono.

 —Hola ¿Cuánto… —Su oración se corta cuando ve las manos de Lance bajo mi vestido—. ¿Qué mierda? —Peter se acerca agresivamente así que me pongo en su camino, esperando calmarlo. 

—Peter, para —Pongo mis manos en su pecho, no es como si tuviese la mitad de la fuerza que tiene él para pararlo. 

—Sal de mi camino. Nadie te toca.

 —Espera, alto, guapo y sensual —Lance dice mientras levanta sus manos—. No necesitas preocuparte acerca de mí con tu señorita. Ahora, si tú estuvieras aquí, mi profesionalismo estaría definitivamente comprometido.

 Peter parece confundido luego todo tiene sentido. —Danos un minuto. 
  
Lance asiente, pero cuando se acerca a la puerta se gira para mirarnos.

 —Si alguna vez necesitas ayuda para elegir vestuario, llámame. Me especializo en trajes de baño. —Le guiña un ojo a Peter antes de cerrar la puerta y yo río. 

Peter pone sus manos alrededor de mi cintura y su boca en mi cuello.

 —Te dije que ibas a lucir espectacular, ¿no? —Me relajo contra su cuerpo. Mi lugar seguro—. Saldremos esta noche, debes encontrarte lista en media hora. 

Sale de la habitación. Me sorprende como me calma tan rápido, cuan atada a él estoy. Lance vuelve a entrar a la habitación y me sonríe. 

—He sido autorizado a entrar, pero no puedo tocarte o mirarte —Reímos y me ayuda a salir del vestido.

 Termino con mis ropas de vuelta en mi cuerpo. 

—Muchísimas gracias por tu ayuda, Lance. ¿Te veré mañana? 

Me sonríe.

 —Sí. Déjame felicitarte, chica. He trabajado con ese pedazo de hombre y nunca pensé que lo iba a ver como está.  

Arrugo mis cejas.

 —¿A qué te refieres? 

—Enamorado, nunca pensé que lo vería, chica, buen trabajo. — Sale de la habitación antes de que pueda responder. 

Camino a la habitación con aturdimiento. Cuando me siento en la cama, todo lo que puedo hacer es pensar en lo que dijo Lance. ¿Enamorado? Peter no puede estar enamorado de mí. Incluso me dijo que no quería compromisos. Es muy pronto para estar enamorado incluso cuando él no quería. ¿No lo es? La puerta se abre y Peter entra. Mi corazón se acelera y recibo el mismo sentimiento de paz que viene cada vez que está cerca de mí. ¿Lo amo? ¿Está Lance viendo algo que yo no? 

—Tienes que vestirte o llegaremos tarde, Ángel.

 Asiento. Camina hacia mí hasta que se encuentra parado en frente mío, mirando a mis ojos.

 —¿Estás bien? —Asiento nuevamente, tratando de procesar todos los pensamientos dando vueltas en mi cabeza—. ¿Perdiste tu voz? 

Rio. 

—No, lo siento. Solo estoy un poco cansada. 

Sus manos me acercan a su cuerpo.

 —Bueno, yo diría que lo siento; sin embargo, planeo asegurarme que estés muy cansada mañana en la mañana. Ahora vístete. —Me pega en el trasero y sale por la puerta. 

Miro en mi maleta y elijo un traje. Una vez que estoy vestida, me miro en el espejo y me golpea. 

Amo a Peter Lanzani. 

Estoy jodida. 



1-Si los juegos de hoy son así , yo quiero jugar , no puedo creer lo bueno que es con la comida , jodidamente dulce y caliente
2-Cuando pienso que este chico no puede mejorar el sexo viene y llega esto
3- Ella esta jodida , pero quien no lo estaría después de todo lo que el da , aun que sea un idiota , por que vamos quien se pierde los grammy's

PD:LAS QUIERO Y COMENTEN 

capitulo 7






Cuando la mujer comprueba nuestros billetes y nos dirige a la primera clase estoy sorprendida, aunque no sé por qué no me lo esperaba. Peter sólo parece aceptar las cosas más caras. Nos sentamos y los asientos son muy cómodos.  

Mi teléfono emite un sonido y me doy cuenta de que nunca lo apagué. Miro a Peter a ver si está bien que conteste ahora.

  —Está bien. Ellos te dicen cuándo apagarlos. 

 Puedo revisar mi teléfono y tengo otro texto de Euge.  

Euge: Dile al joven amante que me debe mucho. No sabía qué hacer con las llaves de tu hermano, así que sólo las tiré y aterrizaron en el fregadero. Cuando me metí arriba para esconderme me olvidé de ellas y Cande corrió el triturador de basura. No hace falta decir que está más triste que antes.

 Me río a carcajadas, imaginando lo que está pasando en la casa ahora mismo. Tan pronto como nos abrochamos a nosotros mismos, me dirijo hacia él. 

—Quiero saber acerca de tu familia. 

 —Mierda, Ángel, tú no pierdes el tiempo. 

 Me río.

 —Teniendo en cuenta que esta será probablemente la única vez que vayas a responder a mis preguntas, no lo puedo desperdiciar. 

 Sacude la cabeza y suspira.

 —Mi familia es de Calabasas, que está justo fuera de Los Ángeles. Tengo una hermana menor, Luz, que tiene ocho años, mi mamá es ama de casa y mi padre es un cirujano plástico. Yo tenía una vida bastante normal, al menos lo normal a mis ojos. Me han dicho que llevé una vida privilegiada por nuestro dinero, pero mi madre nunca dejó que el dinero nos afectara. 

Dejé esto establecerse. Ahora tiene sentido para mí, por qué es tan rápido para tirar el dinero. Él lo tiene en abundancia y como un niño, su madre nunca dejó que malgastaran su dinero inútilmente.  

La azafata da un discurso sobre el vuelo y todas las precauciones de seguridad. A medida que empezamos a despegar me pongo nerviosa, pero cuando Peter se acerca y agarra mi mano al instante me relajo. Una vez que estamos en el aire, mis nervios aun controlados, me vuelvo a enfrentar a Peter de nuevo. 

—¿Qué es lo tuyo con el control?

 Él retira su mano de la mía y sus ojos se vuelven fríos y distantes. 

—Es algo que necesito.

  —¿Por qué?  

—Porque lo hago —Él ni siquiera me mira. 

 —Tú dijiste que yo podía preguntarte lo que quisiera. —Puedo oír el gemido en mi voz, pero realmente no me importa.  

—Te dije que podías preguntar, yo no dije que te daría la respuesta que querías. He contestado a tu pregunta hasta donde voy en este momento.

  Puedo decir que la discusión ha terminado, pero ahora estoy más curiosa que nunca.

  —¿Cuándo fue tú última relación?

  Se vuelve hacia mí, se acerca más, y comienza a masajear mis hombros. Maldita sea, se siente increíble. 

—En la escuela secundaria —Él cepilla mi pelo a un lado y me besa en la nuca.

 —Mmmmm, ¿qué te hizo venir a mí ese día antes del concierto? — Descanso el lado de mi cabeza contra el asiento, disfrutando de la sensación de sus manos sobre mí.

  Se inclina cerca de mi oído. 

—Porque te veías tan jodidamente hermosa, pero también tan condenadamente triste. Me sentí atraído por ti y quería saber por qué estabas tan molesta. Sabía incluso cuando me acerqué ese día que no sería capaz de permanecer lejos de ti.  

Siento a alguien sacudiendo mi hombro, y cuando abro mis ojos la gente se mueve a través de los pasillos. Miro a mi lado a Peter y él está sonriendo.

 —Buenos días. 

 ¿Me quedé dormida? ¿Cómo sucedió eso? Lo último que recuerdo es a Peter diciéndome acerca de la primera vez que nos vimos y masajeando mis hombros. Espera un minuto. Lo miró acusadoramente. 

―Lo has hecho a propósito. ¡Tú me relajaste tanto que me quedé dormida a propósito!  

Él fija una mirada inocente en su rostro.

 —¿Quién, yo? Nunca. Vamos, vamos, que estamos aquí. 


—Eso está bien. Te traeré de vuelta de alguna manera —Me levanto, pero antes de que pueda entrar en el pasillo, Peter se levanta y me tira contra él. 

—No sé cómo vas a hacer eso. No hay manera en el infierno que me quedara dormida cuando sé lo que me espera cuando lleguemos a casa. 

—Él besa mi cuello y me empuja hacia el pasillo—. Escucha, esto es Los Ángeles y siempre hay fotógrafos que se cuelgan hacia fuera tratando de atrapar a la gente entrando y saliendo. Tienes que estar preparada para esto. Me olvidé de traer un sombrero. Toma mi sudadera y una vez que pasemos seguridad llévate la capucha puesta, ¿de acuerdo?

 —Sí —Me muerdo el labio inferior después de ponerme su sudadera. Estoy nerviosa por esto, aunque sabía que Peter lo había hecho muchas veces antes.

 —Oye —Miro hacia Peter. Me besa en los labios suavemente—. Vas a estar bien. —Salimos del avión y Peter agarra mi mano.

 Después de unos minutos de caminata a través del terminal puedo ver la puerta de seguridad—. Lleva tu capucha puesta. 

Hago lo que él dice. Después de que pasamos por seguridad, doy un suspiro de alivio. Nadie ha surgido hacia nosotros y estamos casi en la salida. Entonces oigo el sonido revelador del obturador de las cámaras. Los periodistas están gritando el nombre de Peter y haciendo preguntas acerca de mí. Peter aprieta mi mano y me asegura que vamos a estar bien. Caminamos a través de las puertas automáticas con los fotógrafos todavía siguiéndonos. Hay una SUV negra que espera en la acera igual que la de los días anteriores. 

 Subimos al coche y cuando la puerta se cierra, dejo escapar un suspiro de alivio. Entonces recuerdo que nunca fuimos a recoger el equipaje. 

—¿Qué pasa con mis maletas? 

 —Envié a alguien para apoderarse de ellas ya —Me relajo en el asiento.

 Una vez que empezamos conducir, mi ansiedad desaparece. Odio tanto a esa gente. No es sólo que siempre están siguiendo a Peter, pero las cosas que dicen son tan canallas y a veces hacen daño.

 A medida que nos dirigimos a través de la ciudad, es fascinante; todas las luces hacen que parezca tan vivo. Nos detenemos en una comunidad cerrada y nuestro conductor digita un código en el teclado. La puerta se abre lentamente y nos dirigimos a través de la urbanización hasta que nos paramos fuera de una de las casas más increíbles que he visto alguna vez.

 La casa es de un color broncíneo y de casi tres pisos de altura. Hay dos barandillas de piedra intrincadas que conducen hasta una serie de pasos a una puerta de madera oscura. Peter sale del coche y luego me mira y espera. Salgo del coche, tratando de disfrutar la grandeza delante de mí.  

Toma mi mano y caminamos por las escaleras. Mi corazón se siente como si estuviera golpeando fuera de mi pecho, a pesar de que no estoy realmente segura del porqué. El conductor coloca las maletas en la puerta, Peter le desliza una propina, luego la puerta se cierra y estamos solos. Me apoyo contra la pared y miro alrededor de mí en la habitación en la que estamos parados. El cielo raso va todo el camino hasta el techo y se puede ver dos plantas diferentes rodeadas de rejas blancas.  

Peter se para frente a mí y pone sus manos en mis caderas.

 —¿Qué piensas?  

Lo miro, insegura de cómo responder al principio. 

—Es tan grande — Esa es una increíble respuesta, Lali. Buen trabajo.

 ―¿Si? —Se encuentra tan cerca de mi rostro, y antes de que pueda responder, me besa. 

Nuestro beso inmediatamente se enciende y me levanta por el trasero y me presiona contra la pared para apoyarse. La sudadera que él me había dado más temprano, rápidamente es tirada sobre mi cabeza. Sus manos vagan a través de mi pecho antes de descansar en la parte superior de mi camisa y la rasga por la mitad. Esto no debería sorprenderme; ya ha expresado una aversión por la ropa. 

 Oímos pasos acercándose e inmediatamente me congelo. 

―¿Juan Pedro? —miro más allá de Peter y veo a una mujer de pie al otro extremo de la habitación, mirándonos. 

—¿Mamá? ¿Qué estás haciendo aquí? —¿Mamá? Oh Dios. Mátame ahora. Esta es simplemente la situación perfecta para conocer a alguna mamá.  

—¡Peter! ¡Peter! —Una pequeña niña entra corriendo a la habitación y Peter maldice bajo su aliento. Él rápidamente toma la sudadera tirada y la lanza groseramente hacía mí.

 —Póntelo, rápido —Hago lo que dice y la tengo en su lugar antes de que la niña nos alcance.

 —Hola, Luz. ¿Qué estás haciendo aquí? —Él la levanta en sus brazos y hace que ella chille.

 —Yo y mami, ¡vinimos a sorprenderte! Sorpresa —Peter ríe. Su madre se acerca hacia nosotros, pero ni siquiera puedo mirarla a los ojos. 

—Mamá, me hubiera gustado que me dijeras que ibas a venir. 

Ella se aclara la garganta. 

—No esperaba que tuvieras compañía. Generalmente no cuando estás en casa.

 Mis mejillas enrojecen. 

―Mamá, ella es Lali, mi novia —Ahí está esa maldita palabra otra vez.  

La madre de Peter me sonríe.

 —Bueno, que inesperado es esto, tengo que decirte que estoy feliz de que alguien finalmente haya logrado que se calme. Luz, ¿Por qué no ponemos otro lugar en la mesa? Así, Juan Pedro y Lali pueden lograr guardar sus cosas. 

Peter baja a su hermana y ella corre a la cocina a ayudar a su madre que va lentamente detrás de ella. Me apoyo en la pared y entierro mi cara en mis manos. Qué manera de conocer la madre de alguien. Medio desnuda, presionada contra la pared, y a punto de tener sexo. Ella sólo va a amarme. 

—Oye —miro a Peter—, lo siento, no sabía que ellas iban a estar aquí. 

—Está bien, voy a ponerme la camisa. —Miro la enorme casa—.  ¿Dónde voy? 

Peter ríe. 

—Todo el segundo piso es mío solo entra a la puerta que quieras. Estaremos en la cocina que es directamente allí —Apunta con su dedo donde Luz y su madre desaparecieron. Luego se inclina y me besa antes de darse la vuelta y reunirse con su familia. 

Subo los escalones y camino hacia la primera puerta que veo. Cuando la abro, el tamaño de la habitación me quita el aliento. Es absolutamente gigantesca. Hay una cama con dosel directamente frente a mí, al otro lado se encuentra un gran sofá y una TV de pantalla plana y luego otras tres puertas que solo me puedo imaginar las cosas igual de bonitas. 

Camino hacia la cama, coloco mi bolsa ahí y comienzo a buscar una camisa bonita. Me pongo un jersey de cuello redondo y luego hago mi camino a abajo. Puedo oírlos hablar mientras me acerco a la habitación, y aunque sé que está mal, escucho en silencio. 

―¿Entonces no le hablaste de Mar?

 ¿Quién rayos es Mar?

 ―No, mamá. Basta por favor.

 ―Juan Pedro, no puedes solo barrerlo debajo de la alfombra. Has hecho eso durante seis años. Si vas en serio con esta chica tienes que hablarle de ella. 


No puedo creer esto. Necesito saber que está pasando. Entonces oí a su hermana. 

—¡Peter! ¡Peter! Voy a buscar a Lali. —Mierda. Silenciosamente hago mi camino de regreso sobre mis pasos y cuando Luz sube finjo que acababa de llegar —. ¡Hola! —Ella toma mi mano y me estremezco mientras me lleva a la habitación con Peter y su mamá.

 Él me mira y puedo decir que todo lo que su mamá le dijo le llegó. Estoy a su lado y miro las cajas de pizza y los platos de papel en la mesa. Sonrío, sintiéndome más cómoda que cuando pensé que sería una cena formal. Todo el mundo se sienta y una vez que todos tenemos una pizza la mamá de Peter se gira hacía mí. 

—Entonces, Lali, cuéntame algo de ti. 

Odio las preguntas como esas. Quiero decir, ¿cómo se supone que contestas esas preguntas? 

—Estoy en la escuela ahora, pero no tengo idea de lo que quiero estudiar. Soy de Carolina del Norte y vivo con mis dos mejores amigas, que van a la misma escuela.

 Ella sonríe.

 —¿Cómo conociste a Juan Pedro?

 —Nos conocimos antes de uno de mis shows cerca de la escuela de Lali —Gracias Dios él me salvó. 

—¿Por qué se estaban besando? ¡Besar es asqueroso! —Luz estalla desde el otro lado de la mesa. Todos rompemos en carcajadas.

 El resto de la cena está bien. Su mamá me hace unas pocas preguntas más, pero nada serio, y su hermana es absolutamente adorable. Nos sentamos a hablar mucho después de que la cena terminara y lo amo porque estoy descubriendo diferentes cosas sobre Peter que nunca supe. 

Al parecer, él tenía miedo a la iluminación desde los cinco y toca distintos instrumentos desde los seis. Cuando estaba en primer grado, interpretó a El Hombre de Hojalata en El Mago de Oz, su madre ha prometido fotos y Peter no está feliz. Siento que encajo con ellos, lo que realmente es genial. Luz bosteza y parece que apenas puede mantener los ojos abiertos, entonces la mamá de Peter decide que es hora de irse.

 —Fue realmente bueno conocerla señora Lanzani.

 Ella me sonríe. 

—Por favor llámame Elizabeth, Lali. Fue absolutamente maravilloso conocerte. Juan Pedro irá el lunes a casa por el cumpleaños de Luz; espero verte luego. —Ella va a darme un abrazo y no veo manera de evitarlo, así que aprieto mis dientes mientras ella lo hace. Me alejo antes que ella, sintiéndome como si por fin pudiera respirar cuando nos separamos. 

Una vez que el auto se aleja, Peter cierra la puerta y me da una mirada maliciosa.

 —¿Qué? 
  
Él se ríe y me tira hacía él, así estoy contra él.

 —Estas van a ser las mejores seis horas de mi vida.

 Mis mejillas se enrojecen, y luego pienso en cómo puedo conseguir mi venganza desde el paseo en avión. 

—¿Seis horas? —Él asiente contra mi cuello mientras lo besa—. Son las nueve treinta. Llegamos a tu casa alrededor de las cinco treinta y eso significa que solo tienes dos horas de sobra.  


En un rato la ultima parte de la maratón 

PD: LAS QUIERO Y COMENTEN